¿Y si los periodistas entrenasen? | Ecos del Balón

¿Y si los periodistas entrenasen?


«No sé lo que dice la calle, pero me da igual. Yo, con el carnicero, hablo de carne; con el taxista, de taxis. De fútbol, hablo yo. Yo sé más de fútbol que todos los carniceros juntos, que todos los taxistas juntos, que todos los porteros juntos y posiblemente que todos los periodistas juntos». Jorge Valdano (1995).

 

Durante una de las riñas que el periodista argentino Dante Panzeri mantuvo con el seleccionador Juan Carlos Lorenzo se produjo un desafío bastante curioso. Harto de sus críticas, el técnico invitó al periodista a hacerse cargo de la dirección técnica de la selección nacional argentina, según Lorenzo «para ver el papelón que hace (…). Si fracasa, lo tiramos al río». La anécdota data del junio de 1973, fecha en la que fue recogida en un artículo de Panzeri titulado «Foliculario acepta desafío de juglaresco». Un foliculario es un folletista o periodista, y juglaresco remite a juglar, que es la persona que en la Edad Media recitaba, cantaba o hacía juegos y malabares para entretener. Así que Panzeri estaba reduciendo a toda la profesión de Lorenzo, y no solo a él en particular, a una costumbre más folclórica que práctica.

Todo aquel que esté familiarizado con la obra de Dante Panzeri sabe que despreciaba a los entrenadores y que no creía en tácticas colectivas que no proviniesen de los mismos futbolistas. Panzeri lo justificaba diciendo que para dirigir en un juego de «oposición e imprevistos» había que intervenir directamente, es decir, ser jugador de campo. Así que, aparentemente, era absurdo proponerle ser director técnico. Más aun cuando él llamaba a este colectivo los «ladrones de azul» y consideraba que eran un invento de los presidentes: «Antes de existir los DT, la paliza iba a los dirigentes», decía.

Pero contra todo pronóstico, Dante Panzeri aceptó el reto y se puso a disposición de la AFA como una forma de demostrar, paradójicamente, sus teorías, es decir: que «ningún director técnico es director ni técnico». Su propuesta consistía en actuar como «seleccionador», lo que se resumía en escoger según su criterio, y nombrar un director técnico entre los mismos jugadores. Según Panzeri fuera de la cancha la máxima sabiduría a la que uno puede aspirar es saber elegir. Y eso le parecía un tema de opiniones en el que la suya era tan valedera como la de Lorenzo.

Antes de la anécdota de Panzeri y Lorenzo, en Argentina hubo un precedente muy cercano.

Lo que posiblemente animó a Juan Carlos Lorenzo a lanzar aquel desafío fue que existía un precedente de periodista de corte panzerista que se había estrellado tras tomar a su cargo la dirección técnica de un equipo argentino: el célebre caso del Huracán de Pepe Peña. Corría el año 1961 y José Gabriel González Peña, alias Pepe Peña, era uno de los más conocidos redactores de la revista «El Gráfico», por aquel entonces bajo la dirección de Dante Panzeri. La revista había inaugurado un nuevo modelo de escuela crítica que primaba el análisis del juego por encima de la información: «La revista no informa. Comenta y critica», escribió Panzeri en respuesta al correo de un lector.

