Se vio en Montilivi una variación en el Barça que llamó la atención, ya que no suele ser habitual que Ernesto Valverde utilice a Ivan Rakitic como interior izquierdo. Generalmente el croata suele partir a la derecha de Sergio Busquets, lugar en el que en los últimos años ha generado un buen colchón para Leo Messi, tanto sosteniendo el poco retorno defensivo del argentino –sobre todo con Valverde- como dando profundidad con movimientos más verticales si era necesario –en la era Luis Enrique-.
Ivan Rakitic ya no es el inamovible interior izquierdo de Ernesto Valverde
Sin embargo, frente al Girona, el cacereño optó por situarle en el perfil izquierdo, con Arturo Vidal en la derecha del 4-3-3 del Barça. La estructura permitió al equipo culé saltar bien la habitual presión adelantada de los de de Eusebio, ya que el chileno estiraba y ofrecía un pase entre líneas y Rakitic representaba un apoyo extra cerca de Busquets, aunque no fue suficiente lo ofrecido en campo rival, donde el campeón no terminó de hacer asentar la pelota con la suficiente firmeza como para que el Girona no se desplegase.
Con Vidal como interior derecho y Semedo como lateral derecho, no logró Leo Messi, que arrancaba desde ese perfil, rodearse de compañeros para que la circulación de pelota hiciera al Barcelona jugar veinte metros más arriba de forma sólida. Fue un problema que se sumó a la poca determinación que está mostrando Phillipe Coutinho, que cuando juega de extremo izquierdo en el sistema culé está obligado a finalizar jugadas no sólo desde la frontal del área, sino también siendo agresivo trazando movimientos al espacio.
Es complicado valorar los porqués de la falta de integración de Coutinho en el plan A del Barcelona, pero quizás tiene que ver con un tema de agresividad, si lo comparamos con el estilo de Ousmane Dembélé. Leo Messi demanda percutir a sus compañeros de vanguardia, y el brasileño no siente el juego como tal. La gran armonía que ha surgido en los últimos años entre el argentino y Luis Suárez, o la que parece florecer con el joven galo no aparece con Coutinho, y esa falta de colmillo tiene mucho que ver, cuestión que explica que el Barcelona, tras saltar la presión del Girona, no terminase de intimidar en campo rival.
Phillipe Coutinho se está quedando muy corto en la ofensiva blaugrana
Sí hubo una lectura positiva antes de que el Girona se quedase con diez y el Barcelona encontrase un espacio extra para conectar y poder encontrar remates más limpios –sumado a la presencia de un Arthur que intercambió control por profundidad-, y fue que vimos dibujado en muchos momentos ese Rakitic – Busquets para frenar contragolpes rivales, y lo vimos con el croata en el lado de Jordi Alba, un mecanismo defensivo que puede ser muy interesante de cara a los días grandes de la Champions League.
AArroyer 28 enero, 2019
Es verdad que entró contra 10 pero Arthur fue el cerrojo para el Barça, es dificilisimo quitarle la pelota en campo propio y mas dificil aun que no alargue posesiones en campo rival. Jugador profundamente estructural para Valverde.