… se balanceaban sobre la tela de una araña, y como veían que no se caían fueron a llamar a otro albanés». El viaje de la Albania de Giani De Biasi casi con toda probabilidad ha llegado a su fin en esta Eurocopa, pero entendido como destino, todo ha merecido la pena para una historia de difícil comparación, incluido su debut. Ante la inconexa Rumanía de Iordanescu, los Ajeti, Hysaj, Memushaj, Abrashi o Sadiku consiguieron una victoria para el recuerdo. Nada importaba más que ganar un partido que sólo desde el 45′ se asemejó a ello. Hasta entonces, la falta de calidad de ambas selecciones y la constante precipitación anticiparon con cierta hilaridad lo que terminó siendo un final competitivo y válido.
La primera parte fue difícil de explicar. Nadie se tranquilizaba
Lo del arranque fue complicado. No se dieron dos pases seguidos en campo contrario, cada colectivo se desperdigaba sin razón que los colocara y el balón iba de un lado a otro. No había ocasiones, ni profundidad, De Biasi lo ha vuelto a hacerni ideas ni intenciones mínimamente adivinables. Impactaba lo mal jugada que estaba siendo cada pelota, hasta que por teoría aplicada, Rumanía comenzó a pasársela entre defensas y se pudo acertar qué quería cada uno. La calidad no es que mejorara; no obstante, Albania vio que la tela de araña seguía aguantando y fueron acordándose los unos de los otros. Crear no podían crear mucho, por lo que la victoria residía en que Ajeti, Agolli y Mavraj fuesen al suelo, el incombustible Memushaj corriese por quince y que enfrente apareciera un error.
Y lo hubo. Una salida muy en falso de Tatarusanu, acorde a todo lo visto hasta ese justo instante, provocó el delirio. Sadiku se pegó un sprint hacia el banquillo como si celebrase justamente lo que estaba celebrando y desde ahí Albania vio todo claro. Había que parar, no sin dificultad, a una selección cuyos talentos y poderes colectivos no entrañaban ningún milagro. El contexto táctico del choque se prolongó y Iordanescu fue dando entrada a sus hombres del banquillo en busca del empate. Para marcar diferencias, Rumanía se despidió de Francia con cierto aroma de impotencia. No halló soluciones ofensivas a su aparente y competitivo plan de inicio y apenas inquietó a Berisha.
Albania puede darse por satisfecha: ha culminado proezas
Albania, que salvo múltiples milagros se despedirá de esta Euro, lo hizo de menos a más. Desde un debut propio del novato, fue asentándose sin sentir vergüenzas. De Biasi había hecho lo más difícil, y en Francia dieron más de lo esperado. Griezmann en el 90′ evitó una de las sorpresas de la competición y la victoria de anoche culmina lo iniciado por su entrenador en 2011. Pocos deportes permiten que las telas de araña se sostengan tan a menudo como el fútbol. De Biasi confió en eso y fue llamando a un albanés tras otro hasta el gol de Sadiku. El histórico gol de Armando Sadiku.
Foto: PHILIPPE DESMAZES/AFP/Getty Images
José Luis Polo 20 junio, 2016
Sorprendente lo de Albania.Una selección que venía a ésta Eurocopa cómo comparsa,y se ha permitido el honor de poner en serios apuros a franceses y suizos,y de ganar a Rumanía.Hay qué reconocer que el gol de ayer es un claro fallo del portero Rumano,pero aún así ésta selección está haciendo historia.No sé si llegarán a clasificarse,pero desde luego lo qué están consiguiendo tiene mucho mérito.