Peña prefería contar y analizar el juego que sólo dar más noticiasAquel modelo de periodismo trajo consigo un vocabulario creado para la ocasión, giros y expresiones novedosas, y en ese terreno destacó Pepe Peña por su sarcasmo y gracejo. A él se le debe una de las imágenes que más han perdurado en el inconsciente colectivo del aficionado argentino: jugar con «un balde en la cabeza»; que fue la forma más gráfica que se le ocurrió a Pepe Peña para criticar a «Motoneta» Raúl Nardiello, un wing derecho muy rápido que cuando arrancaba en carrera ya no miraba a nadie. Independientemente de lo simpática que resulte como ocurrencia, la metáfora pretendía señalar una deficiencia de tipo táctico, una falta de «asimilación de conceptos» y de «ejecutar maniobras predeterminadas», que diría Juan Sasturain. La anécdota del balde no es por tanto un episodio aislado. De hecho es parte de un proceso de difusión de la jerga futbolística entre el público argentino, que se le debe en gran medida a la tertulia radiofónica que Dante Panzeri y el propio Pepe Peña compartieron con el ex-futbolista Adolfo Pedernera. Se llamaba «Fútbol al centímetro» (1956), aunque muchos radio-aficionados la conocían como “Las tres P”, por la coincidencia entre la letras iniciales de los apellidos de sus tres tertulianos. Si bien a Pepe Peña, por su estilo vitriólico, también le llamaban «Pepe Leña».

Podemos encontrar una breve descripción del talante de Peña como periodista -y de su breve desempeño al frente de Huracán-, en uno de los clásicos manuales ofrecidos por el diario argentino Olé: el «Diccionario Olé de Primera». Se constata ahí que el estilo de sus intervenciones era «sarcástico», así como «suficiente y a menudo exagerado para valorizar o desmerecer rendimientos». Lo que podemos interpretar como prepotente y por ende, molesto. También se indica que Pepe Peña practicaba un tipo de análisis periodístico: «sin hibrideces, orientado a descubrir cuestiones técnicas y tácticas». Aunque inmediatamente se vuelve a insistir en que lo hace mediante un estilo satírico, a través de: «cierta ridiculización del personaje cuando su crítica era adversa». Por tanto, se puede leer entre líneas que muchos profesionales tenían cuentas pendientes con Pepe Peña cuando este accedió al cargo de director técnico de Huracán.

Boca ya le había querido contratar como asesorSu prestigio como conocedor del juego y adalid del buen gusto era tan grande que Alberto José Armando, presidente de Boca Juniors, ya le había ofrecido a finales de los ’50 un puesto como asesor del equipo xeneize, aunque en aquella ocasión no hubo acuerdo. Lo que se materializó fue la oferta que le hizo Luis Seijo, presidente de Huracán, quien llevaba tiempo con la idea de armar un gran equipo. Podemos encontrar referencia a aquella etapa en la autobiografía de Nestor «Pipo» Rossi. El gran centrojás argentino había llegado a Huracán en 1959 en calidad de jugador y entrenador del equipo. Pipo Rossi destacó dos cosas sobre aquel proyecto: la llegada junto a él de otras figuras y la vocación por jugar un buen fútbol. La temporada 1961 iba a ser su despedida como profesional, pero aunque Rossi cita en el libro todos los fichajes que se produjeron durante sus tres campañas en el equipo, e incluso un hecho tan peculiar como la coincidencia de su retirada con las tres vueltas a la Tierra del cosmonauta ruso Gagarín, no hay en sus páginas ni una sola mención a Pepe Peña como técnico a pesar de que sí cita un partido contra San Lorenzo en el que el periodista, efectivamente, ejerció como entrenador.

Nestor Rossi no casaba ni casó muy bien con lo que iba a simbolizar Pepe Peña.

La ausencia de menciones a Pepe Peña no parece casual. Rossi se había acostumbrado a hacer y deshacer en el equipo, como muestra lo que contaba su compañero Emilio «Negro» Melón: «Rossi no podía con su molestia en la cintura, fuertes dolores de lumbago y otras lesiones; pero no quería largar (…) Jugamos juntos en River y en el 59 en Huracán. Nos gritaba a todos cuando no pasábamos la pelota o la perdíamos». Pipo Rossi se llevó consigo al jugador porque, decía, «necesito a alguien que me corra a los rivales», y ubicó a aquel extremo izquierdo de volante en lo que luego se ha conocido como «doble cinco».

