El Real Betis Balompié volvió hace ahora un año a Primera División de la mano del entrenador que consiguió darle un brillo especial en su anterior periplo. Pepe Mel construyó un Betis dominante en Segunda y parecía tener la fórmula idónea para hacer al club de su vida equilibrado entre la competitividad necesaria para permanecer en la máxima categoría y un fútbol atractivo que alimentara a todos los estratos del club y afición cada siete días. Ello no fue finalmente posible y los del Villamarín casi aceptaron la condena de competir desde una indefinición convertida en reto. Superarlo ha hecho al Betis equipo de Primera a base de marcar diferencias en las áreas con respecto a su competencia y de ganar piezas competitivas que han logrado el objetivo, consumado antes de la última jornada. La salvación del Betis ha sido así; consciente de sus limitaciones, resignado a crear un plan definido y ambicioso, pero salvado finalmente.
1- PEPE MEL NO LOGRA DEFINIR AL EQUIPO
Parte de los problemas que afronta Pepe Mel en el primer tercio de campeonato es la incapacidad del equipo para asentar una idea estable y productiva a la hora de tener la pelota. Si bien la plantilla se confecciona con una mezcla de centrocampistas reactivos y mediapuntas de pase que deben jugar cerca del área rival, como eran Portillo, Ceballos, Joaquín o Van der Vaart, el Betis no encuentra en ellos ni favorece su encuentro cuando ha de someter. Circula la pelota como si fuese medicinal: pases muy horizontales, sin desborde ni sociedades estables y con escasa capacidad para combinar. De esa ansiedad surgida por no sentir comodidad con el esférico, se suma que el equipo consigue resultados cuando cede la iniciativa. Siempre que el Betis acumulaba muy poca posesión, casi siempre fuera de casa, el equipo cosechaba resultados. Sin embargo tampoco lo hacía basado en un contragolpe reconocible, sino comenzando a nutrirse del rendimiento de sus mejores hombres en ambas áreas.
Un estilo indefinido acompañó al real betis toda la temporadaSi sus problemas con balón en ataque organizado no habían podido ser resueltos, el Betis entró en una encrucijada a la hora de crear ocasiones, pues como defecto en su plantilla carecía de jugadores que viviesen del espacio y la arrancada. Depender de Joaquín era excesivamente peligroso para esas labores, lo que obligó al conjunto verdiblanco, como veremos más adelante, a extraer un rendimiento absoluto de partidos de poca producción en las áreas, donde marcó una total diferencia. Para eso necesitó de una mentalidad que debe resaltarse, preparada en la etapa de Merino para sacarle jugo a unas virtudes no del todo estimulantes a nivel global.
Aunque su marcha no es preocupante a nivel de resultados, tras cinco victorias en 19 partidos, y fuera del descenso pero con sensaciones de rumbo perdido, el Betis decide prescindir de Pepe Mel. La conexión de su figura con el resto de partes que conforman el Betis tenía difícil recuperación y el club busca en el mercado de invierno estímulos que hagan reaccionar. A qué juega el Betis -o cualquier equipo- es una de esas preguntas que cuando se comienza a formular en el aficionado tiene un efecto contagio y un impacto con potencial drástico, seguramente mayor al de confiar en un estilo que presumiblemente se distancia del canon mediático. Así, la llegada de Juan Merino y la sorprendente cesión de un belga de 19 años que nadie conocía abrieron algo de luz al medio plazo verdiblanco.
2- CHARLY MUSONDA, ALGUIEN A QUIEN MIRAR
Sin faltarle calidad a la plantilla de mediocampo hacia delante, la situación general estaba apagando la iniciativa de sus hombres más lúcidos. El contexto futbolístico no era el más indicado y proclive para que la inspiración y duende del Betis de siempre fuese posible en los jugadores con más capacidad. Ajeno a todo ello, sin adaptación que valorar pero con una imponente frescura individual, Charly Musonda fue la bocanada que en ese momento necesitaba el equipo. Si bien su rendimiento global no es lo que más deba destacarse, Musonda fue el pellizco que daba algo de brillo y color a la señal que transmitía el Villamarín por televisión. El del Chelsea venía a que una de las grandes ligas conociese su fútbol y comenzó a regatear desde el primer día. Había tiempo de que su conducción y su desborde crearan movimiento.
