Sin mucho tiempo para trabajar a su equipo, Rafa Benítez demostró anoche que es perfectamente consciente de lo que ahora mismo representan Jamie Vardy y Riyad Mahrez en la Premier League. Los dos futbolistas más diferenciales y destacados del Leicester City se encontraron con un plan hecho a su medida, pues el Newcastle no sólo replegó para dejar sin espacios al delantero ingles, sino que también concentró todo su poder defensivo sobre la banda derecha local, donde Mahrez siempre tuvo a tres tipos mirándole a la cara.
Shinji Okazaki desatascó este partido con una gran chilenaY funcionó. Ninguno de los dos la tocó demasiado y el Leicester de Claudio Ranieri pareció vivir únicamente de las conducciones de Marc Albrighton y de la increíble movilidad de N’Golo Kanté, armas que pese a ser bastante útiles no parecen suficientes como para aspirar a ganar el título de liga, lo cual se notó de principio a fin. Pero entonces, en medio de este delicado contexto y con una acción genial e inesperada, apareció uno de los secundarios más eficaces que ha encontrado Ranieri para completar su plan. Si Danny Drinkwater venía siendo uno de los mejores foxes en las últimas fechas tanto cuando estaba Kanté como cuando su ausencia supuso un reto para todo el equipo, anoche Shinji Okazaki fue la llave que le permite al Leicester pasar una nueva pantalla de la aventura sin perder ninguna vida por el camino pese al planteamiento de Benítez y la insistencia de Ayoze.
Son dos complementos perfectos para las estrellas del Leicester.
Tanto él como Drinkwater son los apoyos de este LeicesterAunque su posición en el campo es muy diferente, Drinkwater y Okazaki tienen un rol similar dentro del sistema del actual líder de la Premier League. Si bien el primero se encarga de hacer de enlace entre los defensas y la exuberante intensidad de Kanté, la cual tendría bastante menos sentido si éste no le estuviera cubriendo siempre las espaldas, el japonés hace lo propio con los atacantes actuando como ese segundo punta multitarea tan clásico de los 4-4-2. Concretando más, Shinji Okazaki compensa la movilidad de sus compañeros acudiendo constantemente a donde no hay nadie para dividir atenciones, hace ancho el frente de ataque para apoyar el juego de bandas y, sobre todo, actúa de «espantapájaros» en el centro para evitar que todos los defensores rivales se preocupen únicamente de Vardy. Es decir, complementa a todos sirviendo de apoyo. Una labor que en el fondo se puede diferenciar mucho de lo que venía haciendo en Alemania, porque tanto en la Bundesliga como con la selección nipona lo más normal ha sido verle como nueve en solitario, pero que en la forma no le representa ningún reto diferente, pues el fútbol de Shinji Okazaki siempre había parecido demasiado «asiático» como para ser la gran referencia, lo cual a menudo le llevó a jugar en banda. Así que su caso, de una manera menos brillante y mediática que la de varios de sus compañeros, también representa en cierta manera lo que es este Leicester: una suma de piezas con poco más en común que el hecho de que forman un único puzzle.
No son secundarios de lujo, pero sí de apoyo.
Evidentemente, si el Leicester está cada vez más cerca de comer perdices es por el altísimo nivel de sus estrellas. Ellos son los que están marcando las diferencias respecto al Manchester City, el Arsenal, el Chelsea o el Manchester United. Sin embargo, esto no es óbice, ni debe serlo, para resaltar la importancia de Drinkwater y de Okazaki. Ninguno de ellos hace nada muy especial, no marcan diferencias y, pese a lo de ayer, rara vez ganan los partidos. No hacen los regates de Mahrez, no pueden robar los balones de Kanté, no tienen la relevancia en el marcador que Schmeichel ni realizan esos desmarques de cincuenta metros de Vardy. Pero su suma, simple y a la vez constante al sistema de Ranieri, es la que hace y sirve de soporte para que todas estas acciones puedan ser relevantes tanto en el marcador como en la definición de la Premier.
JuanCR 15 marzo, 2016
El Newcastle de Benítez no cometió ningún error de planteamiento ni de juego ayer, o al menos ninguno destacable, pero terminó perdiendo contra un Leicester al que es imposible no verlo como un nuevo Montpellier. Con todo, creo que es un buen primer paso para el equipo de los urracas. Espero que Rafa los saque adelante porque es un equipo al que tengo cariño.