Quiso introducir nuevas técnicas en bastantes aspectos del equipoLa llegada de Pepe Peña a Huracán suponía por tanto colisionar con Rossi, que ya estaba encauzando su carrera a la dirección de equipos, pero es que además Pepe Leña entró como un elefante en una cacharrería y concedió una entrevista al también periodista Bernardo Neustadt en la que no dejó títere con cabeza. Para empezar volvió a atizar a José Sanfilippo, un famoso delantero del San Lorenzo del que había dicho en su momento que “jugaba dentro de una cabina de guardabarrera y con una caña de pescar”, es decir, que vivía de explotar el juego de los demás. Cuando le preguntaron por Pipo Rossi y la nueva estrella del Huracán, Norberto «Beto» Menéndez, les saludó diciendo: “Los voy a corregir. Tengo más admiración por mí que por ellos“. Al diario «La Nación» le explicó que estaba «dispuesto a establecer la mística del quehacer futbolístico». Una combinación entre recuperar el clásico «pechazo» (golpe de pecho contra pecho) a modo de saludo, como una forma de recuperar la virilidad deportiva, al tiempo que anunciaba clases teóricas para mantener a los futbolistas informados de «las novedades (que) se originen en el campo de la estrategia».

Algunas de sus demandas resultaban pasmosamente visionarias. Por ejemplo, solicitó un dietista y dijo que los servicios médicos, más que la clásica ficha topométrica de los jugadores (el registro de sus medidas), debían procurar valorar mediante tests los reflejos de sus futbolistas. Cuando por fin dio inicio la pretemporada sus rutinas de entrenamiento resultaron tan innovadoras como su manejo del lenguaje. Una de estas prácticas, según recoge el «Diccionario Olé de Primera», consistía en «colgar una rueda de automóvil en la alambrada y hacer práctica de remates para embocarle con la pelota», actividad que es considerada en el manual como «extravagante». La revistas «El Gráfico» y «Un Caño» han recogido en sendos artículos algunas de estas prácticas de entreno -a las que consideran «estrambóticas»– y que incluyen el uso de sillas a modo de conos para ejercicio de dribbling; o el uso de sogas para hacer entender al portero cómo reducirle el espacio al delantero contrario a través de explicaciones geométricas.

Su debut como entrenador se produjo el 16 de abril de 1961 contra el San Lorenzo de Almagro, entrenado por Juan Carlos Lorenzo y con José Sanfilippo como estrella. Los cuervos de Almagro le endosaron un 5-2 con doblete del jugador de la «caña de pescar». La siguiente jornada Huracán empató por 2 a 2 contra Vélez Sarsfield, dirigido por el ex-seleccionador nacional Victorio Spinetto. Y en su último partido recibió un 4-2 del Atlanta, equipo que dirigía un futuro seleccionador que recién empezaba: Osvaldo Zubeldía. Tras esta derrota Pepe Peña dimitió y nunca más volvió a dirigir un equipo de fútbol.

Los tres partidos oficiales de Pepe Peña eran el mejor referente posible para Lorenzo.

Su caso se convirtió en el paradigma del charlatán que queda expuesto al tener que asumir el trabajo sobre el que pontifica, motivo por el que seguramente Juan Carlos Lorenzo ofreció en 1972, tal y como se ha explicado al principio de este artículo, un reto análogo a Dante Panzeri, máxime aun cuando el mismo Lorenzo había sido uno de los implicados en aquella historia. No obstante, existen numerosos matices que conviene sopesar a la hora de emitir un juicio en lo relativo al caso de Pepe Peña.