El belga, en cierto modo, hacía posible lo que la falta de estructura de posesión y la ausencia de velocidad y jugadores que jugasen al espacio había derivado en resignación. De su genuino y descarado fútbol, limitado en la toma de decisiones y en hacer partícipe a los demás dada su juventud, el Betis tenía un motivo para amenazar; para mirarle y avanzar. El fallo no era el problema, pues había un jugador que lo intentaba y que además tenía éxito en esas primeras semanas. Para recuperar el autoestima del plantel, Musonda fue un primer paso, de la mano del artífice mayor de esa motivación que rescatase a los jugadores para sellar una segunda vuelta tranquila.
3- JUAN MERINO, SOLUCIONES SENCILLAS
Con Juan Merino, varios jugadores ganaron en mayor competitividadSin pócimas tácticas ni discursos elaborados hacia un plan establecido, Juan Merino echa a rodar con el propósito de ver, motivar y actuar. No es él quien da vuelo a las posibilidades de la plantilla, ciertamente por encima del fútbol mostrado en estas 37 jornadas, sino quien reconoce por encima de todo que el margen competitivo es interesante, sobre todo a nivel individual. De sus soluciones y motivaciones se explica que el Betis obtenga actuaciones individuales muy interesantes, con notable capacidad de sufrimiento, confianza en sí mismos y aceptación de lo debe o no hacerse dadas las circunstancias. Sin convertir tampoco al equipo en un colectivo sólido, se suman en esa mejora las caras más curtidas de Pezzella, un importantísimo Martín Montoya, N’Diaye y Petros en la medular o el perfil de Cejudo. Los planes más protagonistas siguen sin funcionar, por lo que la aparición de esas piezas competitivas, sumada a los dos grandes argumentos del equipo, sostienen las constantes vitales del Real Betis.
4- ANTONIO Y RUBÉN, LOS PILARES DE SIEMPRE
Antonio Adán y Rubén Castro son todo el hilo conductor y la puesta en escena bética 2015-2016. La permanencia la explican en su totalidad el portero y el delantero centro. Es tal su importancia y responsabilidad en esta salvación que cualquier pregunta que se pueda realizar sobre el Betis a todos los niveles de tipo futbolístico la responderían ellos. Ningún equipo de la categoría ha optimizado tanto la relación gol por minuto y parada de índole anímico como el Real Betis lo ha hecho con sus dos principales figuras. Primero porque ha establecido considerables diferencias con sus competidores. Adán, además, no sólo fue el portero que más puntos dio a su equipo en la segunda mitad de la tabla sino mirando a los 20 conjuntos del campeonato. Sus figuras han representado como pocas veces esa relación causal entre permanencia, gol injusto a tenor del juego y portero que da puntos todas las semanas.
Por su parte, el dato se fue repitiendo semana tras semana para hacer de Rubén Castro el principio y el fin del ataque del Betis. A sus 34 años y jugando todos los partidos, Castro, élite absoluta en la definición y el golpeo, consumó 18 de los 32 goles béticos hasta la jornada 37, casi un 60% de los goles de todo el equipo, el menos goleador de la categoría. 32 goles para 42 puntos únicamente entendibles desde la solución individual de un auténtico killer. Castro también formó parte de los problemas futbolísticos del equipo, pues su rango e impacto en el juego decayó con respecto a su plenitud, fiando su razón de ser a su tremenda pegada de delantero-boxeador. Él y Adán. Adán y él, salvaron de manera casi literal a un Betis que por juego hubiera estado en la pomada de este fin de semana.
David_Leon 10 mayo, 2016
Para mí el Betis ha sido una innegable decepción. No por su clasificación sino por lo que ha dejado a nivel de espectáculo y alegría al campeonato, que ha sido poco.
En ese sentido, llevo semanas queriendo plantear la pregunta en "Las Gaunas" y no se da el momento: ¿no os ha parecido Joaquín uno de los nombres que menos han dado con respecto a lo que soñábamos? En cierto sentido parece el resumen del año del Betis.