Al Atlético de Madrid no le importó esperar más de lo imaginable, sobre todo desde el inicio, para castigar a Osasuna en el momento indicado. Ante las múltiples dificultades que está teniendo el cuadro de Simeone para darle situaciones ventajosas de remate a sus mejores llegadores, el Atlético entendió que, corriendo al espacio y no teniendo por qué pensar demasiado sus ataques, apoyándose en un muy participativo Joao Félix entre líneas y sacudiendo a través de su transición defensa-ataque lo arriba que quiso posicionarse Osasuna sin apretar sus primeros pases, encontraría la cantidad -y no tanto la calidad- de ocasiones claras para superar sus problemas de cara a puerta. Pero lejos de encontrar una solución verdaderamente convincente para eso, no hubo mejor noticia para ellos que la victoria. Porque los puntos siempre dan confianza. Y el tiempo, bien invertido, es lo que permite evolucionar.
Sergio Herrera salvó varias veces a Osasuna en la primera mitad
No obstante, la primera clave táctica de la noche corrió de la cuenta de Jagoba Arrasate. Osasuna no quiso regalarle al Atlético de Madrid su superioridad manifiesta en la salida de balón, a pesar de jugar con Chimy Ávila como único delantero declarado, adelantado para ello a Fran Mérida a la misma altura que el argentino. Con y sin balón. Tanto en la fase de iniciación rojiblanca, en la que Osasuna no presionó con demasiado ahínco sino que prefirió esperar, incomodando desde el 2×2 entonces generado entre sus dos piezas más adelantadas y los dos centrales del Atlético, como en la fase ofensiva de Osasuna, en la que, si bien es cierto que no pudo aportar lo mismo que Brandon o Adrián López, Fran Mérida sí consiguió que Osasuna defendiese con todo el bloque muy adelantado. Una situación, eso sí, que ante la negativa de presionar y la calidad de Joao Félix dentro del carril central, le abrió bastantes puertas al Atlético para transitar de forma vertical con pocos toques.
Joao Félix volvió a ser el mejor futbolista del Atlético de Madrid
Porque al Atlético no le importunó demasiado el plan de partido de su rival. Encontrando con cierta continuidad la vía con la que girar a Osasuna hacia su propio campo, el cuadro de Simeone consiguió correr varias veces al espacio en situación de superioridad, tanto por el número de efectivos como por la cantidad de metros que lograba completar. En ese escenario el mejor rojiblanco fue claramente Joao Félix. El portugués, que volvió a jugar nuevamente por dentro, por detrás de Morata, y no desde el costado derecho, fue el principal responsable de que el Atlético consiguiera salir tanto, y sobre todo tan bien, durante la primera mitad. Flotando entre líneas, apareciendo por delante y por detrás del doble pivote de Osasuna para alejarse o acercarse de la pelota, en función de lo que demandase la acción, Joao mejoró cada ataque del Atlético mediante sus movimientos. Aunque con tanto espacio y tan poco lugar para la reflexión, el sistema no le acabó de dar aquello que este curso ya le ha costado puntos al Atlético: ‘remates ventajosos’.
Algo que si encontró, ya en la segunda mitad, en el centro de Trippier a Morata en el 1-0 y en la posterior acción individual de Saúl, fue a través de la propia inspiración de sus futbolistas. Pero esa, por sí sola, es la mejor noticia que el Atlético puede sacar de esta noche. A la espera de encontrar una fórmula que le aclare la existencia a sus futbolistas más determinantes, buena fue la iluminación que tuvieron sus hombres en la segunda parte. Al menos, si cabe, hasta el próximo fin de semana; que, tal y como estaba la situación, o está, mejor dicho, no es ‘poco’ para el equipo.
AdrianBlanco_ 15 diciembre, 2019
El plan de partido del Atlético me pareció ciertamente curioso. Y en cierto modo, habrá que ver, puede ser hasta revelador. Ante los problemas de gol que está teniendo el Atleti, Simeone apostó por correr en lugar de pensar.