No estamos en Viena ni acaba de terminar la Segunda Guerra Mundial, aunque en esta Europa a veces lo parezca, pero no corren buenos tiempos para la selección inglesa. Cambiamos el sonido de la inconfundible cítara de Anton Karas por el ruido de los

“Necesitamos una alegría en tiempos difíciles”, eran las palabras de ánimo que lanzaba Mariano Rajoy desde su balcón mediático antes de que la selección viajara a Polonia. Como si la victoria en la Eurocopa fuera un asunto de estado

La ceremonia de apertura de cualquier cita deportiva suele ser para el espectador una temida obligación. Algo así como lo era el instituto, una etapa de paso que en la mayoría de los casos preferimos olvidar. Aparece el acné y la chica que nos gusta no nos

Es cierto que España ha perdido partidos desde aquella tarde en el Soccer City de Johannesburgo, hace ya casi dos años. Ha perdido más de lo recomendable, y así ha dejado escapar buena cuota de ese aura de invencibilidad que le protegía cuando el

Cuando su espalda permanece apoyada contra las cuerdas, comprende que nunca han sido tan tensas como siempre se imaginaba. Ya no se encuentra en el podium de las grandes ligas, los estadios están semivacios y el foco futbolístico ilumina cada

Me gustaría parecerme ahora mismo a muy poca gente. Por ejemplo, no me cambiaría por un asegurador de inversiones. Menos aún, por un agente de publicidad. Tampoco mataría por convertirme en dueño de un videoclub.

Dicen que no hay nada más frágil que el equilibrio. Es una buena frase para dibujar a la selección de Inglaterra, golpeada en todos los lugares donde podían hacerle daño. La baja de Wilshere fue como una lesión de rodilla.

El fútbol lleva décadas enfrascado en un debate recurrente, mentiroso como pocos, pero atractivo por su simpleza y la virulencia de sus posturas: Jugar bonito. Ganar. La supuesta incompatibilidad de los términos y la carencia moral

Europa mira hacia Alemania, Löw se tira de los pelos y Blanc se frota las manos. Quizá no ha llegado a tiempo, dos años son muy poquito en fútbol; pero está en vías de diseñar un equipo abrumador, de gran coherencia y, por qué no decirlo, muy buen gusto.

Di Natale es el despertador del empleado puntual. Suena a diario y, aunque te hagas el remolón, te terminarás levantando de la cama porque él es la musiquilla aguda que te arrastra a tu puesto de trabajo sin que exista oposición. Así lo reconocen