Pep Guardiola visitaba Anfield sobre aviso. Jürgen Klopp suele enfocar muy bien sus planteamientos contra el entrenador catalán, así que el Manchester City tuvo claro dónde estaba la prioridad desde el primer momento. Más allá de que la idea pudiera penalizar la fluidez del ataque skyblue en el último tercio, Pep tuvo claro que por nada del mundo la pelota podía perderse en los primeros pases, y como suele ser habitual, tampoco quiso dividirla, donde además el campeón tampoco tiene grandes recursos para ganar juego directo.
Guardiola priorizó asegurar por todos los medios los primeros pases sin regalar la pelota
Guardiola dispuso sus piezas de tal forma que el Liverpool no pudo abarcar tanto espacio en su presión. Walker jugó como lateral derecho, pero fijo y sin ganar altura, con Stones como central derecho pero cerrado, y Laporte como central izquierdo. Los tres puntas del Liverpool se proyectaban muy arriba pero estaban cerrados, de forma que con estas tres piezas más Ederson el campeón no puso en riesgo la pelota.
Fue un cuatro contra tres en los primeros pases bien compensado además en los escalones posteriores. Mendy, abierto y más arriba, y Bernardo Silva, cerca de Fernandinho y más abajo, habilitaban dos líneas de pase extra. Guardiola posicionó al equipo bastante atrás con el objetivo de no perder el cuero en la salida de balón, y la buena ubicación de sus hombres le permitió conseguirlo.
Al Manchester City le faltó conectar con sus atacantes
El problema vino después, principalmente por el gran enfoque que Milner -sustituido por lesión y realmente activo tanto en las situaciones defensivas como en las ofensivas, donde su movilidad a ambas bandas representaba las mejores opciones de pase para los de Klopp- y Robertson cuando el Manchester City trataba de progresar a partir de la recepción de Bernardo Silva y la intención de encontrar posteriormente abierto a Riyad Mahrez.
Cuando la pelota salía por el perfil opuesto, Henderson y Wijnaldum también se mostraron en buen nivel para saltar al poseedor, de forma que aunque el Manchester City lograse salir más o menos cómodo de esos primeros pases, luego no podía poner a sus atacantes de cara, cuestión que cambió ligeramente en la última media hora del duelo, donde el partido estuvo más abierto.
David Silva aclaró los ataques en el tramo final
Es cierto que los de Klopp lograban evitar esa recepción cómoda de los mediapuntas del Manchester City, pero también que para conseguirlo corrieron mucho durante muchos minutos. El cambio de guión se edificó sobre la insistencia en la idea de Guardiola, que al final le acabó dando al cuadro skyblue mejores situaciones para transitar al ataque encontrando la espalda de los medios del Liverpool, y también por un comportamiento más agresivo de Silva, que se despegó más de Bernardo Silva y Fernandinho y sí logró enviar pelotas a los espacios desde un escalón más arriba. Un partido que, en cualquier caso, demostró que ambos conjuntos están aún en las primeras pasos de su temporada, pero que deja un ajuste muy interesante en el bolsillo de Guardiola de cara a próximos enfrentamientos contra Jürgen Klopp.
David de la Peña 8 octubre, 2018
"En un partido abierto en Anfield ni siquiera tienes un 1% de posibilidad", dijo Guardiola en el postpartido. Creo que Pep fue muy consecuente con su planteamiento y estuvo a nada de llevarse el partido insistiendo en esa idea. Para mí, sin el lucimiento de otros días, ejemplo de lo que es Pep Guardiola, súpertop.