Se la pasaron todo el tiempo. Agarraron la pelota, hicieron ancho el campo pero sin alejarse los unos de los otros y empezaron a combinar con una movilidad, una precisión y un ritmo que abrumaba incluso al televidente.

Parecía que estaba en el ateneo jugando al dominó con una copita de vino. La rueda de prensa de Ancelotti en la víspera del Bayern Múnich-Real Madrid fue para verla. Bromeó, vaciló, quitó hierro a cualquier polémica y le dio la razón a todo el mundo

No poder contar con Matic, Lampard y Obi Mikel puede obligar a José Mourinho a tirar esta noche de un doble pivote David Luiz-Ramires. Es esta una pareja rara, extravagante, sin la figura de un mediocentro y con dos integrantes dados al desorden.

Carlo Ancelotti es un entrenador antiguo si lo comparamos con Guardiola y seguramente incomparable al catalán en términos globales, pero en la ida estuvo mejor que su advesario y no le dimos importancia.

Sería coser y cantar anticiparse al plan de remontada muniqués si Guardiola no fuese el entrenador del Bayern, pero es él quien se sienta en su banquillo. En respuesta a las vagas críticas surgidas tras su pinchazo en el Bernabéu,

La posición ofensiva de David Alaba ha dado muchos beneficios al Bayern Munich a lo largo de esta temporada. Pep Guardiola ha usado al lateral de manera diferente, pidiéndole una novedosa mezcla de movimientos interiores y exteriores.

Se movía de un lado para otro sin que nadie lo pisase. El balón estaba brillando. No reflexionaban los de rojo, no les era necesario, conocían de antemano el siguiente movimiento y la ejecución era tan fluida, tan arquitectónicamente fluida,

Cristiano Ronaldo se ha recuperado. Si rendirá o no al 100% se descubrirá a lo largo de esta noche, pero no habrá que esperar hasta tan tarde para concluir que el Real Madrid cambiará por completo su disposición táctica. Benzema, Bale y el «7»

Cuando Diego Pablo Simeone llegó a la Liga española para entrenar al Atlético de Madrid, encontró una serie de filones que fue explotando hasta llegar a lo que es hoy. Desde la cultura estándar que imperaba en el campeonato nacional,

Xabi Alonso lo fue casi todo en el mejor Real Madrid de Mourinho. El tolosarra encabezó un sistema de juego que por momentos alcanzó el que quizás fuese el mayor vértigo ofensivo visto en este siglo. Una máquina de correr y golear que dejó

El FC Bayern Múnich es dos equipos en uno. El primero, el más conocido y admirado, sale jugando en corto, toca la pelota mucho e intenta crear ventajas en la frontal del área oponente con sus diez hombres de campo metidos en la mitad contraria.