En un lugar de la Mancha | Ecos del Balón

En un lugar de la Mancha


Es difícil y probablemente injusto hacer afirmaciones categóricas de este tipo, pero con Andrés Iniesta existe un consenso que hace más sencillo señalarle como el futbolista más importante de la historia de la selección española. Por un lado, está el dato objetivo del gol del minuto 116 ante Países Bajos, que es indiscutiblemente el tanto más trascendente de todos los que marcó el combinado nacional. Por otro, su peso en el juego de la etapa más exitosa de la selección, que le mete en un debate con no más de dos o tres nombres. Y por último, una personalidad que ha calado en cada rincón del territorio nacional, prácticamente sin excepción. Su leyenda por tanto se asienta en varios pilares que confluyen de una forma idílica y difícilmente repetible.

Iniesta es la mayor leyenda de la historia del fútbol español

Como mandando un mensaje de lo que iba a ocurrir a posteriori, Luis Aragonés realizó una reconstrucción paulatina que le dio a Andrés Iniesta el 6 que llevaba habitualmente David Albelda. El proceso no fue fácil, y de hecho el manchego sólo jugó un partido del Mundial 2006, con el pase ya decidido frente a Arabia Saudí en la última jornada de la fase de grupos. Iniesta aún no era titular indiscutible en el Barça, pero el sabio de Hortaleza tenía claro que por condiciones, el canterano culé representaba la llave para intentar dar el equipo al jugador por el que él apostaba de forma indiscutible: Xavi Hernández. Todo cambió en la selección española desde el momento en el que Zidane firmó el billete de vuelta a casa desde Alemania, y el pitido inicial del 10 de junio de 2008 frente a Rusia sobre el césped del Konrad Plautz significó un antes y un después.

El camino fue lento, y de hecho España tuvo un arranque para aquella fase de clasificación a la Eurocopa realmente preocupante. Las derrotas consecutivas frente a Irlanda del Norte con aquel famoso hat trick de Healey y contra Suecia provocaron un vendaval de críticas hacia Luis Aragonés, que logró a partir de un importante triunfo ante Inglaterra en febrero de 2007 el cambio de dinámica definitivo, precisamente con un premonitorio gol de Iniesta. Aquella victoria en Old Trafford curaba las heridas justo antes del trascendental encuentro ante Dinamarca, que acabó con victoria. La fase de clasificación cambió su dinámica a partir de ahí, y fue precisamente en el encuentro de vuelta contra los daneses cuando puede señalarse el momento clave de la reconversión definitiva de la selección española. Aragonés juntó por delante de Albelda a Iniesta, Xavi, Cesc y Joaquín, y la imagen dada terminó de colocar al equipo entre los favoritos para ganar la Eurocopa de 2008.

El peso que ganó Iniesta entre 2006 y 2008 fue decisivo en la transformación de España

Lo que hizo Aragonés debe verse con la perspectiva necesaria, porque la apuesta no fue en absoluto sencilla. El Barça de Pep nació después de las multitudinarias celebraciones por el éxito en Austria y no al revés, de modo que dar el timón del equipo a Xavi y a Iniesta nacía de la convicción más que de la realidad. De hecho, el positivo impacto de ambos en el juego de España durante la Eurocopa de 2008 es quizás su aportación más especial al combinado nacional, por el sencillo hecho de que el escenario para ellos fue el más exigente del ciclo 2008-2012. Fue un momento de cambio y como tal exigió evitar dudas y confiar en unas certezas que aún estaban por descubrir. Aragonés, además, tenía claro que su sistema debía de construirse a partir de Fernando Torres y de David Villa, por lo que las cadenas de pase en muchas ocasiones se saltaban en pos de la profundidad.

Aunque el recuerdo de aquella España haya quedado repleto de jugadas preciosas, lo cierto es que fue el periodo del periplo ganador más alejado del control. David Silva y sobre todo Andrés Iniesta ayudaron a implantando por fases gracias a su gestión del juego entre líneas. Más allá de que Andrés nunca haya sido un finalizador de jugadas y sí un creador de ventajas, desde el primer momento su cometido con una España en la que no jugaba Leo Messi, ha estado en generar ese desequilibrio un escalón más arriba. Con Aragonés funcionó al milímetro al tener dos puntas que querían acabar en zona de remate y por tanto, le obligaban a jugar en zona de tres cuartos si quería estar cerca de ellos. El impacto fue también defensivo, porque su lectura del achique es absolutamente espectacular para un jugador de sus condiciones, tan relacionadas con el ataque. Desde el carril interior izquierdo, Iniesta fue decisivo para que la presión pudiera terminar de ser armoniosa en un once en el que sólo Marcos Senna jugaba pensando dónde estar posicionado en caso de pérdida.

Esa Eurocopa de 2008 terminó de catapultar a Andrés al olimpo del fútbol, lugar en el que se asentó definitivamente tras la llegada de Pep Guardiola al Fútbol Club Barcelona. No es de extrañar que cualquier aficionado español sintiera un nudo en la garganta con sus problemas físicos durante el curso 2009/2010, que sólo le permitieron jugar 21 encuentros de liga y que le obligaron a perderse casi la totalidad del tramo final de campeonato. La derrota ante Suiza en la jornada inaugural en Sudáfrica y el obligado parón ante Honduras hicieron imposible de presagiar lo que llegaría a continuación. Del Bosque mantuvo en el arranque de Mundial la idea de tener a Villa y a Torres en su última línea, aunque con el guaje más enfocado a la diagonal desde la banda izquierda que a arrancar su movimiento sin balón desde el carril central, como había ocurrido dos años antes.

