Durante su etapa como seleccionador, que ha sumado siete encuentros, Robert Moreno ha venido insistiendo en una idea verbalizada consistente en que sus hombres de banda tuvieran claro lo que tenían que hacer para no pasar muchos minutos sin intimidar al rival. Y así lo condensó Robert:
«Vamos a tener obsesión por intentar convertir cada ataque en una situación de tiro»
Bajo esta premisa, la Selección española se ha comportado, en sus mejores días, acorde a este deseo, pero lo ha hecho con dos matices importantes. Uno referente a la elección del once inicial y otro referente al dibujo. En la mayoría de los encuentros, Robert ha terminado echando mano de un cuarto centrocampista que desnivelara la balanza entre lado fuerte y lado débil. Además, ha utilizado un rombo en mediocampo, coronado por un centrocampista, con el que ha andado el camino que tenía por delante, uno en el que encontraría muchos repliegues bajos y salida a la contra por velocidad o juego directo, dependiendo del rival -Rumanía, Suecia, Noruega-.
Así, entre Dani Ceballos, Santi Cazorla o Suso en el día del debut, Robert ha acumulado nuevamente muchas opciones de pase para después encontrar situaciones despejadas para hombres más verticales. Aprovechando el buen momento que atraviesan dos jugadores tan diferentes como Santi Cazorla y Gerard Moreno, España encontró una manera colectiva de solucionar un problema endémico en su potencial listado de nombres: la falta de regateadores o encaradores. En el ‘XI’ ante los rumanos, no hubo un solo hombre que tuviera capacidad de desbordar, fuese por regate, arrancada o insistencia. No estaba Navas, tampoco un Isco, al que Luis Enrique nominó como vital en su 4-3-3, con el malagueño en banda izquierda. Tampoco el emergente Dani Olmo, escurridizo en situaciones de ‘1vs1′.
Santi Cazorla es un nombre que conviene recordar para explicar lo que ha buscado Moreno en el continuo contrapeso de su idea grupal. El asturiano es un semielegido controlando la pelota y acudiendo puntual y bien orientado a cada acción del juego. Más rodeado al jugar con la defensa basculada hacia su zona, Cazorla sigue siendo un manual de instrucción y estilo sobre lo que es esperar, recibir e interaccionar con el juego por delante o por detrás de la línea medular rival. Con su magistral lectura de los espacios y su impresionante calidad técnica, España encontró mucho espacio para su compañero de equipo, Gerard Moreno.
En esta idea tuvo un peso especial un inspirado Sergio Busquets, quien despojado de la presencia de un Parejo o un Thiago, ejerció de creador y filtró balones rasos o cambios de juego en vuelo muy inteligentes y muy precisos para aprovechar la atracción generada, restándole tiempo a la defensa rumana que intentaba volver a bascular hacia el sector al que daba la espalda mientras miraba el balón. Sea Gerard, Rodrigo, Aspas u Oyarzabal, el acompañante de Morata, sea en 4-3-3 o en rombo, encuentra situaciones provechosas para que cada ataque se convierta en una situación de tiro.
Felipe 19 noviembre, 2019
Y al final todo queda en nada, porque se empieza otra vez desde 0 con otro entrenador, a solo 7 meses del campeonato.