El Villarreal CF se ha quedado demasiado lejos de competirle la eliminatoria al Olympique de Lyon. Su fútbol no ha sido malo, tanto en la ida como en la vuelta ha gozado de etapas de control donde se le vio tan o más cómodo que a su adversario, pero en cuanto a creación de peligro, ha habido un mundo entre los españoles y los franceses. Y es que el conjunto de Bruno Génésio es, en su nivel, una referencia en cuanto a producir ocasiones de gol a bajo coste.
Estamos ante una plantilla físicamente dominante que a partir de ahí construye virtudes colectivos, incluso se puede decir que tácticas, que llaman mucho la atención. Por ejemplo, junta los hechos de plasmar un sistema muy cerrado durante su fase defensiva y, a su vez, gracias a la brutal capacidad de despliegue de Ndombele y sus cuatro atacantes, abrir el campo muy rápido a la hora de atacar. Del mismo, su transición defensiva cierra espacios que, en el momento de la pérdida, parecen abiertos en tiempo récord. De modo habitual, los equipos que esgrimen el factor físico como un signo definitorio de su juego se meten en el saco de los sistemas antiguos, pero el Lyon otorga a su fuerza y su velocidad un sentido futbolístico muy adaptado a los tiempos de hoy. No se trata de machacar como un martillo pilón, sino de asumir riesgos en las transiciones que, desde esas exuberantes bondades, resultan compensadas antes de virar a problema.
Los cuatro atacantes del Olympique de Lyon son autosuficientes.
Justo esa posibilidad (que al mismo tiempo es rutina) de abrirse con presteza durante sus transiciones facilita la constatación del potencial ofensivo de sus cuatro atacantes. Traoré, Depay, Fekir y Mariano son cuatro hombres que atesoran cada uno lo que en basket se llamaría «la triple amenaza» (pase, bote y tiro; asistencia, conducción y disparo), y que imprimen una verticalidad a las jugadas sumamente intimidatoria. En la vuelta contra el Submarino, entre los dos extremos, que no son los principales finalizadores del conjunto, sumaron nueve disparos. En cuanto a número, quizá se trate del once titular con más amenaza de gol tras acciones individuales y desde fuera del área que hay en esta Europa League.
El Villarreal CF no está consiguiendo fluir durante su ataque.
Por parte del Villarreal CF, a Javi Calleja se le ha venido un problema de espesura ofensiva que le está costando afrontar. Por ello pareció algo más extraño que, con la necesidad de remontar, optase por un 4-2-2-2 con un doble pivote (Rodrigo y Fuego) y Fornals y Trigueros en los interiores. Más allá de la elección de juntar a los dos pivotes natos que ahora mismo se encuentran disponibles en la plantilla, optar por un cuadrado en la medular en lugar de un rombo dificultó más si cabe la creación de triángulos asociativos que aligerasen el juego, lo cual se convirtió en una dificultad superior considerando el déficit de uno contra uno del que el equipo adoleció hasta la entrada de Castillejo. Sin duda, lo de Bakambu ha roto movimientos en el sistema amarillo que, de momento, no se han sabido reponer.
Foto: JEFF PACHOUD/AFP/Getty Images
José Luis 23 febrero, 2018
Estaba claro que lo de Bakambu se iba a dejar notar. De hecho, un equipo que defiende como el Villarreal y que transita como el Villarreal, con el juego interior que tiene y con el exterior del que carece, un delantero como Bakambu es lo que da sentido a todo el entramado anterior.
En cuanto al Lyon, ¿no os parece que se está postulando como serio candidato a esta Europa League? Tiene estructura, tiene nombres, tiene su "estrella",… Solo la defensa me deja algo de dudas, pero se le está poniendo una cara de 'Sevilla' al Olympique…