Joan Francesc Ferrer Sicilia, ‘Rubí’, técnico del Sporting de Gijón, ha lamentado en no pocas ocasiones, casi a modo de día de la marmota en cada rueda de prensa, la falta de efectividad de su equipo de cara a puerta. Uno de los males endémicos de los equipos de la parte baja, el de materializar, vía calidad, las ocasiones de gol, suele llevarse por delante ideas futbolísticas que brotan y se marchitan con celeridad, entremezclando un ánimo apagado con un desgaste futbolístico que termina por invalidar cualquier propuesta. Gestionar todo eso mientras la dinámica de resultados se suma como consecuencia de todo ello, es un papelón. El Sporting recibe hoy a la UD Las Palmas en un primer match ball en el que podría acercarse al milagro de la permanencia.
Para conseguirlo necesita el proceso inverso. El juego es lo de menos a estas alturas de competición. No hay tiempo de reconducir cuestiones de campo mirando a medio plazo, sino preparar el partido y mirar al rival para sumar tres puntos. Para esta primera de las tres últimas jornadas, los asturianos cuentan con dos ventajas, una social y otra más relacionada con el fútbol.
Las Palmas parece un rival propicio para materializar las ocasiones
Su competidor en este último sprint, el Club Deportivo Leganés, esta en mucha mejor disposición clasificatoria pero no está tan habituado a manejar un contexto de descenso en Primera. Los de El Molinón tienen de su lado la experiencia de estar siempre en esta tesitura y no afrontan nada desconocido, que es lo que al futbolista puede hacerle pensar más de la cuenta. Como para seguir teniendo posibilidades sólo vale lo de este sábado, el Sporting debe mirarse a sí mismo, y su rival de hoy parece propicio para hacer más llevadero un contexto de presión ambiental.
En lo estrictamente futbolístico. por eso está en la situación de hoy, el Sporting no viene produciendo un volumen ofensivo que necesite de un poco de suerte, como ha reflejado en otros momentos su entrenador, pero hoy eso puede importar poco. La UD Las Palmas viene transmitiendo una deriva futbolística con constante pérdida de nivel hasta en sus mejores virtudes. La pierde más, sale más castigado por cada error técnico o de concepto, cediendo gran parte de la creencia que debe tenerse en toda idea, más en la suya, en la que el balón necesita de todos los cuidados. Con Burgui, Cop o Moi Gómez, El Molinón podría soñar una semana más.
Foto: Juan Manuel Serrano Arce/Getty Images
Dany_Oliveros 6 mayo, 2017
El principal problema del Sporting es su defensa. Da igual lo que se plantee, es decir los centrales fallan tanto en área pequeña como al borde del área como a 40 metros de ella. No hay sistema colectivo que minimice el bajo nivel individual que ha mostrado la defensa durante toda la temporada. Si para un equipo grande empezar el partido 0-1 en la primera ocasión del rival ya es difícil, para uno pequeño directamente es la muerte.
El Sporting (ojalá me equivoque) pero ya está descendido. Al equipo le falta el alma de los guajes, ese dejarse todo en los 90 minutos, y ese espíritu no lo veo en el actual equipo. Además de tener certezas competitivas como podían ser Jony, Luis Hernandez o un imperial Sergio.