Existe un concepto técnico en el tenis denominado split step. Este anglicismo hace referencia al momento en el que el jugador que no golpea la pelota y va a recibir un tiro de su rival levanta sus talones y queda suspendido en el aire en el mismo instante en que la pelota está contactando con las cuerdas de la raqueta de su oponente. De esta manera, haciendo coincidir el impacto de la pelota por parte de tu rival con la elevación de tus pies, estás preparado para tocar el suelo y salir con más tiempo de reacción hacia donde haya salido despedida la pelota. De recibir el disparo con los pies quietos y plantados perderíamos iniciativa para defendernos o continuar el punto. Estar en el aire en ese instante para caer y reaccionar hacia el lado correcto nos permite estar dentro de la jugada y no fuera de ella. Aplicado a los equipos de fútbol, este concepto se ha familiarizado con «competir de puntillas», sin hacer descansar el pie ni desconectar del momento que le rodea. Así está en estos momentos el Atlético de Madrid de Diego Pablo Simeone.
Para visitarlo, el Villarreal de Javi Calleja, que está en la disputa de similares objetivos con el club colchonero, arribó al Metropolitano con la intención de hacer daño con la pelota y cederla con cierta continuidad para no regalarle espacios de incorporación a un equipo que no va muy boyante de creatividad. Juntando a Trigueros, Cazorla, Gerard, Moi o Iborra, los amarillos sumaron una serie de perfiles desde los que salir de una posible presión más exigente sobre la defensa y un techo técnico y futbolístico mayor para los tramos de más protagonismo en campo contrario. En un inicio igualado del choque, el submarino se adelantó con un golazo de Paco Alcácer y aprovechó para dibujar una defensa pasiva y de altura baja, cercana a Asenjo, simétrica y basculante, que ofreció rango de pase largo a Thomas Partey, una decisión que justificó con la cerrada defensa del área ante centro lateral, tanto combado como hacia atrás. Cerrando espacios interiores e intermedios, Calleja guardó el marcador, aunque su equipo no pudo salir hacia Oblak.
La presión del Atleti con ventaja en el marcador, gran novedad
Simeone repitió equipo del pasado martes, con Vitolo donde Lemar, pero matizó la ocupación del campo, con el canario y Correa como mediapuntas de un 4-3-2-1, entregando la amplitud y la profundidad a los laterales. De nuevo se observó esa variante del sistema colchonero que abre a sus laterales a la vez para regocijo del mediocentro ghanés, que volvió a brillar en la activación de los más lejanos a su posición. Tapadas las conexiones hacia Correa y/o Vitolo, y con Koke como socio más cercano y horizontal, el Atlético ganó mucha altura de juego, lo que redundó en potenciar, aunque no participara demasiado, el espacio que más le gusta a su jugador más determinante en estos meses, el argentino Ángel Correa. Hecho el empate, el Atlético cuajó un tramo de partido muy relacionado con su estado de confianza y el precedente ante el Liverpool, catarsis absoluta entre el seno del juego rojiblanco.
Indicadores de lo que ha supuesto la victoria del martes en el ánimo del Atlético. la llegada desde la segunda línea y la presión adelantada, como plan de partido tras conseguir el 2-1 en lugar de abrigarse sobre la frontal de su propia área, obraron el gol de Koke y el posterior de Joao Félix, razonando el split step de los rojiblancos. En lugar de pararse y quedarse quieto tras conseguir la remontada, el Atlético levantó los talones, se metió dentro del partido y fue a buscar el 3-1 adelantando sus líneas de forma permanente, pletórico de una confianza que no quiere frenar con rutinas del pasado que invitaron a la discontinuidad y la insuficiencia. Por la forma, el Villarreal se encontró sorprendido cuando recibió el segundo gol. Entró Joao Félix y Koke y Saúl se pusieron a presionar hasta el final. El fútbol vive de los diferentes estados de ánimo.
Burro 24 febrero, 2020
Estaba claro que el Atlético tenía una crisis existencial bastante gorda, así que esperemos que con la última semana haya pasado la depresión y mire adelante. Quizás ya sea un poco tarde para hacerse con la Copa y la Liga, pero había que salir del pozo. Ahora mi gran duda es ¿Ha sido un punto de inflexión a nivel de juego y de actitud?
Yo aquí no lo tengo tan claro, la verdad. El juego y la intensidad del equipo ha ido menguando poco a poco durante los últimos hasta tocar fondo en el inicio de esta temporada, donde se ganaba pero la imagen del equipo era muy mala. Irónicamente, con el paso de las jornadas el equipo ha ido mejorando a nivel de creación de juego (pasó de nulo a malo) pero los resultados empeoraron. También hay que destacar que ha habido algún arreón de orgullo en algún partido concreto y en la supercopa, pero ¿se puede cambiar la inercia negativa de años en una semana? Lo dudo. Al menos de manera inmediata.
Lo que sí diviso son lo que pueden ser unos pequeños brotes verdes. Con estros brotes, el equipo puede recuperar confianza para al menos compactar el equipo y conseguir objetivos. Además se puede tener una idea general de cómo puede evolucionar el juego y fichar en consecuencia en verano, porque hasta ahora Simeone solo ha dado tumbos. En éstos últimos meses se puede dar valor a ciertos jugadores y establecer patrones:
* Lodi se puede confirmar como el lateral izquierdo para la temporada que viene
* Felipe ya está claro que es titular. Ahora hay que encontrar la pareja para los partidos clave.
* ¿Han resucitado Koke y Saúl? Con lo crítico que he sido con ellos en las dos últimas temporadas, puede que ahora sean la estabilidad de un buen Atlético y no uno muy mediocre.
* Como bien apuntó Santiago Estrade en otro foro, ¿Es posible que Llorente en realidad sea muy útil para proteger a un pivote más organizador, en vez de utilizarlo como un pivote defensivo?
* Buscar un Joao más participativo y estable.