El talento nace cuando no hay tiempo para pensar. Una manifestación del instinto que brota, como ninguna otra manera, cuando las circunstancias te obligan a la máxima (ex)presión. A veces, trabajar contrarreloj aflora la intención, el acierto y el éxito. España tenía que marcar tres goles y metió en el mismo saco la urgencia y el colmillo, sintiendo de manera excepcional que las prisas eran buenas consejeras. Desde el ‘XI’ inicial hasta la primera jugada en ataque, la selección de Luis de la Fuente se dio el permiso de intimidar y amenazar con cada acercamiento. Una goleada repleta de ‘punch’, movilidad y altísima calidad técnica.
Roca y Oyarzabal fueron las novedades más relevantes del sistema
Entre las muchas cosas que se modificaron con respecto a Italia o Bélgica, cabe destacar los cambios acometidos en el mediocentro y el ‘9’. En la primera de las dos posiciones, Luis de la Fuente le otorgó a Marc Roca la responsabilidad de elegir la velocidad en el traslado de la pelota. El mediocentro del Espanyol cogió las riendas de la circulación y ayudó a crear un contexto en el que la pared, el disparo y el desmarque o llegada al área completaran una fase ofensiva riquísima en todo tipo de jugadas y combinaciones. Pero el menú no tuvo razón de ser sin la agresividad que mostraron todos los jugadores ofensivos. Como giro de 180º, el poseedor del balón no se fue a por un socio para seguir avanzando línea por línea y jugador por jugador sino que en multitud de ocasiones se fue a por un espacio o un metro para armar la pierna. España se mentalizó para disparar y agredir. Por derribo.
Por otro lado, la aparición de Mikel Oyarzabal en la punta de ataque desnudó de marcas la última línea defensiva de Polonia y habilitó pasillos para que los mediapuntas y hombres de banda españoles fueran a por el turrón desde el primer momento, sin pasos previos. En ello, cómo no, pues rozó el escándalo, tuvo mucho que ver el partido de Fabián Ruiz, quien recibió y terminó muchas jugadas en la corona del área, soltando verdaderos zambombazos como medida no tan habitual en los ataques de España. El centrocampista del Nápoles se sacó misiles a las escuadras y un soberbio golazo con rosca que desorientó por completo al combinado polaco, quien perdió las referencias de hacia dónde tenía que invertir y derivar su defensa para sentirse más seguro. En el área había gente, peor fuera la amenaza era de igual o mayor nivel.
Ceballos y Fabian dominaron toda la frontal del área
España no se cansó de buscar portería como si de un escenario simulado y a desbloquear de un videojuego se tratara. La entrada de Fornals desde la derecha, el intercambio posicional y convivencia de Fabian y Ceballos en zonas de riesgo y aceleración, y la agresividad de Olmo para ejecutar con remates o salidas por desborde más disparo, elevaron a España hacia un dominio abrumador que echó por tierra su versión más inerte o plana. Una noche pluscuamperfecta para un colectivo que estaba quedándose a mitad de camino, con un golpe emocional -Italia- de por medio.
vi23 24 junio, 2019
Que pareja de zurdas puede tener el Napoli con Fabián y James!!!