Es cierto lo que Miroslav Djukic afirmó en rueda de prensa: «les hemos regalado pérdidas, fuimos muy pardillos». Regalarle pérdidas en salida de balón a un Atlético de Madrid que junta a Costa, Gabi, Koke y Arda es entregar la cúchara sin que el agua esté cociendo. Tras sufrir una inesperada y puede que definitiva derrota europea frente al Rubin Kazan, y tras dos meses sin ganar lejos del Calderón, las bajas locales y el proceder de los pucelanos eran motivos suficientes para, quizás, observar a los rojiblancos de principios de temporada. El Real Valladolid, con una plantilla no demasiado profunda, ha ido compitiendo incluso sumando más bajas con el paso de las jornadas. Ello no significa que en el nuevo Zorrilla no lo acusen. Víctor Pérez, Patrick Ebert, Marc Valiente, Manucho o Sereno son titulares. Y eso se nota.
Las bajas de Víctor Pérez y Patrick Ebert son especialmente sensibles. El Real Valladolid se configura a través del mediocentro (compartido por Rubio y Pérez) y de sus mediapuntas (Óscar con balón, Ebert al espacio).Las bajas del Real Valladolid lastraban sus dos propuestas de juego Con los primeros gana control y salida ordenada; con los segundos, profundidad y llegada. Con Manucho en el banquillo, el modelo de juego venía siendo puesto en duda cuando la competición demanda solidez a cada minuto y los hombres clave son baja; sin salida en largo y con problemas para elaborar en raso. Para enfrentar a los de Simeone, Sereno y Valiente se unían a las comentadas ausencias. En su lugar, Rueda, que en jornadas anteriores venía supliendo a Valiente, y un Peña que sufrió ante el pentatleta y ex-blanquivioleta Costa, podían suponer una notable debilidad ante lo que tendrían delante.
El Atlético no es el mismo con Raúl García en lugar de Koke, y sobretodo sin Gabi. El primero muerde y es dinamo, siendo bastante más adaptable como volante de presión. Cuando Costa es alineado, la función del navarro es más prescindible. El papel de Gabi es aún más fundamental. Una vez queda relegado del papel de mediocentro en salida (Tiago, Mario), su labor es la de cazar arriba. A partir de él, comienza a desarrollarse todo como Cholo ha pensado en este equipo. El canterano es de esos centrocampistas que van a presionar a la misma altura que los delanteros. Igual que Iturra a Thiago en la ida de los cuartos de Copa, Gabi se la arrebató a Omar (mediapunta orientado como mediapunta, pero momentáneamente en tareas de salida) y el partido se entendió en clave colchonera: marcador en ventaja desde el principio, con presión al inicio y repliegue al final de cada parte. Sensaciones parecidas al duelo que protagonizaron ambos en las primeras fechas del campeonato.
Abel Rojas 18 febrero, 2013
Ayer tuve que recordar forzosamente el partido de la primera vuelta. Es tremendo como el Atlético le ha hecho al Pucela las dos veces la misma cosa.
¿Os acordáis del gol de Godín? El Pucela sale por fuera porque no le queda otra, el balón va al medio -posicionalmente claramente dominado por el Atlético-, Godín se anticipa, sale en conducción y el resto es historia.
Dos veces, los mismos equipos, una historia casi calcada. En la ida, mérito de Simeone. Ayer… ¡Djukic, que ésta ya te la sabías!