La ilusión es, probablemente, el intangible más valioso que existe. Podrás tener el talento más inverosímil, que sin la ilusión de mostrarlo, se quedará en agua de borrajas. Y los hermanos Della Valle habían perdido la ilusión. La historia empezó, como en las películas, con unos cuantos tipos armados asaltando un majestuoso palacio. Allí, el presidente de la Fiorentina en aquel momento, Vittorio Cecchi Gori, veía como era acusado de fraude bancario. La acusación se tornó en arresto, y las piezas del dominó fueron cayendo hasta golpearse con fuerza en las catacumbas del fútbol italiano. Ni las ventas de Toldo, Rui Costa o Batistuta llegaron para poder inscribir al equipo en la Serie B tras el doloroso descenso de la temporada 2001/2002, y el por entonces alcalde de Florencia, Leonardo Domenici, sólo encontró una solución para mantener viva la llama del fútbol de la ciudad: la refundación.
Fue entonces cuando la familia Della Valle apareció en la vida de la Fiorentina. Los dueños de la prestigiosa marca de zapatos Tod’s se hicieron con el club, y en tan sólo tres años (debido a una reestructuración en la Serie B en una de las temporadas), el equipo había vuelto a la Serie A.A los Della Valle les costó 2’5 millones de euros recuperar la identidad viola Los Della Valle eran ídolos, y no sólo por la estridencia de Andrea cantando el himno viola en el palco del Artemio Franchi sin cortarse un pelo, si no por todos los hechos durante su corto mandato. Probablemente, el que más enamoró a la curva Fiesole, además de a todo viola de corazón, fue la inversión de 2’5 millones de euros de la familia en una importante subasta: la que devolvería el nombre y colores clásicos de la entidad. Después llegaría Luca Toni, la bota de oro, Stevan Jovetic, Cesare Prandelli, los durísimos penaltis de la UEFA contra el Rangers, el gol en fuera de juego de Klose jugando contra el Bayern Munich en la Champions League, y otros episodios que volvían a situar en la élite al club.
La marcha de Prandelli a la selección coincidió con una racha negativa, y, como siempre pasa en esto del fútbol, los resultados se deshicieron de la memoria. La pasada campaña el club coqueteó con los puestos de descenso, y la hinchada se posicionó en contra de los hermanos Della Valle. La actitud de unos aficionados que los habían idolatrado fue la gota que colmó el vaso, aunque algún episodio anterior ya había ido minando su moral, y había destapado esa sensación de desazón de la que los tifosi les acusaban. En primer lugar, cuando Andrea delegó en Mario Cognini, un hombre de su confianza, para el puesto de presidente, aunque probablemente el episodio que más disgustó a los Della Valle fue cuando el alcalde de Florencia, Matteo Renzi, les negó la posibilidad de construir un nuevo estadio, algo que consideraban vital para el crecimiento del club. Lo peor de todo para el aficionado, es que los que llevaban las riendas del club transmitían desilusión, y la sensación al final de la temporada pasada era muy negativa.
Los hermanos Della Valle son claves para entender la evolución de la Fiorentina en los últimos años.
Sin embargo, para sorpresa de todos, la Fiorentina ha dado un giro de 360º este verano. Ha modificado la plantilla casi por completo, y, habiendo alcanzado la mitad del curso, sueña con volver a competición europea. La primera decisión no fue fácil: prescindir de Pantaleo Corvino. Corvino fue el director deportivo de la viola durante muchas campañas, y responsable de llegadas tan importantes como la de Jovetic, Nastasic, Gilardino o Mutu. Su sustituto fue Daniele Pradè, que durante muchos años ejerció el mismo cargo en la Roma, y con él se inició la revolución. Muchísimos fichajes, y como cabeza de cartel, Vincenzo Montella. Montella venía de hacerlo francamente bien en el Catania, dotando al equipo de un fútbol ofensivo, con decisiones atrevidas (como situar a Lodi, un mediapunta, como regista). Pradè ya conocía bien al aeroplanino, puesto que le dio la oportunidad de entrenar al primer equipo de la Roma cuando ambos coincidieron en la capital. Se ficharon jugadores para aferrarse a un estilo, y, a pesar de los malos resultados en este inicio de 2013, ha sido habitual un elogio generalizado por parte de la crítica.