Iniesta ha ido encontrando su espacio en la selección a pesar de las relevantes modificaciones

Hubo una evolución en Iniesta en el propio Mundial de Sudáfrica, pero todo el proceso estuvo marcado por la base innegociable para Vicente del Bosque: Busquets y Xabi Alonso iban a jugar siempre por detrás de la línea de balón, y eso condicionaba el sistema de forma radical. Iniesta mantuvo recepciones en posición de extremo izquierdo pero, con el asturiano esperando para iniciar la carrera desde ese perfil, su peso en el carril central a una altura diferente del doble pivote y buscando encontrarse con Xavi Hernández, el interior derecho, fue constante. Puede decirse que desde el encuentro ante Chile en la tercera jornada de la fase de grupos de Sudáfrica 2010, la España que poco después iba a proclamarse campeona del mundo comenzó a ser de forma definitiva la España de Andrés Iniesta.

En el tramo final de torneo, con la entrada de Pedro, el movimiento de ruptura comenzó a llegar de forma más constante desde la banda derecha, de modo que Del Bosque terminó de definir esa España en la que Iniesta tenía protagonismo tanto en la conservación del balón como en el desequilibrio. El de Fuentealbilla comenzó a ser un apoyo en salida para el pase de Xabi Alonso, una referencia entre líneas para conectar con Xavi, y lo que ha venido definiendo a Iniesta con la selección española: el regate en el pico izquierdo del área para que la jugada terminase de acelerar. La final frente a los Países Bajos le terminó de situar en el altar del fútbol español, pero su importancia en el juego de un combinado que había conseguido ganar de forma consecutiva una Eurocopa y un Mundial ya venía siendo total.

Tampoco tuvo problemas en 2012, cuando menos espacio hubo para todo

La Eurocopa de 2012 generó un contexto de comodidad muy relativa. La España de Xabi Alonso, Busquets, Xavi Hernández, Silva, Fàbregas y el propio Iniesta era un paraíso a nivel de conservación de la pelota; un enorme rondo en el que el excepcional tacto del manchego para decidir entre intervenir o no en la jugada y después, con su exquisita técnica, darle la continuidad necesaria, le permitió fases de auténtico relax. El problema que esa España podía encontrar era de desborde y profundidad, y de nuevo se compensó a través de Andrés. El tiempo y espacio que éste le dio a Jordi Alba y por supuesto, esa ingente cantidad de pequeñas ventajas que el canterano culé generaba recibiera a la altura que recibiera, llevaron un sistema defensivo a ser ‘tranquilamente ganador’. Si la España del control abusivo fue capaz, además de defenderse con pelota, de arrasar el arco rival, volvió a tener en el manchego su gran pilar.

La falta de un update vencedor entre 2014 y 2016 ponen el rendimiento del combinado español en cierta duda de cara al próximo Mundial de Rusia, pero el impacto de Julen Lopetegui en el equipo, un técnico mucho más dispuesto a intervenir que su predecesor, ha vuelto a dar la sensación de que España haya encontrado una fluidez imprescindible para que Iniesta tenga un papel protagonista. La red de seguridad que los “Xabis” diseñaron ha pasado a mejor vida, pero Isco, Koke, Silva y Busquets pueden alimentar a Andrés desde el pase y permitirle vivir en un escenario que aún le haga dirigir los ataques del combinado español. Ahora Isco le pedirá menos jugadas delante de la línea de la pelota, pero Andrés, como siempre, encontrará su espacio. Aquel lugar de la Mancha se llamaba Fuentealbilla, y el fútbol español está obligado a dar las gracias por descubrirlo.


5 comentarios

  • Cachocorcho 20 mayo, 2018

    Bua! Que gran repaso de este titán del fútbol español y mundial. Se pone en los pelos de punta. Poco más que añadir. Dar gracias eterna por haber podido ver a Andrés jugar y tristeza enorme por pensar en el vacío que va a dejar su marcha.
    GRANDE ANDRÉS INIESTA!

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  • Jan 20 mayo, 2018

    Muy bonito repaso de cada momento importante de Andrés, sobre todo ese 2007 que lo cambió todo.

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  • Carloslos 20 mayo, 2018

    Excelente texto que deja al descubierto la mentira de que el Mundial 2010 de Iniesta solo fue el gol ante el Holanda, algo que le he escuchado a muchos.

    Pues no, el hecho es que el Sudafrica de Andrés fue de una grandeza de primerisimo nivel. Aparte de lo que sabemos que es con el juego, Iniesta tiene jugadas en ese mundial como el pre gol ante Paraguay o en la propia final ante el Holanda en las que parece incluso el jugador que mas peligro transmite de España, por encima de sus delanteros.

    No hubo futbolista español que estuviera mas cerca de marcar el gol en esa final de Johannesburgo antes de que lo anotase en el 116.

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  • PabloCosta 21 mayo, 2018

    El artículo es fantástico, pero la frase que lo culmina es una auténtica maravilla. Bravo.

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  • AlanAlberdi 22 mayo, 2018

    Qué bueno, David.

    Felicitaciones desde Argentina.

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