Pedernera siempre le tuvo en mucha estimaPipo Rossi confía en sus memorias que San Lorenzo ya les había goleado la temporada anterior en la segunda vuelta, así que aquel era un resultado perfectamente lógico en un enfrentamiento entre los dos equipos. Del mismo modo, Rossi en ningún momento aprovecha la inexperiencia del técnico para justificar la derrota y, a pesar de su dimisión, el presidente Luis Seijo le ofreció a Peña el puesto de entrenador de las divisiones inferiores, lo que significa que seguía teniendo confianza en él. El artículo de Andrés Burgo en «El Gráfico» es de largo el mejor documentado sobre el tema: menciona, por ejemplo, que tras su dimisión el periodista participó en los inicios del programa televisivo «Polémica en el fútbol», o que volvió a la radio como comentarista para Radio Rivadavia, en el programa de deportes de José María Muñoz; omite, en cambio, que Peña trabajó para Boca Juniors como asesor cuando entrenaba Adolfo Pedernera. Él fue, por ejemplo, quien elaboró el informe sobre Peñarol para la semifinal de la Copa Libertadores de 1963, e incluso estuvo sentado en el banquillo como parte del staff técnico. De hecho acabó abrazando tras un gol a su antiguo enemigo, el Nene Sanfilippo, que ese año había sido traspasado a Boca.

Difícilmente tres únicos partidos pueden dar la medida de la valía o el conocimiento de un técnico, sea cual sea el resultado, pero lo que seguro que no pueden valorar es su calidad como periodista deportivo, que es algo totalmente distinto y que por ello requiere de una forma de evaluación diferente. Por otro lado, si aquel hombre era meramente un embaucador, sorprende que Adolfo Pedernera, que lo había sido todo como futbolista, le confiase un trabajo de aquella envergadura. El propio Pepe Peña dejó alguna pista sobre cómo interpretar la naturaleza de su fracaso aludiendo al espíritu con el que sus jugadores aplicaron sus ideas: durante una práctica habían planificado una estratagema que requería que el wing derecho se dejase caer. La jugada ocurrió más o menos como lo habían planeado, pero el jugador no se tiró. Según Pepe Peña, cuando le pidió explicaciones al extremo este le contestó: “Atrás había unos abrojos bárbaros, mirá si me voy a tirar”. Si leemos entre líneas quizás podamos intuir una falta de compromiso con su liderazgo, pero es que el propio Pepe Peña no había contribuido precisamente a generar una alianza adecuada con la plantilla, si tenemos en cuenta que su estrategia fue la de ir lanzando bravatas por los diarios.

Y difícilmente se puede extrapolar desde su caso lo que hubiese sucedido si Dante Panzeri hubiese dado el salto a los banquillos, tal y como le propuso Juan Carlos Lorenzo. Como periodistas, Pepe Peña y Dante Panzeri quizás habían sido parecidos, pero como técnicos seguro que hubiesen sido distintos. Panzeri, por ejemplo, nunca se hubiese permitido diseñar jugadas a los futbolistas. Su fútbol era dinámica de lo impensado, así que nunca les habría escrito un guión.

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Comentarios (62)

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La puntualidad de David Mata al publicar esto un día después del cese de Gary Neville -quizá el analista más admirado de Inglaterra en los últimos años- como entrenador del Valencia es muy propia de David Mata.

A mí personalmente, adaptando esto al presente, me parece imposible que funcionase un periodista sin pasado como jugador ni como entrenador de élite en un gran equipo de fútbol. Tal y como ha girado esto, me parece muy complicado que los jugadores creyeran en él. Amén de que considero muy difícil que un periodista tenga algo que aportar en ese sentido.
Cuánta documentación habrás tenido que consultar para sacar estos textos. Vaya crack de la paciencia debes ser señor Bravo. Bravo por el artículo señor Bravo.

Abel me ha quitado el honor de ser el primero en mencionar a Neville por comentarios, pero hilando al contrario, ¿Qué ex-jugadores o hombres ligados al fútbol veís como hombres que han aportado mucho al periodismo deportivo? A mi se me viene a la cabeza Valdano por su forma de relatar y detallar, pero supongo que para mucha gente será demasiado cargante quizás. A ver que más nombres sacáis.
@ Larios84

El nombre del momento es Zubizarreta. Ha subido un nivel la profundidad de las narraciones y además de una manera inteligentísima que no abruma a quien no quiere pasar de lo superficial. Es buenísimo desde la sencillez.

