Se acabó. La etapa de Pep Guardiola en Alemania se cierra hoy, en una final y ante el gran rival reciente, el Borussia Dortmund. Me parece bonito y justo que Pep pueda disfrutar de una conclusión tan atractiva. Su ciclo en el Bayern generará en los próximos años tanto debate como ha generado a lo largo de sus tres campañas en el Allianz. La sensación que (me) queda es que Guardiola fue creciendo y autocorrigiéndose, entendiendo además que varias de las piezas más colosales del anterior proyecto –los Schweinsteiger, Ribery o Robben– formaban parte del glorioso pasado. Había que crear nuevos caminos. Y Pep lo hizo. Su Bayern más redondo, el actual, es de Lewandowski, Müller, Alaba, Vidal o Douglas Costa.
Y ahí ha estado quizás el problema troncal, el motivo principal que apartó a Guardiola de su anhelada Champions: faltaron jugadores grandiosos con la pelota. O dicho de otra manera, faltó Arjen Robben. El holandés protagonizó mil resurrecciones en su carrera pero 2016 no pudo contemplar la enésima. Precisamente ante el Dortmund en liga comprobamos los límites de Arjen. Durante un buen rato, Tuchel se encerró con nueve hombres en su campo sin que el crack holandés lograra romper el cerrojo con su regate. Ha sido la temporada de la explosión de Costa, sí, pero la relación del brasileño con la portería rival es muy escasa, incluso cuando juega partidazos. El distinto era Robben, y ese nunca regresó del Mundial de Brasil.
RDGarca 21 mayo, 2016
Robben ha vuelto tantas veces que me niego a creer que haya terminado. La ausencia de Holanda de la Eurocopa me duele exclusivamente por él, estoy seguro que hubiera hecho un gran torneo. Y sin duda espero aunque sea una última gran noche