No hay un solo valencianista que ahora mismo no se esté haciendo la pregunta del millón: ¿Nani puede ser en Valencia el futbolista que hemos visto durante el último mes en la Eurocopa? El atacante luso aterrizará en Mestalla de una forma inesperadamente grande: viene de ser el 9 que Portugal llevaba buscando una década, ha marcado por el camino tres goles muy importantes y, sobre todo, cuajó una final de una enorme personalidad, pues desplegó su mejor fútbol cuando su equipo más lo necesitaba. Sin duda, Nani ha sido uno de los jugadores de la Euro. Sin duda, si mantiene este gran nivel, el Valencia dará un salto cualitativo. Pero, claro, ¿hasta qué punto es esto extrapolable a su nuevo club?
La falta de velocidad, el gran pero de Nani en clave che y de su relación con Paco Alcácer.
Ha ganado en lectura lo que ha perdido en chispaEn lo primero que hay que profundizar es en el cómo ha sobresalido Nani con Portugal. El nuevo jugador valencianista ha sido por norma el futbolista más adelantado del 4-4-2 luso, compatibilizando de esta manera todos sus movimientos con la presencia de Cristiano Ronaldo. Algunas veces aprovechándose de los espacios que dejaba el «7», otras fijando a los centrales para darle tiempo y, las menos, cayendo a las bandas para ganar altura. Se ha movido, en definitiva, con la variedad y la calidad del delantero que conoce el oficio, los trucos y las trampas de la posición. Sobre todo de cara al remate a puerta, pues marcó tres goles pero bien pudo marcar el doble. El único pero es que la frecuencia de estas acciones ha sido escasa. Es decir, todo lo que intentaba lo hacía bien, pero intentaba pocas cosas. Esto a buen seguro tiene mucho que ver con la presencia de Cristiano y con el estilo de Portugal en las eliminatorias, pero también con la falta de ritmo y velocidad de Nani. El atacante portugués aún no ha llegado a la treintena, pero su juego ya no marca diferencias por la chispa o por el propio regate. Ahora lo hace por su lectura, su intuición y su calidad.
A su manera y salvando las obvias diferencias, esta evolución recuerda a la que ha experimentado Roberto Soldado en los últimos años. La cuestión es que en Mestalla, como ya le ha sucedido en Portugal, Nani no parece que vaya a estar acompañado por un «Cedric Bakambu». Los actuales delanteros del Valencia, Álvaro Negredo y Paco Alcácer, tienen unas virtudes parecidas y unos problemas directamente idénticos. Son inteligentes, trazan movimientos de calidad y cuando aparecen mejoran la jugada, pero lo hacen en muy pocas ocasiones, carecen de velocidad y no intimidan a campo abierto. Una redundancia que Pako Ayestarán, su nuevo técnico, debería paliar desde la pizarra o con la participación de otros futbolistas, caso de un Santi Mina que puede ser la agresividad y profundidad que le falta a los otros puntas. Sea como fuere y dicho esto, la pareja Nani-Alcácer no parece incompatible. Su radio de acción es pequeño, pero no es el mismo. Pueden jugar a diferentes alturas, dividirse el área y representar de esta manera una doble amenaza para la defensa rival. Siempre contando, claro, con que Nani llegue para tener el mismo rol que con Portugal en esta Eurocopa.
En banda puede sumar juego interior, algo que no tenía el Valencia CFAlgo que no tiene por qué ser así, evidentemente. Su falta de chispa encaja de forma muy coherente con el hecho de llevarlo a la punta, pero en sus anteriores equipos, el Sporting luso y el Fenerbahçe turco, seguía jugando indistintamente por ambas costados. Es más, el tramo de la Eurocopa en el que más destacó, en esa prórroga ante Francia, Nani actuó como extremo derecho de un 4-3-3. Al menos sobre el papel, pues el de Cabo Verde condicionó el choque a partir de su juego interior. Ahí, de otra manera, volvió a acertar en cada decisión. Mostró sensibilidad, inteligencia, toque y personalidad. Y lo hizo, además, en muchas más ocasiones que como punta, ya que al bajar un peldaño el balón pasaba muchas más veces por sus botas. En este sentido, pese a que vuelve a tener la contraindicación de la falta de velocidad y, por ende, de desborde, Nani puede encajar muy bien con el entramado táctico de Pako. Su experiencia en el Valencia es todavía corta y ha estado además muy marcada por el contexto, pero lo que más convenció de su propuesta fueron las cadenas de pases que su equipo comenzó a realizar en campo rival. Desarrollando ciertos conceptos similares a los del juego de posición, Ayestarán mejoró el ritmo de pelota a través de una serie de movimientos muy bien ejecutados, sobre todo por banda. En esa idea Nani puede ser un filón, ya que debería ser potenciado por Dani Parejo y, ojo, compensado por Joao Cancelo, un lateral al que le sobran las piernas que en 2016 le faltan a Nani.
La emotividad y brevedad de una competición como la Eurocopa ha favorecido esta versión de Nani.
Con todo lo táctico expuesto, surgen varias dudas de cara a su adaptación al Valencia. Pero su nivel en la Eurocopa ha sido tan notable que, de mantenerlo, ayudaría a los ches a crecer en muchos niveles. Sea en punta, en banda o con libertad, Nani es un jugador útil que encima destaca por su fútbol interior, que es algo de lo que adoleció el proyecto Nuno -y posteriores-. Sin embargo, no se puede tratar de responder la pregunta inicial sin hacer mención a que el torneo de Nani lleva un evidente asterisco: el contexto. Una Eurocopa tiene una gran carga emocional, se trata de un torneo muy corto y tiende a magnificar todo lo que se ve. Es decir, es un escenario ideal para que destaque un jugador como Nani, que de hecho parecía que iba a ser suplente hasta que Quaresma se lesionó. Esto está ahí y, seguramente, afecte a la valoración. Pero más allá de esto, de las dudas y posibles defectos, lo que resulta obvio es que él sale reforzado de esta Eurocopa. Y no sólo eso, sino que también ha ganado. Ahora Nani es campeón de Europa. Ahora es mejor. Nunca hay que infravalorar el poder e impacto de una victoria de esta calibre. Y en esta, además, el nuevo jugador del Valencia ha tenido mucho que ver.
Foto: MARTIN BUREAU/AFP/Getty Images
Sobris 14 julio, 2016
Esta época del año, respecto al fútbol, tiene algo de mágica. Es el momento en el que te vas haciendo los equipos mentalmente teniendo en cuenta los fichajes y el entrenador nuevo que ha llegado (casi del Sevilla o Granada), intentas adivinar como innovara un técnico ya asentado en su club y manejará sus victorias y derrotas pasadas (Caso del Cholo o Marcelino), como se presentarán en la elite equipos ilusionantes en sus ligas (Caso del Celta o del Leicester)…es una época bonita