A nivel escritura, los artículos de Guardiola y Solari en "El País" fueron magníficos. Los de Pep por contenido -quizá no estaba tan bien escritos- y los de Solari, menos profundos, tenían un punto extra de talento artístico que los hacían una delicia.

Y creo que tampoco puede obviarse a Michael Robinson como fenómeno mediático. Es una celebridad por méritos propios, su forma de expresarse hacía más amenos e incluso espectaculares los partidos.

Luego hay uno que apenas acumuló experiencia, que fue Juan Carlos Garrido, ex del Villarreal de Bruno-Valero, Cazorla-Cani, Rossi-Nilmar, en unos meses que estuvo en el extinto GolT España. Era un analista formidable. Exactamente igual que Quique Sánchez Flores, que es serio candidato a persona que mejor habla de fútbol en este país.
Es que es un tema interesante y yo lanzo una pregunta. ¿ Ser buen analista y comprender bien el juego desde fuera, te hace ser buen entrenador? En principio yo diria que no. Pero a la vez creo que hay periodistas que entienden mejor el juego que muchos entrenadores. Creo que lo mas complejo es analizar el juego de tu equipo y comprenderlo mas que transmitir esas ideas que tu tienes, siendo fundamental esto ultimo claro está, ya que seguramente eso va innato a la persona, pero lo veo mucho mas simple.
A mi se me viene un ejemplo a la mente y es Camacho. Me parece el entrenador que menos me gusta como comentarista. Ves un partido con el en la TV y no habla en ningun momento de tactica ni aspectos de juego interesantes. Siempre me ha surgido la duda de si en un vestuario seria igual. Imagino que si tiene conceptos y quizas no sepa transmitirlos como comentarista. Pero siempre me ha surgido la duda, ¿sera igual en un vestuario?
Por poner otro nombre Quique Sanchez Flores si me parece alguien que era muy interesante como comentarista y ya se le nota. Solo escuchando un par de entrevistas, se le nota que sabe transmitir las ideas que tiene.
@Larios84

El nivel es bajísimo, en mí humilde opinión. Coincido con Abel en lo de Zubizarreta, me parece que sus comentarios dan un valor añadido a la retransmisión del partido. Quique Sánchez Flores me parece el mejor en términos de análisis-comunicación, pero es un entrenador fabulosos y su lugar está en los banquillos.

A mí Valdano no me gusta, entiendo que a nivel de comunicación es espectacular pero a nivel de análisis (qué está pasando, cómo y porqué) no disfruto de la experiencia, además me resulta demasiado cargante.

Michael Robinson en cuanto a carisma sí, pero tampoco me da ese valor añadido que busco cuando me siento a ver un partido.
Otro magnífico artículo de David Mata. Empieza fuerte, con la provocadora cita del siempre polémico Mourinho. Bromas aparte, después de leer el texto me pregunto si Mata considera a Valdano un periodista, un entrenador, o las dos cosas (¡o ninguna!).

Esta corriente de opinión que proviene de Argentina, tan contraria al papel del entrenador (o "director técnico"), no sé si llamarla "reaccionaria" o simplemente "adánica". Porque entiendo que reivindique los aspectos lúdicos y creativos del fútbol por oposición a cierta concepción "cientifista" y, por qué no decirlo, pelmaza, que también se dio en América (recuerdo un "Código Cambridge" en el que se hablaba sobre las pruebas psicotécnicas que se hacían a los jugadores; pruebas que aconsejaban prescindir de Garrincha).

