El Arsenal post-Henry ha tenido dos problemas en los últimos tiempos. El primero, una perogrullada; el francés, por más que Arsene lo intente, es pasado. De todos los aciertos del mejor Wenger, rescatar del Calcio a Tití fue sin duda el más rentable y grande. Henry legitimaba una forma de hacer, un estilo. Los Gunners elegían el menú en cada estadio, a sabiendas de que el 99% de días no había un futbolista tan colosal sobre el césped como su número 14.
La segunda carencia ha tenido que ver con la competitividad. Quizás por la pérdida del principal referente y la consecuente bajada de nivel, lo cierto es que el Arsenal ha cometido pifias dolorosas en los momentos en los que se cortaba el bacalao. Que si un autogol en la prórroga, que si un penalty tonto segundos después marcar, un resbalón… De todo, aunque con un diagnóstico bastante común: la fragilidad en su área. No hay nada que deteste más el Arsenal que una pelota que sobrevuela su meta con intenciones oscuras.
Demba Ba ha tardado tres ratitos (dos y medio más bien) en sentar a Fernando Torres. Para ello no hizo falta mayor prodigio que ser delantero centro. Empujar un balón sobre la línea y llevarte a casa un golito. El franco-senegalés no encierra ningún misterio: culea entre centrales durante 89 minutos por partido, esperando ese centro a la olla que la Premier regala por contrato. Como argumento es tan simple como efectivo, y contra el Arsenal más. Hace justo siete días, un barullo sin más destino que el despeje acabó con Koscielny en la caseta apenas comenzado el encuentro. Dzeko (alto pero no excesivamente bravo) colocó su corpachón entre Laurent y la bola y voilà, los puntos al zurrón. Aunque el desenlace no siempre será tan cruel, el Chelsea halla en su poderoso 9 una ventaja psicológica inmediata y fácil de la que tirar. Música celestial para Benítez.
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@alvarofrances9 20 enero, 2013
Hace casi un mes, Demba Ba se enfrentó al Arsenal. Exactamente se enfrentó a: Sagna- Vermaelen- Koscielny- Gibbs. El resultado del partido fue 7-3, pero el resultado de el nuevo "9 blue" contra la defensa fue muy a su favor: dos golitos.
El lado de Vermaelen + Gibbs fue un absoluto horror.
Y si no remataba Demba Ba, arrastraba la marca. Y claro, los defensas del Arsenal caían como borregos (gol de Marveaux).
Hoy imagino a Demba Ba haciendo la vida imposible a los centrales y por detrás a Hazard, Mata y cía con su endiablada movilidad y no me dice nada bueno a favor de los de Wenger.