Un derbi siempre es diferente. Y como tal, los imprevistos y el descontrol suelen multiplicarse con respecto a cualquier otra cita del calendario. Eso es lo que sucedió ayer en Anoeta, en un duelo en el que ambos equipos estuvieron lejos de lo que habían venido siendo. Por esta razón, quien más empeño puso en parecerse a algo concreto, y sobre todo durante más tiempo, fue el que acabó gobernando un encuentro muy marcado por el desenfreno, el duelo directo y la segunda jugada. Ingredientes básicos de todo choque de estas características. Y que la Real Sociedad, de atrás hacia delante y no al contrario, consiguió controlar para hacer del orden el mayor desorden que ha experimentado hasta ahora el Athletic de Garitano.
Garitano, después del encuentro: “No ha sido nuestro mejor partido. Hemos salido mal; con el balón no hemos estado nada finos y nos hemos expuesto a contragolpes. Hemos perdido muchos balones y les hemos permitido que llegase bien. A la Real también hay que darle valor por lo que hace de mediocampo hacia arriba. La primera media hora les ha valido para ganar el partido”.
Con Asier Illarramendi como único pivote por delante de la defensa, la Real Sociedad formó en su fase defensiva con un 4-1-4-1 en el que Zurutuza -izquierda- y Mikel Merino -derecha- jugaban a la misma altura que Januzaj y Oyarzabal. Así, la intención de Imanol Alguacil fue reorganizarse rápidamente tras pérdida, y no correr a presionar sobre una parcela. Una primera decisión que marcó el desarrollo de la contienda. Formando en un bloque medio, bien ordenado y sin apenas espacio entre sus líneas, la Real Sociedad consiguió controlar cada balón que cruzaba su propio campo. Con Navas y Llorente, los dos centrales, yendo siempre de cara a la disputa, impidiendo -con la colaboración de Zaldua e Illarra- que el Athletic consiguiera transitar en ventaja, el conjunto donostiarra logró establecer las bases de su consecuente amenaza: correr al espacio.
Lanzando al espacio a Oyarzabal -que arrancaba desde el lado izquierdo- y Willian José -que se supo alejar de la pelota para fijar la vigilancia de Yeray e Íñigo Martínez-, la Real Sociedad logró castigar la débil transición defensiva de los bilbaínos. De esta forma, aprovechando que su rival también fue incapaz de asentar un dominio ciertamente reposado, el equipo de Imanol Alguacil entendió que sus posibilidades pasaban por correr mucho más que el Athletic. Y para ello fueron claves dos aspectos del juego: el número de duelos y el de transiciones al espacio. Y en ambos, dos conceptos conectados entre sí, la Real Sociedad se impuso en los primeros 45′.
Zurutuza y Mikel Merino bordaron sus actuaciones en mediocampo
En este sentido, la trascendencia de Zurutuza y Mikel Merino fue total. El primero, arrancando desde la izquierda, supo comprender en todo momento la voluntariedad de Theo por salir desde atrás conduciendo. Cuando el ‘19’ de la Real Sociedad tenía el esférico, el movimiento del ‘17’ era reflejo: si Theo avanzaba de manera vertical, él se situaba automáticamente por detrás, en paralelo a Illarramendi, para redoblar así la apuesta en caso de pérdida. Una interpretación de la posición que Zurutuza, a su vez, completó con un reparto bastante aseado en cuanto al pase y la fricción sin balón. Por derecha, mucho más completo -con el balón- fue lo de Mikel Merino. El ex de Osasuna, Borussia Dortmund y Newcastle actuó como lanzadera entre el mediocampo y la carrera de Januzaj, Oyarzabal y Willian José. Una actuación que Merino, más liberado que Zurutuza por su lado, ultimó en varias ocasiones con ataques al área bilbaína.
Con 2-0 en contra y a 20’ del final, Guruzeta entró por Muniain
Ya en la segunda parte, y con una profunda desventaja en el marcador, el Athletic hizo todo lo posible por parecerse al Athletic de Gaizka Garitano. Con Beñat en lugar de San José, escoltando a Dani García en el doble pivote, y con Raúl García en detrimento de Córdoba, primero desde la banda derecha y después atacando el corazón del área, el cuadro rojiblanco se instaló cada vez más cerca del rectángulo de Rulli. Y en esas, fue muy significativa la decisión de quitar a Muniain, una vez el Athletic trató de abordar el área rival a través de centros laterales, para intimidar con la altura de Guruzeta. Un paisaje que Imanol Alguacil, justo antes de encajar el 2-1, trató de sentenciar con la velocidad de Sandro, y al final, dada la insistencia rival (tras recortar distancias), acabó protegiendo con la entrada de Héctor Moreno al lado de Diego Llorente y Raúl Navas.
AdrianBlanco_ 3 febrero, 2019
Me pareció muy significativa la decisión de Gaizka Garitano al intentar remontar el partido con Guruzeta y sin Muniain. Ocurrió poco antes del 2-1, con el equipo ya prácticamente instalado en torno al área rival, y cuando más centros laterales quiso meter. Visto así es una decisión hasta coherente. Pero no deja de ser sorprendente. Estamos hablando del futbolista más dotado de toda la plantilla.