Con un 3-5-2 inamovible, salvo en alguna situación puntual de Coppa, o por dirección de campo en momentos concretos, es como ha estado jugando el equipo esta campaña. Para la portería llegó un auténtico ídolo de la hinchada, Emiliano Viviano, y quizá resulte sorprendente puesto que este curso es la primera vez que se ha puesto la zamarra viola. Viviano nació en Florencia, y era habitual de la curva Fiesole (fondo donde se ubica el sector más fiel del equipo), durante su adolescencia. Un hincha del equipo que lleva tatuado el escudo de la ciudad, y que tiene una hija que se llama Viola. Arrancó con buenas actuaciones, pero Neto le ha quitado el sitio últimamente, algo que no ha terminado de agradar a la afición. Aunque, siendo justos, el brasileño, salvo algún fallo puntual, ha mostrado buenas maneras y adaptación al modelo. Rápido en las salidas (importante para un equipo que domina territorialmente y deja espacio tras centrales), de muy buenos reflejos, bastante reactivo, y con buen juego de pies, otro requisito importante para el modelo que intenta implantar Montella. Hay una bonita lucha en la portería, y con un nivel bastante decente.
En la línea de tres centrales han rotado cuatro futbolistas. Probablemente el más importante ha sido Gonzalo Rodríguez, que aunque ha tenido un inicio titubeante, se ha asentado en el centro de esa línea, y con buenas actuaciones en los últimos dos meses. Va encontrando el tono físico, y su talento defensivo están haciendo el resto. Lejos de su autosuficiencia en el Villarreal, pero pieza útil.Montella se trajo a un preparador específico de estrategia y Gonzalo Rodríguez lo amortiza Además, es el que más se ha aprovechado de una de las sensaciones del equipo, el preparador específico de jugadas de estrategia Gianni Vio, que llegó al club por petición expresa de Montella (lo conoció en el Catania), y que está consiguiendo que la Fiore alcance cifras asombrosas en el balón parado ofensivo. De hecho, Gonzalo lleva 5 goles (la mejor cifra de su carrera). A su lado, distintas alternativas. Roncaglia suele jugar a su derecha, bastante impetuoso, de buena anticipación pero limitado en lectura. Su mejor aportación está siendo su salida por el carril diestro (ha jugado mucho de lateral en su carrera), lo que hace al equipo bastante profundo en ese perfil. En el otro lado se está asentando Savic, que llegó al club como parte del pago del Manchester City tras la venta de Nastasic, y que está rindiendo correctamente. Su principal problema es su torpeza con el balón en los pies, lo que limita la salida, pero es duro, va bien a los cruces y anticipa con talento. Le está ganando el puesto a un futbolista que había empezado de maravilla la temporada como Tomovic, muy fuerte, de buena zancada y buen juego aéreo, que es un buen complemento. Por resumir, un Gonzalo en el medio con buena lectura, y dos a sus lados bastante agresivos y que cruzan rápido, una forma inteligente de corregir los grandes espacios que irremediablemente quedan tras la pérdida.
A los tres centrales del sistema de Montella, les acompañan Pizarro como regista y dos interiores.
La Fiore, en medio campo, juega con un mediocentro y dos interiores. Esto ofrece líneas de pase diagonales, hace al equipo ancho y provoca que el rival tenga que correr bastante, aunque también es cierto que quedan bastante alejados tras la pérdida y el trabajo de los tres centrales es fundamental. El regista es David Pizarro, quizá el fichaje que más ha conectado con la grada. De hecho, estuvo una semana ausente por la muerte de su hermana, y se notó el cariño especial que le tiene la afición el día de su regreso. Pizarro es pura sangre fría, recibe bien, gira de maravilla, y, su mejor virtud, la protege como nadie. Desde él, el equipo empieza a progresar, es el primer receptor y nunca la rifa. Su mayor ‘pero’ es la técnica defensiva, no está acostumbrado a robar y por eso sale a casi tarjeta por partido, pero eso no le impide, por lectura, ser el jugador de la Serie A que más balones roba por encuentro. A su izquierda, siempre Borja Valero. No tiene mucha influencia interior porque están Jovetic y Pizarro, pero su utilidad acostado en el carril interior izquierdo es evidente. Tiene técnica para pararla, pasar, y buen cambio de orientación. Su principal problema es físico, ya que pierde las disputas, pero es inteligente y las evita con su juego. Pieza importante. En el otro lado, tres opciones. Ya asentado Aquilani después de una lesión, no termina de encontrar su sitio. Llegada y golpeo le sobra, pero es muy lento en el giro y en la recepción más continuación y eso le resta velocidad a la circulación. Ha jugado también ahí Mati Fernández, que está siendo una de las decepciones, o Rômulo, un lateral reconvertido con nula pausa y al que Montella utiliza cuando quiere presión alta o darle a Cuadrado un rol más interior.
