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Jugadas contra juego


El Athletic del Kuko Ziganda tiene un gran problema: sus partidos siempre se juegan a lo que quieren sus rivales. Da igual el sistema, el once o la confrontación de estilos, el conjunto vizcaíno no tiene capacidad para llevar la iniciativa. Y con llevar la iniciativa no nos referimos a tener el balón. Muchos equipos en La Liga demuestran día a día como se puede controlar el partido sin necesidad de tener más posesión que el contrario. Es más, cuando el Athletic tiene el balón rara vez tiene la iniciativa, como se pudo demostrar hace muy poco contra el Girona CF. Este problema, tanto colectivo como individual, resta competitividad a un equipo que vive sobreviviendo.

El Athletic estaba siendo -muy- inferior al Spartak hasta el 0-2.

De esta manera fue, de hecho, cómo se trajo de Rusia un resultado más que positivo para acceder a los octavos de la Europa League. En la primera media hora y a pesar del tanto inicial de Aritz Aduriz, el Spartak de Carrera volvió a transmitir las buenas sensaciones con pelota que dejó en la Champions League. La movilidad de Quincy Promes y el criterio con y sin balón de Denis Glushakov dañaron constantemente a un doble pivote vasco que no se sentía seguro ni a sus lados ni a su espalda. El Spartak tocaba fácil, progresaba con acierto y generaba peligro con bastante continuidad. El Athletic estaba, como suele ser habitual, a merced de los deseos de su rival.

Sin embargo, el Athletic Club sobrevivió. Y el 0-3 que se llevó al descanso, aunque sorprendente, no resultó incoherente con lo que sucedía cada vez que el Spartak perdía mal el balón. La posición abierta y alzada de Fernando y Glushakov (el doble pivote ruso) dejaba excesivamente sólo a un Raúl García que, cerrando como punta en 4-4-2, tuvo siempre el terreno para avanzar y la inspiración para aprovecharlo. Sus toques, particularmente creativos y afilados, no encontraron respuesta alguna en un sistema defensivo ruso que tenía otras dos lagunas muy marcadas: la cintura de su central zurdo (Kutepov) y pesadas las piernas de su portero (Rebrov). Dos circunstancias anticompetitivas que un delantero centro del instinto y la agresividad de Aritz Aduriz no iba a poder pasar por alto.

Así, con jugadas, el Athletic superó el juego del Spartak de Moscú. Por lo expuesto, no es nada raro que esto ayer resultara suficiente. Como tampoco lo es que en el día a día liguero no lo esté siendo.

 
 

Foto: ANDER GILLENEA/AFP/Getty Images


4 comentarios

  • Iñigo 16 febrero, 2018

    Me ha recordado a la semifial de copa de hace tres años: el Athletic haciendo una mala eliminatoria (y un mal año), de pronto marca Aduriz, al rival le explota el cerebro y la eliminatoria llega practicamente sentenciada al descanso.

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  • Shyestnadtzat 16 febrero, 2018

    En líneas generales estoy de acuerdo con el artículo, aunque en lo de Kutepov discrepo: si bien es cierto lo de su poca cintura, creo que fue mejor que su compañero en la zaga (Tasçi), pues abortó varias transiciones de Bilbao anticipándose y cuerpeando con Aduriz y Raúl García. No obstante, la baja de Jikia será muy dura para el equipo y la selección rusa.

    El guion del partido de ayer se está convirtiendo en habitual en la temporada de los de Carrera: superioridad en juego, falta de acierto arriba, pegada del rival y precipitación posterior, lo que deriva en mayores errores y más riesgos. Resulta sorprendente el contraste con el año pasado, donde castigaba el mínimo error rival y atrás era muy sólido.

    Mención aparte merecen los partidos de Eschenko y Yeray Álvarez: el primero, a lo Jordi Alba, fue clave corrigiendo y abortando contras con su velocidad (además de ser profundo, constante e incisivo en ataque; mientras que el segundo fue un titán en el área propia.

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  • MigQuintana 16 febrero, 2018

    @Shyestnadtzat

    Es que las acciones del 0-1 y 0-2 dejan muy mal a Kutepov, eh. A mí en general la pareja de centrales me dejo muy frío. Ni apretaban lo suficiente ni luego eran un escollo para evitar que llegaran a Rebrov.

    Respecto a Yeray Álvarez, totalmente. Me pareció la clave que explicó por qué el Spartak no pudo marcar un segundo gol que, ciertamente, yo lo vi bastante probable una vez marcó el primero Luiz Adriano.

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  • Shyestnadtzat 16 febrero, 2018

    @MigQuintana
    En lo de los centrales sí estoy de acuerdo: no se entendieron bien ni estuvieron compenetrados. Es que el sistema del Spartak depende mucho de Georgi Jikia, que es el central zurdo titular y el de más nivel de los de Carrera. Sus virtudes encajan como un guante en la propuesta del equipo, y su baja se notará muchísimo. Además, probablemente tampoco estará en el Mundial, lo que también es un duro contratiempo para Cherchesov (en mi opinión, es el mejor central ruso en el momento). A ver qué ocurre en la vuelta, pero imagino que entrará Bocchetti.

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