El Valencia dejó claro en el Camp Nou que la recuperación anímica del equipo es un hecho, a tenor de las jugadas que fue capaz de ejecutar con mucha frecuencia y confianzxa. Fue la lectura positiva de un partido que dejó, por otro lado, algunas certezas no tan buenas para el equipo culé, que aún así estuvo cerca de remontar mientras Leo Messi duró al 100% sobre el terreno de juego.
Es difícil valorar qué fue antes, si el control Valencianista por méritos propios, porque Dani Parejo y Rodrigo Moreno jugaron una primera parte de un nivel altísimo, o si sucedió por culpa de que la gestión del balón del Barcelona permitió que los dos cracks visitantes pesasen de forma constante en el partido.
Rodrigo Moreno y Dani Parejo dominaron la primera mitad, aunque el capitán valencianista sostuvo al equipo también en el tramo final de encuentro
Contra la doble punta del Valencia, Ivan Rakitic –que hizo de pivote en el 4-3-3 de Valverde- retrocedía bastante su posición para no dejar a sus dos centrales en igualdad numérica, pero a partir de esa decisión Aleñá y sobre todo Vidal quedaban muy alejados del mediocentro culé, a pesar de que el canterano mostró muy buen tacto para juntar a sus compañeros cuando participó, si bien es cierto que su zona de acción en este Barcelona no es cómoda.
Aleñá, como interior derecho, tiene la dificultad añadida de compartir perfil con Leo Messi, de forma que en muchas ocasiones debe abrirse o moverse en vertical para dejar que el 10 tenga espacio para recibir. Vidal, bastante perdido en su movilidad sin balón y poco preciso con él, no compensó esta circunstancia y el Barcelona perdía la pelota con un gran latifundio que abarcar, en el que además operaban los acertadísimos Parejo y Rodrigo.
Con el primero mostrando un tacto fantástico para conservar la pelota y después lanzar, y con el segundo moviéndose de forma muy precisa entre las líneas culés y sobre todo, enseñando una finura maravillosa en cada contacto con la pelota, el Valencia transitaba al ataque con mucha facilidad, lo que explicó el 0-2 parcial de forma bastante precisa.
La entrada de Jordi Alba le dio un nuevo y favorable escenario de partido al Barcelona
En el segundo tiempo, el ajuste de Valverde fue recurrir a la jugada que ha dado esqueleto táctico al Barcelona en los últimos años: el pase profundo sobre Jordi Alba. La presencia del lateral culé no sólo solucionó el balón a la espalda de Sergi Roberto sobre Daniel Wass, con el que el Valencia había girado constantemente al equipo culé, sino que además le dio una jugada al equipo local para profundizar y poder presionar tras perder la pelota, con Rakitic teniendo más tiempo llegar arriba.
Eso dio estructura para que el Barcelona intimidase con continuidad la portería de un inspirado Neto, lo que permitió activar a Leo Messi más cerca del marco rival, razón suficiente para que el Barça estuviera cerca de la victoria. Se sumó además la ausencia de Gameiro, que tuvo que retirarse lesionado, lo que quitó al Valencia sus movimientos profundos en la primera mitad –Marcelino buscó copiarlos con Cheryshev, pero no lo consiguió-, aunque finalmente y de nuevo apoyados en un Parejo imperial para dar a su equipo aire con frecuencia, logró llevarse un resultado del Camp Nou que confirma esa recuperación.
Gravesen 3 febrero, 2019
Importante problema tiene el Barcelona sin Alba. Ya probó ahí a Vermaelen, Sergi Roberto y Semedo y no funcionó. Y Miranda parece que no goza de su confianza. Algo tiene que inventarse.