La preciosa puesta en escena del nuevo estadio de Anoeta dejó una certeza para los aficionados locales, y es que en su banquillo hay un técnico capaz de hacer competir a la Real Sociedad en los escenarios más complicados. El tacto de Asier Garitano para adaptar sus piezas al Fútbol Club Barcelona marcó la diferencia en el primer tiempo del duelo, y puso en aprietos a un Valverde que respondió bien a las dificultades planteadas.
El Barça cuenta con el futbolista más resolutivo de la Liga española en la última década, así que el técnico Txuri-urdin tiró de la lógica más aplastante, cerrando de forma milimétrica el área de influencia favorita de Leo Messi: el carril interior derecho. Se puede decir además que el expreparador del Leganés tuvo ‘la fortuna’ de que Valverde apostase por una rotación que dejó cojo al equipo en algunas zonas que se antojaron claves -como quedó demostrado en la segunda mitad-, sin que sirva esta puntualización para restar un ápice de mérito a la puesta en escena del cuadro vasco.
Garitano enfocó su defensa en el perfil de Leo Messi
Garitano apostó por un 4-4-1-1 asimétrico en su fase defensiva, con el equipo replegado y dejando espacio en zonas concretas del campo; las que el vasco eligió de forma cuidadosa. Zurutuza fue el volante izquierdo, pero jugaba cerrado y cerca de Sergi Roberto, en esta ocasión interior derecho del cuadro culé. El volante diestro de la Real Sociedad fue Oyarzábal, que quedó mucho más abierto en defensa que Zurutuza, persiguiendo siempre el posible cambio de orientación a Jordi Alba.
El comportamiento del doble pivote también fue diferente. El pivote izquierdo, Illarramendi, fijaba más atrás, casi en la misma horizontal que Zurutuza, buscando evitar la recepción de Leo Messi. El derecho, Zubeldia, se despegaba más e iba a por Rafinha, el interior izquierdo del 4-3-3 de Valverde. Rubén Pardo quedaba descolgado y encimaba a Rakitic -que sustituyó a Busquets-, con Juanmi como delantero centro.
La Real Sociedad ‘se olvidó’ de Semedo
El sistema dejaba liberado a Semedo, el lateral derecho blaugrana. Garitano confío en que Theo Hernández pudiera frenar al portugués con su gran velocidad, en caso de que éste fuese activado con un pase profundo, y a sabiendas que el culé no tiene una gran técnica para producir en ataque si está parado y con pelota al pie. Además, el Barça tenía en su perfil izquierdo a Jordi Alba, Rafinha y Dembélé, por lo que tampoco existía un gran riesgo de que con un cambio de orientación desde la banda izquierda a la derecha, el sistema defensivo vasco se derrumbase.
La Real Sociedad defendió francamente bien en la primera mitad, aunque hubo dos cuestiones que restaron competitividad a su planteamiento, y que merece la pena destacar. Por un lado, sin Willian José para salir directo, y con Oyarzábal persiguiendo a Jordi Alba, el equipo se quedó sin capacidad de despliegue, y sólo el buen tacto de Rubén Pardo para conducir o para desmarcarse en vertical daban algo de aire. Por otro, para Valverde era “sencillo” cambiar para ocupar las zonas del campo donde existía más ventaja para revertir la situación, como sucedió en la segunda parte.
Valverde jugó con blancas en todo momento
Viendo la disposición de la Real Sociedad en la primera mitad, Valverde hizo los ajustes clave para que la dinámica del choque cambiase radicalmente en el segundo acto. Con Sergi Roberto en el lateral derecho, Coutinho en el interior izquierdo, y Busquets en el lugar de Rakitic, la película cambió. El lateral que el Barça tenía liberado era un jugador mucho más productivo con pelota al pie, por lo que la Real comenzó a separarse y Messi, a aparecer en su carril favorito. Con Coutinho sobre izquierda, el Barcelona ganó soltura en las conducciones y sobre todo, amenaza de posible cambio de orientación, y con Busquets como pivote, el cuadro culé también ganó tiempo para soltar la pelota a jugadores liberados entre las líneas de la Real Sociedad.
El Barcelona olvidó la posesión estéril de la primera mitad, y comenzó a recibir en los picos del área con más espacio para Coutinho y Messi, algo clave en el desarrollo de una segunda mitad en la que no se puede pasar por alto dos elementos clave en el resultado final. Ter Stegen, que se demuestra de nuevo como un activo decisivo para el cuadro culé en su búsqueda por revalidar el título, y Gerónimo Rulli, que resultó un problema en las acciones de balón parado defensivo de la Real Sociedad por su falta de solidez en el juego aéreo. Los guardametas terminaron de dar forma a un partido en el que la Real compitió de maravilla, y en el que Valverde reaccionó con buen tacto a los problemas.
Luis Restituyo 16 septiembre, 2018
Yo apostaría por tratar de adaptar a Busquets a la posición de interior derecho si bien no es "élite" ahí, creo que su comprensión del estilo y del modelo va a facilitar su adaptación a la posición, digo esto por que sé que muchos pensarán que estoy loco por sacar al mejor mediocentro del mundo de su posición, apostaría por potenciar más a Rakitic provocando que pase mas tiempo viendo el fútbol de cara la cual de paso elimina algunos de los defectos de su juego como el giro y el juego entrelineas, de paso me sirve para acercar a Messi un poco mas a Zona de finalización .
Ahora imaginen a un cerebro Busquets sin la posibilidad que le presionen ahi en el interior derecho (quien se va a arriesgar a presionar a Busquets teniendo a sus espaldas al genio de Rosario como elemento disuasorio de capacidad nuclear ??) + la posibilidad de otorgar más libertad al interior derecho al esa Dupla Messi + Busi llevándose todas las atenciones del sistema defensivo del rival?…. Y ni imaginar al búfalo de Semedo llegando desde atrás, que también pasaría menos tiempo con la pelota al pie y teniendo que crear, situación que como explica David pues no es la mejor para el portugués.