En los carriles exteriores se sitúan dos de los futbolistas más importantes para que todo cobre sentido: Cuadrado y Pasqual. Son los únicos de producción exterior, y los que le dan amplitud y profundidad al ataque posicional, sobre todo, teniendo en cuenta que ninguno de los puntas es ducho en las rupturas.Cuadrado y Pasqual son los encargados de dar amplitud y profundidad al ataque posicional Cuadrado es un portento físico. No solo por su velocidad (es rapidísimo), si no también por su agilidad. Estos dos atributos mezclados ofrecen un carrilero muy útil. En transiciones rápidas es fabuloso porque al espacio no le coge nadie, y en ataque posicional es muy hábil para regatear. Evidentemente, tiene problemas. Capacidad de decisión pobre, y poco tacto para recibir. Defectos que no le impiden ser un jugador clave. En el otro perfil, Pasqual también suma mucho. Disciplinado para replegar, es el capitán y en cuanto a entrega y transmitir energía es muy valioso. Mide bien las subidas, suma mucho a balón parado y su mayor virtud, teniendo en cuenta que Luca Toni juega mucho, es que tiene un fenomenal pie izquierdo para centrar, tanto en parado como en movimiento, así que suple su falta de desborde con un buen recurso técnico. El esquema no tendría sentido sin estos dos futbolistas, porque dan amplitud, generan espacios interiores y, fundamentalmente, porque son productivos por sí mismos.
En la delantera está el mejor jugador de la plantilla, Stevan Jovetic. Se le acusa, en este inicio de 2013, de bajar su rendimiento, y hay que estar en parte de acuerdo. Yo lo limitaría únicamente a una falta de gol. Se le ve menos determinante y eso provoca que en una plantilla sin un gran goleador los resultados lo acusen. Pero su influencia en el juego es brutal. Capaz de ser protagonista bastante alejado de la portería, tiene físico para protegerla, técnica para controlar y descargar, muy buena lectura de jugada, se asocia con talento y desborda con suficiencia. A mi me parece que tiene margen para llegar a ser un jugador muy importante en la élite europea. Su acompañante, hasta ver cómo evoluciona la lesión del flamante fichaje invernal, Giuseppe Rossi, se ha ido rotando. Rossi, además, por supuesto, de su talento y su grandeza, llega para ofrecer un perfil de delantero de ruptura que no tiene la plantilla. Luca Toni, que, ojo, está siendo muy útil en esta primera mitad de la temporada, está bastante cascado físicamente. Gana por alto, anticipa los centros laterales con maestría y convierte pelotazos en rebotes peligrosísimos, pero cualquier pelota al espacio acaba en el limbo. Alternativas como Ljajic (jugador muy técnico, algo intermitente pero al que hay que seguir por condiciones de base), o El Hamdaoui, habilidad pura con el balón pero muy propenso a lesionarse, aún no han sido suficientes para desbancar a Toni.
El trabajo de Montella ha recibido muy buenas críticas pero, quizás, su dirección de campo flaquea.
En cuanto a Vicenzo Montella, ha demostrado bastante talento para estructurar el equipo. Siendo la gran mayoría futbolistas recién llegados, ha encontrado pronto roles productivos para prácticamente todos, y eso se está convirtiendo, salvo en las últimas semanas, en buenos resultados. Quizá, por hacer una crítica completa, la irregularidad es fruto de algunas direcciones de campo poco entendibles. No siempre es así, ojo. Por ejemplo, sus cambios al descanso en el partido de Coppa frente a la Juve Stabia fueron fabulosos, pero la administración de algunas situaciones (como ante Pescara o Roma en cuartos de Coppa), dejan entrever que tiene margen de mejora. A esas direcciones de campo a las que hago referencia, se puede sumar poca reacción a la baja de Pizarro en las últimas semanas, tratando de mantener el dibujo sin buscar alguna solución alternativa (posicional, básicamente), utilizando hombres como Migliaccio o Aquilani a los que les cuesta adaptarse a esa posición de mediocentro único en este contexto. Pequeños detalles que merece la pena resaltar para que el análisis sea completo, pero que en mi opinión no son motivo para no creer en Montella como uno de los entrenadores con más proyección del Calcio. Y no sólo eso, si no como, probablemente, el gran culpable de devolver a la parroquia viola la palabra que tanto buscaba. Ya se acuerdan, se decía Ilusión.
_
Artículos relacionados:
Un talento diferente
Bienvenido, Borja
Mark 22 enero, 2013
Mucho merito de la Fiore. Y mas aun con Savic en el 11 titular.