Se enfrentaron en Do Dragao dos equipos a los que las campanas ya les van sonando y el run run de sus gradas se escucha como el rumor del mar en madrugada: opaco y profundo. El choque, dado lo anterior, no podía haber tenido un desarrollo distinto al que tuvo. Ni visitante ni local tuvieron luz en su despliegue, aunque sí uno que otro destello que fue suficiente para que el partido tuviera emociones y tres goles en su saldo. Los tres puntos fueron para el equipo que más lo intentó, mas ninguno de los dos ganó demasiado. Ni siquiera tiempo.
Aunque la calidad no fue alta, el partido tuvo varias ocasiones
Después de un fin de semana que, por lo menos, entusiasmó a los suyos, Valverde decidió no repetir en Champions y puso un once inédito para protegerse del DragónValverde sigue buscando solución. De Marcos de la lateral derecho, doble pivote San José – Iturraspe, Mikel Rico por delante y escorado por Guillermo y Susaeta. El equipo vasco lleva toda la temporada tratando de encontrar poso con balón por dentro sin mucho éxito. Anoche, el ejercicio pareció tener la diagonal de Susaeta como sustento, pero es un decir. En ningún momento llegaron a conectar y, en realidad, dieron la impresión de no tener plan pues no lograban ser constantes en ningún movimiento. Su rival tanteó durante los primeros minutos y, sin mucha brillantez, encontró en la zona izquierda de la defensa, tras un par de golpes ciegos en la derecha, el eslabón más débil de una cadena de caramelo leonés.
En un principio, el Porto se había ubicado en el campo con Brahimi de mediapunta, Tello de extremo izquierdo y Quintero de extremo derecho, pero la naturaleza de enganche compulsivo que tiene el colombiano hacia que se saliese de posición y se acerca al círculo central, desde donde trató de ordenar a los suyos y desordenar al rival. El niño mimado del país cafetero es un futbolista muy especial al que se le ocurren cosas muy locas. Lopetegui entendió pronto que su equipo podía darse el lujo de tenerlo en la medular y decidió enrocar las posiciones de la línea de mediapuntas, pasando a Tello a la derecha, a Brahimi a la izquierda y al colombiano en la derecha. Entre el hiperactivo Herrera, la técnica de Quintero y el trabajo de Jackson Martínez, el Porto se estacionaba arriba y lograba pasársela a Tello. El español estuvo muy inspirado y por sí mismo fue fuente de peligro y profundidad para los suyos. Superó una y otra vez a Balenziaga y fue el clavo ardiente del que se agarró el Porto para anotar, aunque fue en la primera jugada que decidió pasar y no regatear la que terminó en gol de Herrera a pase de Quintero.
Quintero y Tello estuvieron inspirados. El Porto sólo generó desde ellos
La segunda parte vio cambios más o menos drásticos en el Athletic. Beñat y Muniain entraron por San José y Aduriz y algo cambió. Los de Bilbao establecieron un bloque más organizado en la presión y entre el ímpetu y el bajo nivel de su rival, que hacía cosas rarísimas con balón debido a su pobre ocupación de espacios, logró agitar el partido lo suficiente para anotar un transitorio empate. Lopetegui se encomendó a Quaresma y el portugués errante respondió a poco de entrar mientras el Athletic volvía a su ataque inoperante. Aunque ganaron, Lopetegui se fue silbado por su afición, signo inequívoco de que el camino del español no está siendo de rosas. Hay algo perdido en Porto desde que se fue Moutinho y no parece que pronto vayan a encontrarlo. Igual que el Athletic sin Ander Herrera.
Abel Rojas 22 octubre, 2014
Antes de entrar en lo del Athletic, debo reincidir en que estoy viendo en Do Dragao un Tello que jamás vi en el Camp Nou. Y menos en banda derecha, donde me parecía lo más improductivo que había visto vestido de azulgrana. En el Porto hay veces que parece lo que se supone que Deulofeu puede llegar a ser. Estoy alucinando bastante.