El RCD Mallorca de Vicente Moreno es un equipo eminentemente reactivo. Moviéndose en índices de posesión bastante bajos (44% de media; solo el Alavés tiene menos cuota de balón por partido: 41%), ya sea dentro o fuera de casa, el Mallorca, que no va sobrado especialmente de calidad en su once tipo, sigue un guion ciertamente parecido en todos sus encuentros. Del 4-1-4-1 con el que se posiciona en fase ofensiva, donde Baba -pivote- y Budimir -delantero- se sitúan entre las dos líneas de cuatro, el conjunto bermellón pasa a un 4-4-2 cada vez que pierde la pelota, con Febas a la misma altura que el punta croata, en un repliegue medio-bajo. Dos figuras que visten al RCD Mallorca a nivel de sistema. Y a través de las cuales, una vez alcanzada la Primera División, Vicente Moreno ha entendido que la oportunidad nace desde la inferioridad.
Aleix Febas se está situando entre Budimir y Salva Sevilla
En la posición del interior derecho, la que ocupa Aleix Febas, es donde Vicente Moreno ha concentrado más esfuerzos para sacarle un fondo de provecho a su propia forma. De esta manera, cada vez que el RCD Mallorca inicia el juego desde su propio campo, dicha demarcación ha experimentado ciertos cambios dentro del sistema. Con Salva Sevilla en el perfil izquierdo, abriendo su posición para recibir entre el pivote y el lateral zurdo, el Mallorca se apoya mucho en este sector en su fase de salida, mientras que Febas, desde el costado opuesto, tiene la misión de alejarse de dicha zona mediante un desmarque vertical para asumir un rol muy importante en el 4-1-4-1: ejercer como nexo por delante de la pelota, ofreciendo una línea de pase -generalmente por detrás de los pivotes o el interior rival-, o asegurar para su equipo la segunda jugada, cuando el RCD Mallorca decide jugar directamente en largo sobre su «9» referencia.
El Mallorca es el segundo equipo con menos posesión: 44%.
Budimir pertenece a esa clase de delanteros que, corpulentos y poco veloces, dependen en exceso del primer control que hagan. El ‘9’ croata, a pesar de lo que pueda aparentar a simple vista, es un futbolista con cierta calidad en su pie izquierda. Su primer contacto con la pelota, en ocasiones, le sirve para superar directamente a su marcador gracias al dominio que tiene de toda la bota. Y sus desmarques de apoyo, distanciándose aún más de la portería contraria para así tomar distancia con los centrales -y en el mejor de los casos atraer su vigilancia-, es, hoy por hoy, una de las mayores certezas del RCD Mallorca en campo contrario. Recibiendo para esconder el balón, protegerlo, conducir, sacar la falta o descargarlo de cara por dentro o hacia uno de los costados, Budimir, que ya tenía un rol muy parecido en el Crotone, es consciente de que todo ese trabajo es necesario para que el equipo, aunque sea solo una vez por partido, le localice después en el área: en la zona de remate.
La pregunta del millón: ¿Y Kubo dónde entra en todo esto?
Takefusa Kubo tuvo su momento en el once ante Atlético de Madrid y Deportivo Alavés, pero Vicente Moreno confía en él más como extremo que interior. Y de ahí que, cada vez que Kubo haya coincidido con Dani Rodríguez sobre el campo, este último haya abandonado la banda para jugar dentro. Y el resultado, en cierto modo, ha sido lógico: ni Dani Rodríguez se ha encontrado cómodo para correr en el carril central ni Kubo, a tantos metros de distancia con el pico del área, ha conseguido estirar al RCD Mallorca por más pie que piernas. Y lo que es peor aun: el equipo, de esta forma, pierde el apoyo interior de Febas y defiende peor sin la pelota. Es decir, en el RCD Mallorca de Vicente Moreno, que es el de Baba como pivote, Salva Sevilla por izquierda, Febas flotando entre líneas, Lago Junior y Dani Rodríguez bien abiertos y Budimir en el apoyo, cuesta imaginar que Kubo, en este equipo más reactivo que proactivo, vaya a pasar del recurso al discurso. Al menos por ahora.
nexus_dum 19 octubre, 2019
Creo que si Kubo consigue convencer a su entrenador para conseguir jugar más minutos crecerá bastante y lo hará mejor jugador ya que es un estilo el del Mallorca que no casa exactamente con su idiosincrasia , al igual que le está pasando a Febas.