Un duelo de gemelos sin parecido alguno, una lucha por cambiar el destino y el último paso para conquistar el derecho a soñar. El jueves cierra la jornada y lo hace sin que el interés descienda lo más mínimo.

Un pulso de velocidad, dos polos opuestos chocando, un prometedor duelo en el mejor momento y un derbi a flor de piel. Disfrutemos un miércoles que, quizás, nos dé las primeras respuestas de la temporada.

Heynckes, Mourinho y Di Matteo buscan desesperadamente relax para sus futbolistas. Guardiola lo encuentra. Al menos cuando su rival le da la opción, que no es siempre pero sí a menudo. Está claro que es Pep quien más mimbres tiene, por el perfil

Una lucha abierta por Europa, un último paso hacia la salvación y un intento doble de seguir soñando. La Liga no da tregua. Martes para disfutar de una liga, hoy por hoy, sin igual en el Continente.

Hacía mucho tiempo que el Madrid, con balón, no emitía las sensaciones de anoche en el Bernabéu. Fluido, dinámico, preciso, eléctrico, dulce. Fantástico. Casi imparable. Se vio esa versión de los de Mourinho que va a situación de peligro

Una de las grandes preguntas de la temporada es por qué un entrenador tan creativo como Guardiola, capaz de desarrollar tres o cuatro sistemas simultáneamente en su equipo, ha tenido tantos problemas para desenvolverse en condiciones hostiles.

Nuestros dos armazones defensivos en busca de un sueño, una lucha por evitar el abismo, un pulso de intensidad y un postre de lujo para un domingo digno de la mejor liga del mundo.

Dos grandes alumnos buscando la matrícula de honor, un duelo para mantener ilusiones, una búsqueda del objetivo mayor frente a la angustia, un choque de extremos de idénticas urgencias y un intento de huida de los infiernos. Sábado de

El Atlético de Madrid lo ha pasado francamente mal contra el Hannover 96, tanto en la ida como en la vuelta. De hecho ayer durante 45 minutos fue inferior al conjunto alemán. En parte, porque la adecuación de los de Mirko Slomka al equipo rojiblanco

Guardiola lo pasó fatal en San Siro. Se resaltó al día siguiente la superioridad culé y la tranquilidad que eso debía otorgarle de cara a la vuelta, pero Pep sentía que su equipo había acabado muy nervioso y el Milan había estado comodísimo, haciendo