Pero esta corriente también insiste en el tópico de que El Fútbol Es De Los Futbolistas, lo que, me parece, casa mal con el fútbol entendido como deporte (es decir, como competición), y, en definitiva, con la profesionalización del fútbol. Y, claro, da lugar a contradicciones bastante cómicas, como leer a Ángel Cappa ("También nos robaron el fútbol") lamentando la mercantilización del fútbol: la misma mercantilización que permite a tantos futbolistas de segundo nivel vivir hoy de su trabajo, o que le permitió a él mismo cobrar un sueldo, imagino que holgado, como segundo entrenador del Madrid. O leer a Santiago Segurola, en el prólogo al libro de Panzeri ("Fútbol: dinámica de lo impensado"), despotricando contra "el entrenador moderno, todopoderoso y aclamado", y poniendo como contraejemplo... a Guardiola o al Ajax (de van Gaal).

En todo caso, y sobre la cuestión de si un periodista deportivo puede dar el paso a entrenar a un equipo, yo diría que se trata de profesiones (y recalco la palabra) distintas, que requieren una formación específica. Si el caso inverso es relativamente frecuente, creo que se debe a la poca cualificación que se exige hoy para ejercer el periodismo.
@David Mata
Felicidades, eres muy bueno. Se te da bien esto ;)

Sobre lo demás es un tema que a mi me parece muy interesante por el hecho de estar formándome tanto como preparador como de entrenador, lo segundo es más un hobbie.
Lo de Pepe Peña me ha vuelto loco, esas ideas innovadoras y realmente tan acertadas son increíbles, evidentemente fallo en la manera de llevar al grupo. Llevar a un grupo humano de jugadores de fútbol es muy complicado, motivarles y hacerles entender y creer en tus ideas es lo más difícil para un entrenador, de ahí que los exjugadores lo tengan más fácil porque parten con la ventaja de tener un respeto ganado de antemano. Pero poder puede ser entrenador todo el mundo, lo que pasa es que es más difícil llegar porque has de ser mejor para compensar todo eso. Amen que un jugador a base de vivir situaciones y ver como gestiona un entrenador estas, puede ir dándose cuenta de cómo ha de llevar cada situación.

Eso sí, un periodista o quien sea solo por ver fútbol, entender bastante y tal... no creo que sea posible que sea un buen entrenador, si puede ser un buen consejero para según que temas, opino. Creo que ha gestionar un grupo, sólo se aprende gestionando grupos.
George Best the best's avatar

George Best the best · hace 467 semanas

Personalmente creo que presuponer que alguien por el hecho de haber sido jugador de fútbol ya puede ser entrenador de un equipo profesional es un error, como también considero erróneo pensar que alguien que no ha sido jugador no puede ser un buen entrenador. Haber sido jugador sólo te da la ventaja de haber vivido antes determinadas situaciones, lo que no es poco, pero a la vez es casi nada. Ser entrenador es: comprender el juego, tener ideas y saber transmitirlas, dotar a un equipo de un estilo y personalidad propia, tener una metodología de trabajo, controlar y saber manejar el entorno: medios de comunicación, afición, saber cohesionar un grupo, etc, etc. etc, y al final de todo eso que el equipo GANE. Cuanto mejor hagas todas estas cosas, mejor entrenador eres, hayas sido o no futbolista antes.
David Mata selección.
Yo mataría por Abel entrenando a mi equipo.
@ alopezgu

Gaby Ruíz no forma parte del equipo técnico de Karanka ;-) Él pertenece al equipo de ojeadores que dirige Víctor Orta. Es uno de los jefes de zona, de hecho. Pero ni trabajará estrechamente con Karanka ni se considera capacitado para ello, de hecho. Aunque yo coincido contigo en que, entre los comentaristas sin relación previa con el fútbol profesional, probablemente sea el de mayor capacidad para analizar el juego.

