Hasta la fecha, el Celta de Vigo ha sido uno de los ataques más destacados de lo que va de liga. Los vigueses caminan por los encuentros generando casi siempre un buen puñado de ocasiones. Eduardo Berizzo ha logrado aplicar en Balaidos un sistema con riesgos evidentes pero que tiene disfrutando a todo el colectivo, especialmente a las piezas ofensivas.
El reparto de tareas vendría a ser el siguiente: Iago Aspas, como 9, se mueve por todo el frente de ataque. El de Moaña ha regresado motivado a su tierra y talento le sobra para casi lo que quiera. En la derecha está Orellana, un extremo que en realidad piensa y lee el juego como un mediapunta cerebral. Regatea mucho y huye con frecuencia de la banda. Desde atrás, el medio que más pisa el área es el danés Wass, que ya ha exhibido su llegada a gol en el presente campeonato. La tónica general, se puede apreciar, radica en el movimiento constante de todas las partes. De todas menos una.
Nolito es el único que no se mueve en el ataque del Celta de Vigo
Manuel Agudo “Nolito” es uno de esos extremos goleadores de comportamiento simple que suelen colocarse en la banda contraria a su pie natural (en este caso, al ser diestro, la izquierda) y que viven tirandoNolito sabe ser muy paciente diagonales en busca del gol. Este tipo de futbolistas confrontan un problema estándar: el rival sabe perfectamente lo que va a hacer y se prepara a conciencia para detener la jugada. El extremo, sin embargo, cuenta con un punto a favor: a lo largo del partido, el oponente bajará sí o sí la guardia. La oportunidad siempre aparece. Por eso, resulta fundamental el aspecto que ha impulsado a Nolito a otro nivel futbolístico: la paciencia. La calma, la serenidad y el temple han llevado a un nervioso driblador a convertirse en un jugador de alto valor táctico y sumamente decisivo.
A continuación explicaremos cómo aplica Nolito esa paciencia en su juego y el uso que le da Berizzo a esa virtud:
1-Abrir el campo. Espacio para los demás. Lo hemos comentado en el segundo párrafo. Todos los integrantes del ataque celeste se mueven y tienden a finalizar las acciones en zonas diferentes a la inicial. Todos menos Nolito. Para que Aspas vaya de un sitio a otro y Orellana pueda ir al medio, Nolito debe permanecer abierto, evitando así una excesiva conglomeración en el centro. Los interiores también se benefician de la distracción que genera su ubicación externa.
2-Compensar a Jonny. Para la pizarra viguesa, es muy importante que Nolito no se aburra de estar siempre parado. Su lateral izquierdo, Jonny Castro, es diestro y al jugar en su perfil menos hábil reduce sus subidas al ataque. La profundidad en ese lado es todo cosa de Nolito.
3-Inteligencia con balón. Como decíamos previamente, Nolito ha aprendido a interpretar el juego. Aunque cuando recibe al pie, su deseo es agredir y desbordar a su marcador, el gaditano ya sabe mirar más allá. Su cambio de orientación tras atraer rivales permite la subida del lateral de la banda contraria (Hugo Mallo o Jonny cuando juega ahí), bastante más ofensivo y punzante por los motivos explicados.
Nolito sigue marcando y regateando, pero con mucha inteligencia
Decía Menotti que un futbolista puede –y debe– tomarse descansos durante los partidos. Que se puede estar un tiempo sin intervenir pero nunca se puede estar sin pensar. Esto, en esencia, es el cambio de Nolito. El de Sanlúcar de Barrameda no es un fenómeno de la conducción como Robben ni un prodigio físico como Douglas Costa. Sus limitaciones son evidentes. Por eso tiene especial mérito la sabiduría y paciencia con la que se dedica a “no hacer nada” y esperar. Nolito juega bien al fútbol, aunque se mueva tan poco.
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@DavidLeonRon 29 octubre, 2015
Mientras le dure el acierto en la diagonal y tiro, que ahora mismo es de estrella mundial, a Nolito habrá que considerarle un jugador de primera línea. Todo lo que hace (y no hace) es acertado: no fuerza jugadas, no invade territorios que no le corresponden, sabe ser paciente y suelta bien la pelota. Nolito juega bien.