Polonia e Italia no traen buenas noticias a casa desde hace tiempo. Con problemas y expectativas diferentes, Jerzy Brzeczek y Roberto Mancini tratan de dotar de un poco de tranquilidad, coherencia e ilusión a sus respectivas selecciones, que al fin y al cabo es la receta ante todo momento de dificultad. Con las prisas justas y la idea pensada y preparada, la azzurra camina más segura que dudosa. Aunque sabedor su técnico de que sin victorias raro es el camino que se abre tras nacer, lo cierto es que esta Italia tiene algo entre las manos. Una idea. Un sistema. Tiene fútbol. Y es justo lo que debe pedírsele a un constructor de equipos.
Polacos e italianos marcharon de inicio sobre el césped dispuestos a tirar de la cuerda imaginaria que dibuja un contraste de estilos. Saltaron los de Brzeczek con un rombo en mediocampo y dos puntas para tratar de taponar las progresiones del cerebro pescaresi Verratti y el londinense Jorginho. Con mucha gente por dentro, con Zielinski por detrás de Milik y Lewandowski, Polonia dejó libres las bandas. Muy libres. Al menos hasta los diez metros posteriores a la divisoria. Cuando el balón tocaba ese palmo del césped, el equipo polaco basculaba y defendía en bloque y con mucha gente rodeando la pelota. Ahí, Italia sumó 90 minutos de sistema coherente, grácil y convencido.
Manicni sigue apuntalando su 4-3-3 propositivo
Como anticipó ante Ucrania, hay mucha relación entre la creación de ventajas y la utilización del balón. Desde atrás, la pelota se pasa mucho, como le gusta a Verratti, y arriba se llega bastante y se gasta energía, como le gusta a Jorginho. A modo descriptivo, la Nazionale está dibujando la siguiente estructura, como apuntaba David de la Peña recientemente. Chiesa como extremo izquierdo, Insigne de falso ‘9’, Verratti con libertad para sumarse a ambos costados -pero generando mucha sociedad en banda izquierda- de la circulación y en ambas alturas de la misma, es decir, va moviéndose de abajo a arriba y de derecha a izquierda. Jorginho le flanquea, mientras Insigne en apoyo y laterales largos a lo ancho, ponen el marco al lienzo en el que Verratti y un creciente Barella como tercer apoyo se están expresando.
La suma de predisposición, incondicional esfuerzo en las presiones más consecuentes y otras más esforzadas y desordenadas para crear inestabilidad en mediocampo, y gran trato, paciente y sensible, del cuero, dieron a Italia sensación de equilibrio. De dominio. Un grandísimo primer tiempo de los italianos permitió a su zaga vivir muy tranquila, defendiendo de cara y en superioridad a la siempre amenazante dupla polaca. En una segunda parte algo más parada llegó el gol que daba sentido a un comienzo esperanzador de Mancini en esta Uefa Nations League y que certifica que algo se está gestando en esta Italia que sabe de pro sí que no tendrá grandes individualidades que rescaten su presente.
AArroyer 15 octubre, 2018
No me esperaba que Italia intente salir del atolladero desde una propuesta como esta. Es un giro bastante nuevo e interesante. Esperaba que entendieran sus dificultades desde otro prisma. Pero al final es darles responsabilidad y atención a tus futbolistas más capaces de crear un sistema: Verratti y Jorginho.
Verratti jugó muy bien ayer. Pero me quedo con cómo Insigne entendió la posición, de la que espero que Mancini pueda darle alternativas, porque no veo a Italia con insigne de falso '9' cada partido. Pero los laterales fueron muy largos, Verratti juntaba a gente a su alrededor, y Chiesa y Barella se movieron también muy bien.
Muchas ganas de seguir viendo a esta Italia. Están consiguiendo generar ilusión.