@ Fran

Entre los que tú matarías y los que se suicidarían luego viendo jugar a mi equipo, el baño de sangre sería atroz. Así que mejor vamos a dejarlo de momento.
Yo empiezo este verano con un curso de entrenador, y en dos, si todo va según lo previsto, cursaré el grado de periodismo. Intentaré llevar una formación paralela, por así decirlo. Dicho esto, lanzo la siguiente pregunta o reflexión: ¿no creéis que la formación que supone haber estudiado periodismo puede hacer que la comunicación con el grupo sea más precisa y coherente y, por lo tanto, mejor que la de otro entrenador que no ha cursado dichos estudios? Lo que quiero decir es que quizá, el hecho ser periodista y tener una ''cultura futbolística'' o una formación como entrenador razonable, facilite o no obstaculice más las cosas de lo que creemos. Siempre percibo la sensación de que si no has sido un futbolista de élite, no puedes ser entrenador de élite. Es casi que una verdad universal, pero a mí me ha dado por pensar de que el hecho de no haber sido futbolista puede paliarse teniendo una formación como comunicador previa, partiendo de la coyuntura de tener una ''cultura futbolística'' similar a la de un profesional ya curtido en el fútbol. ¿Al fin y al cabo, lo importante es saberse expresar, no?

PD: perdón por el ''tocho'' y mi inocencia. Enhorabuena por el artículo, David.
@David Mata

La discusión, me parece, está más en el intento, por parte de ciertos periodistas, de desacreditar a los entrenadores (probablemente, para conservar su posición dominante como opinadores), y en el intento, por parte de éstos, de defender su parcela profesional (e incluso contraatacar cuestionando a los primeros, si se atreven), que en si realmente los entrenadores son figuras imprescindibles o no. El viejo debate de si en el fútbol pesan más los colectivos o los jugadores individuales no tiene mucho recorrido. Es la faceta colectiva (táctica, estratégica, física, psicológica) de los equipos la que tiene más margen de mejora, y a la historia me remito. En realidad, es obvio: es en lo colectivo donde puede aplicarse mejor un conocimiento sistemático y acumulado ("científico", o por lo menos, técnico). En la práctica, entrenadores como Mourinho, Guardiola o Simeone no han debido todos sus títulos a que contaran con los mejores jugadores individuales.

Y, si me permites una comparación (algo tendenciosa, lo reconozco), en el cine, aunque quienes aparecen en la pantalla son solamente los actores, nadie (es decir, nadie que sepa mínimamente de cine) duda de la enorme contribución del director, que de hecho es la figura más importante.
+ 1 claro al liderazgo de Gaby en su campo. Perdimos un magnífico analista. Unido al abandono de Perarnau de su tarea como periodista, me siento un poco huérfano.

Hace poco leí a Valdano elogiando el papel de los periodistas españoles en la nueva cultura futbolística del país y nombró al que probablemente sea el más prestigioso, Santi Segurola. Sin llegar a ser Brera, Segurola ha tenido una dimensión muy grande como referente, y sería chulo ver cuantos de los que por aquí nos pasamos empezamos a creer que otro periodismo de fútbol era posible gracias a él. Hoy no sé calibrar si todavía conserva ese prestigio. De hecho, mi intuición es que ha sido muy superado por muchos otros e incluso él mismo se ha convertido en forofo, en este caso de "una forma de jugar".

La muestra más clara la escuché la semana pasada, en un homenaje que Rac1 hizo a Cruyff en el que se entrevistó a Guardiola. Estaban Besa, Segurola y otro par de periodistas catalanes menos conocidos fuera de Catalunya (Sergi Pàmies y Xavi Torres). Me dio pena ver cómo los periodistas insistían con la superioridad de "esa forma de jugar" a pesar de que1) ponen en el mismo saco demasiadas cosas distintas y que 2) Pep ha repetido que sólo es una forma más, o la que a él le parece que más le puede ayudar a ganar, pero que no es "la mejor".

