En Qué difícil es ser un dios (2013), la obra póstuma del ruso Aleksey German, Anton, un científico de la Tierra, viaja hasta Arkanar, un planeta lejano pero similar al nuestro, que no ha superado el feudalismo del medievo. Sus habitantes viven en la miseria y regodeándose en su amoralidad, aplastando cualquier atisbo de intelectualidad que les pueda hacer avanzar. Allí Anton será el noble Don Rumata, y aunque su intención es ayudar a la sociedad a salir adelante, finalmente se conformará con sus privilegios de reyezuelo, cansado e incapaz de luchar contra el reino de la bajeza humana.
La selección española llega a los cruces con la misión de alcanzar la final despejando dudas a base de buen juego. En el lado fácil del cuadro España asume la vitola de favorito -con permiso de Inglaterra- por historia, jugadores y equipo pero la primera piedra del camino es nada más y nada menos que la anfitriona: Rusia. Los de Hierro tienen ante si un país, un estadio y un equipo con la ambición de reivindicarse en su casa sacrificando ídolos. Ante un mundo tan hostil no hay precedentes ni currículo que valga y más en esta Copa del Mundo que se ha acostumbrado a ver caer héroes a manos de plebeyos.
España tiene por delante noventa minutos para despejar las dudas que ha generado y volver a recordarnos por qué tiene un sitio en el olimpo del fútbol. Los once que salten al campo han de tener más voluntad que Don Rumata, que ante las dificultades se abandonó al pesimismo y se adaptó a la mediocridad. ¿Correrá España su misma suerte o podrá avanzar hacia la gloria? Ahora es el momento de demostrarlo, nadie dijo que fuera fácil ser un dios.
José Luis Polo 1 julio, 2018
El partido de hoy no se si es comparable con un pasaje de la Edad Media o con un pasaje de Ciencia Ficción, pero lo qué es indudable es que el partido que nos ocupa puede engrandecer a nuestra selección, o por el contrario dejarla cómo hace años en que no éramos capaces de dar la estocada definitiva. Es decir, en ridículo. Mucha gente da a España cómo favorita para ganar el Mundial, y para ello tiene que ganar hoy a los anfitriones. Porque con ésta victoria España daría un puñetazo en la mesa, y diría a todos, ¡¡¡aquí estamos para ganar otra vez!!!.. Pero para ello hay que jugar con la identidad qué le hizo Campeona hace ocho años, con inteligencia, con una defensa de garantías y tirando más a portería. Sin esas virtudes veo difícil qué los nuestros puedan ganar a los Rusos, porque éstos van a jugar a tope y se van a dejar la piel en el campo para intentar superar los octavos de final. Yo espero, y deseo qué los nuestros al final del partido salgan vencedores y puedan hacernos gozar a todos los Españoles.