Real Madrid y Celta de Vigo empataron a algo más que a los puntos ayer en el Santiago Bernabéu. El postrero gol de Santi Mina tras un ‘pasazo’ de Denis Suárez entre líneas, en una jugada ciertamente parecida a la del 0-1 entre Iago Aspas y Smolov, cayó como un jarro de agua fría en Concha Espina. Sin embargo, tanto los unos como los otros dieron motivos suficientes como para encajar este resultado con la mitad del vaso lleno, a pesar de que en términos clasificatorios no puede contentar a ninguno de los dos. Pero cuando Zinedine Zidane y Óscar García rebobinen este lunes el vídeo para volver a ver el encuentro podrán sacar ‘cosas tangibles’ -aunque sobre todo sensaciones- muy positivas de los dos equipos.
Óscar alejó y acercó a Aspas-Rafinha según el momento
Óscar García cambió muchas cosas en su pizarra para visitar al Real Madrid. Empezando por el sistema, dibujando de inicio un 5-3-2 con Murillo entre Aidoo y Araujo además de Bradaric como único pivote en el medio, y pasando por la colocación de ciertas piezas, como fue el caso de Rafinha, esta vez como interior derecho, al cual quiso acercar desde el arranque a Iago Aspas, delantero junto a Smolov, en ese mismo sector. Una elocuente declaración de intenciones acerca de cómo pretendería atacar el Celta de Vigo. Y que fue significativamente plasmada en la acción del 0-1. Una acción, por cierto, que altera enormemente el transcurso del duelo.
Porque con el marcador a favor, la reacción de Óscar desde la banda fue instantánea. Cambiando nuevamente el dibujo para adoptar un 5-4-1 en el que Aspas -izquierda- y Rafinha -derecha- volverían a estar alejados a fin de mantener ocupado todo el ancho y evitar que el Real Madrid se asentase por fuera a partir de sus cambios de orientación, el Celta dio un paso atrás en su posicionamiento. Aunque la decisión no dejó al equipo sin escapatoria en campo contrario. Por calidad pura y dura, pues por ello tiene en su plantilla a dos de los futbolistas más talentosos de toda LaLiga, y explotando al máximo los esfuerzos de Smolov por ir y venir al apoyo -casi siempre de espaldas y muchas veces incluso por alto- para poner a Aspas y Rafinha, precisamente, a recibir de cara, el Celta consiguió meter el dedo en una de las mayores llagas del Real Madrid en estas últimas semanas… su transición defensiva.
Marcelo fue clave en su asociación con Hazard en la izquierda
En términos de cantidad y calidad, el segundo tiempo del Real Madrid no tuvo nada que ver con el primero. Con Hazard de nuevo en el once titular, como extremo izquierdo en el 4-3-3, por delante (al menos sobre el papel) de Marcelo y rodeado por Kroos -interior- y Benzema -delantero-, el cuadro blanco recuperó en este sector su vigorosidad a través de la posesión. Si en la primera parte, aun con el resultado en desventaja, el equipo no acabó de encontrar la jugada -o al jugador- que le hiciese desbordar y girar al Celta cerca de su propia área, en la segunda, involucrando a absolutamente todo el equipo en el circuito asociativo, pero juntándose y acelerando desde la banda izquierda a partir de las recepciones muy abiertas de Hazard y los continuos desmarques de Marcelo, por la espalda y por delante del belga para atacar hasta línea de fondo y arrastrar al Celta hacia su portero, el Real Madrid consiguió arrinconar a su rival en contra de su voluntad. Pero obviamente, como refleja el 2-2, que ambos entrenadores puedan sacar cosas positivas de la noche no significa que ambos lucieran verdaderamente a su mejor nivel. Y prueba de ello, más allá del resultado definitivo, es que a mediados de febrero, con objetivos y escenarios por supuesto muy distintos, tanto el uno como el otro han llegado hasta aquí con algún agujero que otro en los bolsillos. Y la temporada, por suerte o por desgracia, avisa. Siempre lo hace. Y seguramente, mirando ambos calendarios, ese momento sea ahora.
AdrianBlanco_ 17 febrero, 2020
Hablemos de todo lo que ocurrió ayer en el Bernabéu. Hazard, Iago, Aspas… ¿Partidazo, no? 😀