Afortunadamente, queda Ricard Torquemada.
@David_Mata
¿No pude aportarte ningún dato de Peña que no conocieses? Joer, que fracaso.

No entendiste bien lo que dije. Quería decir q todo lo q yo conocía sobre la experiencia de Pepe Peña en Huracán esta en tu texto o los enlaces. Aparte hay cosas que me han aportado y simplemente leerte es una placer.
Un abrazo
Yo lo único que sé es que hay entrenadores que han estado o están en cargos muy importantes que no parecen profundizar en la táctica como llegáis a hacer aquí. Es más, hay bastantes que no se alejan mucho de las ideas de sus compañeros en las tertulias de la radio de turno. Por no hablar de las perlas de algunos aclamados expertos en fútbol internacional...
Que bueno el articulo.
¿Soy el único que disfrutaba con el Juanma Lillo comentarista? Puede que le viera con buenos ojos, por el cariño que le tengo por lo que hizo con mi equipo.
Sin duda, al menos para mi, el mejor comentarista de partidos de futbol con diferencia es Xavier Azkargorta.
@David Mata

Bueno, y también decía Hitchcock que él, una vez terminado el 'story board', ya tenía hecha la película, y que el resto no era más que el fastidioso trámite del rodaje y del trato con los actores, a los que consideraba, textualmente, "ganado". No: aquí, estoy bastante seguro de tener razón. Pero ya digo que es una comparación tramposa, porque un director puede influir en una película mucho más que un entrenador en un partido. Para empezar, puede repetir las tomas y dirigir (precisamente) a los actores con todo detalle; en cambio, en el fútbol no hay más que una 'toma', y además hay otro equipo enfrente, lo que añade aún más descontrol.

Por otra parte, está bien lo de traer a colación a Simeone. ¡Precisamente, el caso más evidente de la enorme importancia que puede tener un entrenador! El hombre que, por encima de cualquier jugador, ha devuelto al Atlético a la élite europea.

Sin embargo, reconozco que el caso del Barcelona me deja muchas dudas. ¿Era menos brillante Guardiola por el hecho de que pudiera contar con Messi? ¿No fracasó el Tata Martino con prácticamente el mismo equipo? Y también: ¿cómo valorar el trabajo de Luis Enrique? Porque, desde mi punto de vista, por fuerza ha de tener algún (no: bastante) mérito; pero es que ¡hasta está superando a Guardiola!
Pues a mi me encantaría tener a Abel Rojas y a David León en mi cuerpo técnico. Creo que tienen una visión y un conocimiento táctico y cultural del juego enorme y sin duda me gustaría escuchar sus opiniones en todo momento. Y también creo que ambos tienen potencial como DT´s, he platicado con muchos DT´s profesionales aquí en México y en pocos he encontrado tanta riqueza de opiniones como las que encuentro en las de ellos.
"Los comentaristas son medrosos, no arriesgan". ¡Qué bueno! ¡Dar a probar a los periodistas su propia medicina!

A mí, Quique Sánchez Flores me gustó como jugador, me gustó como entrenador (en Inglaterra, no lo estoy siguiendo) y me gustó como comentarista.
Siguiendo la metáfora del cine, siempre quedará el plató y el rodaje de Evasión o Victoria , sólo había un jugadorcillo llamado Pelé dominando la escena
Excelente artículo, he tenido la oportunidad de leer "Dirigencia, decencia, y wines ", que es una recopilación de los artículos más importantes que escribió Panzeri, una obra de Matías Bauzo. Hay que reconocer que él siempre fue leal a sus convicciones a sus ideales, aunque hoy en día un buen DT siempre es fundamental, ya que puede enderezar el rumbo a un equipo o continuar con la debacle. Decir que Panzerí fracasaba o triunfaba si hubiese sido DT, era una cosa de locos. Y cito una de sus frases " Yo sólo se de fútbol de lo que ha ocurrido hasta el día de hoy, de lo que pasará mañana no se nada".

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