Ansu Fati no se arruga ni a remojo en una bañera. Su entrada en el último tercio de partido ante el Villarreal se convirtió en la gran noticia de la noche para el FC Barcelona. Ingresando al campo desde la derecha, desplazando con ello a Griezmann a la posición de ‘9’ dentro del sistema, el chico, de apenas dieciséis años, le volvió a cambiar el pulso a su equipo a golpe de desequilibrio. Recibiendo al pie, saliendo por dentro con su pierna más habilidosa, Ansu Fati le dio al Barcelona todas esas cosas que le estaban faltando en el último tercio: amplitud, profundidad y una serie de movimientos, en definitiva, moviéndose de fuera hacia dentro, cargados de un veneno que maniata en su asombro a los contrarios.
Lo primero que hizo Ansu Fati nada más entrar al campo fue disparar a puerta. En estos ratos que ha tenido en la máxima élite del fútbol, a excepción de la noche de Dortmund, el hispano-guineano ha dotado al Barcelona de un dinamismo, una frescura y una lectura de las situaciones, pues apenas se le ha visto precipitarse cuando no había motivos -en cuanto al tiempo y al espacio- para ello, que han revitalizado a un equipo al que, como es lógico a estas alturas del curso, le sobran dedos de una sola mano para contabilizar sus certezas. Porque Ansu Fati, por centrarnos en lo que ocurrió anoche con la visita del Villarreal, ingresó al campo en un momento en el que el equipo no sabía ‘cómo, dónde ni con qué’.
Griezmann arrancó desde la izquierda con Suárez y Messi
Messi, Griezmann y Luis Suárez compartieron ataque desde el principio por primera vez. Con Griezmann desde la izquierda, al menos sobre el papel, Luis Suárez en punta y Messi por derecha, el Barcelona afrontó uno de estos encuentros en los que llega antes al gol que al juego. En los primeros quince minutos el resultado ya era de 2-0 para el Barça. Y el plan, una vez conseguida la ventaja, fue menos proactivo que ante Betis y Valencia. Sin presionar los primeros pases del rival, antes y después de los tantos de Griezmann y Arthur, el Barcelona configuró su transición defensiva a través de un repliegue a media altura en el cual el propio Griezmann iba de arriba abajo para ayudar a Junior en su duelo con Chukwueze. De esta forma, cediendo toda la iniciativa a los de Calleja y dejándoles 2-3 metros de margen a todos sus hombres -entre pasadores y receptores-, el Barça entendió su ventaja desde una colocación muy pragmática en cuanto al espacio y la posesión.
Arthur Melo se movió de manera muy vertical sin la pelota
No obstante, con Messi y sin él sobre el césped, el Barcelona dejó ciertas cosas que no pueden escapar del análisis. La primera tiene que ver con el propio argentino. En su fase de iniciación, aún en la primera parte, el ‘10’ azulgrana decidió permanecer muy abierto en banda derecha para que ese espacio por dentro fuese ocupado por Semedo -lateral- y Sergi Roberto -interior-, en un movimiento que en fase ofensiva devolvía a Messi a la zona central y era el interior de este mismo costado, en este caso Sergi Roberto, quien corría a ocupar el aclarado exterior. La segunda de estas tiene que ver con Griezmann. El francés, a pesar de arrancar desde la izquierda, se movió constantemente -sin balón- por dentro para participar en el circuito asociativo del Barcelona: por delante de sus tres centrocampistas, ofreciendo desmarques de apoyo con su pie izquierdo, y por delante del propio Luis Suárez, utilizando las prolongaciones del uruguayo para (tratar de) intimidar en la ruptura.
Y la tercera y última hace referencia a Arthur Melo. El brasileño, interior izquierdo a lo largo de todo el encuentro, con Sergi Roberto y después De Jong en el interior opuesto, realizó una serie de movimientos, arriba y abajo, a un lado y otro, que le reportaron dos cosas principalmente al Barcelona: la primera y más evidente, con la pelota en los pies, es seguridad, ritmo y verticalidad en su posesión. Pues, dado lo bien que entendió Arthur lo que requería cada acción en cada momento, la seguridad y la verticalidad no tuvieron por qué estar reñidas en su mapa de pases. Y la segunda, por otro lado, es profundidad a través de sus acciones sin la pelota. Después de dar un pase o sin entrar directamente en juego, aprovechando que la acción avanzaba desde la derecha -De Jong y Dembélé-, Arthur dejó una retahíla de rupturas hacia delante que, con la clara intención de ofrecer una línea de pase más y hundir de esta forma al Villarreal contra su propia área, le acabó situando en más de una ocasión en la misma altura que Luis Suárez. Fue algo muy llamativo.
_RaTiO_ 25 septiembre, 2019
El partido de ayer del Barcelona fue malísimo, hay muchas piezas que no dan la talla y un hueco enorme entre la defensa y el centro del campo que no es aceptable. Ya sé que la temporada es muy larga, pero cada año Luis Suárez necesita más partidos para estar en forma y cuando lo está sigue sin resolver los partidos más complicados fuera de cosa en Champions, pero es que el de ayer es el peor partido que le recuerdo, no hizo casi ni una cosa bien.
Busquets está increíblemente lento y aunque los problemas defensivos no son exclusivamente suyos, no creo que pueda ser titular jugando así donde no puede tapar ni a Cazorla, que es buenísimo pero bastante lento como para dejarle correr solo como hizo ayer en algunas situaciones.
Finalmente, Sergio Roberto no tiene ni ha tenido nunca nivel para ser titular. Entiendo que tiene una labor sacrificada en la parcela detrás de Messi, pero no puede ser que siga siendo la primera opción de Valverde en ninguna posición del campo. Ya sé que Rakitic mostró un nivel bajísimo el otro día pero es que incluso alguien del filial me daría más confianza para jugar por S. Roberto.
Por lo menos hay buenas noticias que van a ayudar a que pronto todo pueda cambiar para mejor. El paso en frente que ha dado Arthur este año es evidente y no se entiende que no jugara contra el Granada. De Jong está justificando su fichaje totalmente, ayer era el único que presionaba bien, recuperaba balones y se ofrecía constantemente mientras a su alrededor todo el mundo iba a una marcha más lenta o simplemente ni se movían.
Y lo de Ansu Fati es realmente increíble. Sé que otros jugadores como Bojan han aparecido antes como y luego se han desvanecido, pero no creo que sea comparable. Tiene una personalidad que no es ni medio normal, hace recular a toda la defensa solo con pisar el balón, hace controles complicadísimos y tiene una verticalidad que asusta. Ayer en los pocos minutos que tuvo generó una cantidad de peligro que no recuerdo haber visto desde Messi en un chaval de esa edad.