Thibaut Courtois es una de las grandes noticias en la temporada del Real Madrid. Sirva de preámbulo y principio de este texto la tanda de penaltis en la que el belga fue claro protagonista pero también como uno de esos ‘momentums’ que le hacen renovada pieza competitiva, relacionada con la mejoría defensiva y competitiva del cuadro merengue. A punto de entrar en momentos de todo o nada, siendo la Supercopa uno excepcional jugándose por primera vez en enero, Zinedine Zidane mira a su portería y sonríe porque su guardameta nuevamente compite de puntillas, atento y determinante, clave y fundamento, junto a otras figuras, del nuevo zidanismo; de la solidez que le dio el primer trofeo de la temporada. Enfrente, un Atlético de Madrid al que medirse nuevamente, de manera consecutiva, con los dos gigantes del fútbol español, le ha metido el nervio competitivo en el cuerpo pero, sobre todo, en la mente. No transmite la solidez de antaño pero sí que parece de nuevo dirigido a competir desde la dificultad e inferioridad, por si hiciera falta confirmarlo. Necesitado de meter en el ojo del huracán a muchos de los jugadores recién llegados, los rojiblancos sufren mejor que ayer.
Así pues, de entre las muchas características que han definido el paso del técnico francés en sus dos etapas al frente del banquillo del Bernabéu, cuando el equipo atravesaba un buen nivel de solidez y/o juego, destaca la capacidad de igualarse al rival por lo bajo cuando el lápiz se queda sin punta. De la mano del carácter imprimido y las cualidades de determinadas piezas, el Real Madrid fluye en los grises, incluso cuando el partido, por inercia compartida o por iniciativa propia, se detiene, sin exponerse a mayores dispendios y dejando pasar el tiempo para después tranquilizarse en los momentos de la verdad. Resumen del partido, Atlético y Real vieron pasar los minutos sin demasiados contratiempos, aunque siempre bajo el plan que querían reproducir, salvo un primer tercio en el que el Atlético estuvo cerca de hacerse con la ventaja.
El Atlético se encontró más cómodo en la primera media hora, defendiendo más arriba
Sin mayores decisiones relevantes en los onces iniciales, Zidane con cinco centrocampistas y Simeone con el plan de partido largo y defensa más baja, lo cierto es que la primera media hora fue rojiblanca. Fue uno de esos derbis que se han vendo dando en el Bernabéu, en ese tramo, donde el Real Madrid sale confundido, con dificultad incluso para cruzar la divisoria y mandar a través del pase. En un partido de ritmo interrumpido, el Atlético interpretó bien lo que comenzó a pasar y metió a sus pivotes en campo contrario, rompiendo la simetría y siguiendo Herrera a Casemiro cuando la pelota la tenían los centrales. Puntas con zagueros, laterales exigidos y acosados, la presión del Atlético hacía efecto y mella en quienes suelen pecar de desconexión e imprecisión. Ramos y Carvajal por despiste y Mendy por falta de recursos ante presión, dejaron pérdidas muy comprometidas que a punto estuvieron de darle al Atlético la iniciativa en el marcador. Pasada esa media hora de ‘runrun’, el Atleti bajó sus líneas, en parte porque el Madrid aumentó la altura media de sus jugadores.
Aunque a diferencia del día ante el Valencia, Isco no estuvo tan presente ni activo, la zona diestra de la circulación blanca volvió a ser la más predominante. Sin Hazard ni Benzema, han sido Modric y Valverde los que han asumido y absorbido el juego del equipo. No puede Kroos confiar en Mendy la sociedad más precisa y creativa, pues hacerlo en el lado contrario permite incorporarse más al lateral francés si el malagueño recibe ese flujo, fija defensores y libera a Ferland. Bajo esta premisa, Carvajal, Valverde y Modric intentaron reproducir asociaciones y toques vistos en semifinales, siendo además ese lado defensivo ciertamente inestable en las filas rojiblancas. Sin embargo, fue más la intención y la superioridad numérica que la profundidad lo que se vio en el costado derecho del ataque blanco. El Atlético basculó más a costa de perder altura, hundiéndose, pero tampoco le importó mientras Giménez y Felipe guardaban el área y el Madrid tampoco podía recuperar tan rápido al no perderla tan arriba.
Al Madrid se le notó más esta vez la necesidad de regate y determinación individual
Fue en esos momentos donde el partido se definió y le mandó un mensaje al Real Madrid, que era quien más pelota tenía: sin la precisión de otros días y con un rival que logra proteger la espalda de sus laterales, echaría en falta regate y verticalidad individual, fuese en aclarado o en dos contra dos. De eso no tuvo Zidane y el partido se fue descubriendo más liso, sin tantas aristas ni tanta imprevisibilidad. En ese escenario, el Atlético sabe esperar, aunque de ello dependa seguir metiendo a sus laterales en campo contrario para que Correa en el pico y Morata en el área, estén más cerca del peligro. Joao Felix volvió a pensar y rumiar demasiado sobre su actual estado anímico con respecto al juego, haciendo que el Atlético fuese un equipo de mínimos en ataque.
Es por eso que Simeone, que vio como su rival no lucía mucha capacidad ofensiva ni amenaza por ritmo y frecuencia ofensiva, metió a Vitolo antes que otras veces, viéndose con oportunidad para salir con más espacio y hacer daño la presión tras pérdida blanca, de peor calidad. El encuentro entonces se estancó. Sin demasiada corriente ni flujos de agua por los que desnivelarse, el choque se encaminó a la prórroga. Intentó Simeone repetir el Correa pro Joao, experimento que duró 5 minutos, metió a Llorente, que comienza a pillar su rol, y metió Zidane a Rodrygo, Mariano y Vinicius, con mejor encaje de los brasileños, prestos a afilar el ataque, pero todo quedó en manos de los penaltis, donde Courtois, que ya había sacado una gran mano a Morata, le sacó otra a Thomas desde los once metros para, más importante que levantar el título, levantar su figura y darle total credibilidad al Real de los días grises.
AArroyer 13 enero, 2020
Vaya jugador el señor Fede Valverde. Y qué inmejorable tutor ha tenido para despegar en el primer equipo. Una de esas relaciones que cambian a un equipo. Asombrado con la cantidad de cosas que va dejando el uruguayo en cuanto a juego y personalidad.
En cuanto al partido, el Madrid creo que no estuvo cómodo en la primera mitad y que después se adaptó rápido a esa dificultad para tranquilizarse y esperar otro momento. Algo parecido para un Atlético que le vino bien el ritmo del encuentro y que las tuvo para poder llevarse la Supercopa. Motivos para que ambos equipos estén contentos.
Courtois, por otro lado, uno de los grandes 'fichajes' del Madrid esta temporada. Claro culpable, junto a Mendy y la calidad de la posesión, de la mejoría del Real Madrid en el plano defensivo y competitivo.