Es muchísimo más difícil. Cuando el Liverpool fichó a Virgil van Dijk, uno de los mejores jugadores del mundo, puede que no supiera qué jugador estaba fichando, no tanto por el precio del traspaso, inversión acorde a una referencia de la posición, sino por tener de su lado un fenómeno absoluto que ha transformado por completo las aspiraciones de un club que la temporada pasada llegó a la final de la Copa de Europa. El defensa holandés, que no estará en esta ida de los octavos ante el Bayern Munich, es uno de los pocos jugadores con la capacidad de cambiar las reglas del juego. Su ausencia, que además se suma a las bajas de Lovren -99%- y Joe Gómez, complica sobremanera toda la parcela defensiva del conjunto ‘red’. Si en el fútbol existieran, el Liverpool sentiría una exclusión de dos minutos de Van Dijk como un verdadero contratiempo. La tormenta perfecta, siempre posible por Klopp y sus alumnos, no lo será sin el ‘4’. Al menos no podrá ser perfecta, si se desata, durante los primeros 90 minutos de este cruce entre ingleses y bávaros.
Sin Van Dijk, el Liverpool ha caído eliminado en las dos copas inglesas
Contar con Van Dijk a día de hoy es jugar con una ventaja absolutamente trascendental. En la actual época, una que ha entendido que los tres centrales está correspondida y vista como una ventaja colectiva en aspectos fundamentales en el fútbol de élite, hasta el punto de que, si no hay máxima calidad en la posición de central, los entrenadores están encontrando en las áreas refugios con los que poblar un espacio clave, el área propia, y una fase del juego, la salida de balón, cada vez más importante para responder al desafío consistente en saltar presiones altas con las que mismamente Jürgen Klopp se ha convertido en el entrenador que es hoy. Pero todo ello, una respuesta natural, queda relegada, con las ventajas que también cuenta la línea de cuatro y más jugadores por delante, cuando cuentas con jugadores como Virgil van Dijk, una figura que vale por dos continuamente. En el área, en la toma de decisiones, en la salida de balón y en la interpretación de la defensa a campo abierto, jugar con Van Dijk y otro central es tener la misma ventaja que supondría jugar con tres centrales. Se ha comprobado en el día día de los de Anfield.
Klopp podría activar un ritmo más bajo sin el holandés
Sin él, el Liverpool compra más circunstancias a sujetar, se presta más a lanzar los dados. De hecho, la baja de Van Dijk resta iniciativa a Klopp, porque la manta, una de las más largas del continente con Virgil compareciendo en el campo, se recorta de manera relevante. En un equipo tan sumamente temperamental y dinámico en su ritmo ofensivo, Van Dijk es un constante control que equilibra el campo, el juego y el pulso del actual líder de la Premier League. Los dos días que el holandés faltó, su equipo cayó eliminado de la FA Cup y de la Carabao Cup, un dato que explica su valor real y profundo en la competitividad de este cuarto año de proyecto del técnico teutón. Es por eso que Klopp y sus chicos tendrán que medir, de otra forma, la ocupación del campo y el ritmo del partido, pues no cuenta con el factor que posibilita jugar donde quiere el equipo, recuperar muy arriba y defenderse en el área con el jugador más seguro del mundo en dicha zona, un segundo portero para la retaguardia.
Gnabry y Coman pueden encontrar autopistas sin el ‘peaje Van Dijk’
Para el Bayern es una oportunidad. El conjunto bávaro presenta, precisamente, dificultad para defender espacios a la espalda de su zaga, con mediocentros y centrales en constante inferioridad física con los delanteros ingleses. Jugar lejos de Manuel Neuer es una constante invitación a que el partido se dinamite, lo que seguramente lleve a Kovac a tomar numerosas precauciones que además consigan un efecto doble: que sus extremos ataquen con espacio para castigar la zaga del rival. Coman, Gnabry y la llegada de Goretzka pueden ser argumentos más que interesantes para atacar la espalda de los laterales y encontrar situaciones de ventaja sin encontrarse con uno de los grandes artífices de que el Liverpool sólo haya encajado 15 goles en Premier y haya apuntalado todo su engranaje cada vez que pierde la pelota. La vida sin Virgil van Dijk, durante hora y media, puede hacerse muy larga para el Liverpool.
David de la Peña 19 febrero, 2019
Es una baja absolutamente capital, más porque enfrente está un jugador como Lewandowski al que hay que anticipar, tanto fuera del área como sobre todo, y ahí Van Dijk es un fenómeno. Sin duda Klopp, como explica Arroyo en el texto, va a buscar ajustar de alguna manera.
La baja de Joe Gomez me parece también importante porque es un jugador también capaz de hacer esfuerzos muy largos y salir a robar lejos del área, así que el Liverpool tiene que compensar mucho con balón lo que puede sufrir sin él.