El Espanyol de Sergio González está teniendo, cuanto menos, un comienzo de curso un tanto insulso. El técnico catalán no ha agarrado al equipo con la misma fuerza con la que cogió a su filial el pasado mes de enero, cuando completó una magnífica serie de nueve victorias, seis empates y únicamente dos derrotas en 17 partidos. Dichos excelentes resultados, además, no fueron el único aval para su contratación, puesto que la forma en la que estos llegaron convencieron incluso más. «La elección de Sergio no es un tema económico. Está capacitado y tiene una ilusión enorme. Hay un convencimiento total con él», comentaba Òscar Perarnau, director deportivo del club. La propuesta estilística de Sergio era clara y se plasmaba en una frase más que simbólica: “construir una pared es siempre más fácil que derribarla”. Sin embargo, el equipo perico ni está destacando por su construcción del juego ni tampoco por la destrucción del fútbol del rival, como en la era Aguirre. Y, como causa o consecuencia de ello, las noticias individuales no son muy positivas.
El Espanyol no gana desde el 5 de octubre ante la Real Sociedad.
La defensa, menos compacta y sólida que en años anteriores, está echando demasiado de menos la presencia de Héctor Moreno y, a estas alturas, ya acumula numerosos errores con nombre y apellidos. Incluso Kiko Casilla, uno de sus grandes activos competitivos, está fallando más de lo cuenta. Nada seguro en los blocajes, sus salidas por alto cada vez parecen menos seguras. Y el Espanyol, por encima de todo, ahora mismo necesita una red de seguridad en la que apoyarse. Una certeza que no esté relacionada con el juego grupal.
Sin llegar a este extremo, pero aún lejos de ser un doble pivote tan solvente como debería, se encuentra la pareja formadaFelipe Caicedo está muy mal por Víctor Sánchez y José Alberto Cañas. Debido a los cambios de planteamiento de su entrenador, la pareja de mediocentros ya ha probado a intentar tener el balón, a presionar medianamente arriba y, en estas últimas jornadas, a esperar un poco más atrás para tratar de correr menos riesgos, pero en ninguna de las opciones han destacado ni en lo individual ni en lo colectivo. A todo esto, además, se le suma la hasta ahora paupérrima aportación de Felipe Caicedo, que más que acompañar a Sergio García ha parecido estorbarle. Uno debía ser el juego y el otro el gol, pero de momento el «delantero de las Casas Baratas» pugna solo.
Lucas Vázquez está sobresaliendo en los últimos partidos.
Pese a estos problemas, Sergio ha tenido una gran noticia en las últimas semanas de competición: la movilidad, el dinamismo y la gran verticalidad de Lucas Vázquez. El extremo gallego, salido de «La Fábrica» y ya prácticamente atado por el Espanyol, ha sido como un soplo de aire fresco para un equipo gris. Como un rayo de sol en la tormenta. Como una guindilla en un puré de patata. Desde la banda derecha, mucho mejor que desde la contraria, Lucas ha producido sin tener -ni pedir- nada a favor. No necesitaba que su equipo dominase, que su lateral se proyectase constantemente o que el rival dejase espacios. Simplemente, agarraba el balón y, sin mirar atrás, como los extremos clásicos, encaraba a su par una y otra vez. Sin concesión.
Sus llegadas hasta línea de fondo, casi siempre a través de desbordes fuera-fuera, no se han traducido en los varios goles que sus jugadas merecían. Ante el Elche y, sobre todo, frente la Deportivo de la Coruña, su presencia debió valer los tres puntos y, en cambio, los pericos sólo sumaron uno en total. En rentabilizar los eternos detalles de S.García y la frescura del joven Lucas, como antes hiciera con Xavi Puerto y Joan Jordán, puede estar al futuro a corto plazo del Espanyol. Y de Sergio.
Abel Rojas 29 noviembre, 2014
Debo reconocer que lo de Caicedo me trae bastante a contrapié. Creía que sería uno de esos "9" que marcan la diferencia en la zona media-baja de la tabla, como cuando estuvo en el Levante.
Está jugando más bien al nivel que mostró en Málaga cuando se lo cedió el City, y eso no es mucho decir.
Sobre Lucas, el chico tiene condiciones y parece que hará carrera importante en Primera, pero no deja de sorprender que haya tenido un impacto tan inmediato.