El balón parado y Thibaut Courtois dieron una de esas victorias que definen la candidatura a una Liga donde juega Messi. Principalmente porque el feudo del que se la llevó se llama Coliseum y en él hay arena, lanzas y máscaras, y del que es materialmente imposible dominar el encuentro con soltura, precisión, organización y claridad. Volvió a dominar ampliamente el Getafe de Pepe Bordalás un choque cuyo análisis no discurre por un cauce modelo o tipo, sino por uno en el que constantemente local y visitante conviven con el error, la interrupción, la separación de las líneas y las disputas individuales, y donde suele tener mucha importancia el factor adaptativo y psicológico de cada individualidad. El equipo blanco apenas encontró continuidad pero logró adelantarse mientras su portero le daba continuas segundas oportunidades para poder dar un golpe en área contraria.
Isco y Benzema, muy bien controlados por la presión del Getafe
Casi más importante en un encuentro en el Coliseum es la interpretación del partido por encima del planteamiento. Es tan agresivo y bien calculado y calibrado el Getafe que lo que piensas en un primer momento puede desbaratarse por el ritmo defensivo e individual, bien sincronizado, que realizan los azulones. Zidane imaginó una primera idea global, con algunos ajustes únicos y específicos, en la que Bale y Ferland Mendy estirarían y amenazarían en una asimétrica ocupación del campo, mientras Isco se metía abajo, siendo téorico extremo izquierdo o mediapunta con libertad, con tal de recibir cerca de los mediocampistas para proteger la pelota de su marca individual. Junto a Kroos y Modric el Madrid vaicinó ese escenario. En la práctica, ‘ganó’ el Getafe.
En casi todos los duelos en campo merengue se libraron batallas concatenadas donde, en tiempo y espacio, saltaba una camiseta azul, sin dejar girar a una blanca, logrando asfixiar cualquier conato de salida exterior. Primero en el dos contra dos de puntas con centrales, los getafenses, con Arambarri, Maksimovic y Cucurella en modo piraña, presionaban en esa primera línea de tal forma que los centrales, ayer Varane y Militao, no tenían espacio para conducir, dividir y encontrar un hombre libre, mientras en mediocampo siempre se veía un tres contra tres que intentaba romper Isco con Mendy muy adelantado. El motor del francés, alejándolo de tareas más constructivas y técnicas en el primer control, tenían sentido. Lo que quizás quitó a Zidane la posibilidad de salir de esa sucesión de presiones estuvo en la asignación táctica que tuvieron Isco y Karim.
Courtois concedió a su equipo constantes nuevas oportunidades
Al no estar Ramos en primera línea, tampoco Marcelo, el Madrid pensó que el malagueño sería más importante en el segundo escalón que en campo contrario, y seguramente Benzema en apoyo cuando hay tantos jugadores fijados por un rival es el jugador que podía liberar a las dos primeros líneas amigas -centrales y medios- de esa presión, recibir de espaldas y poner de cara a Kroos o Modric para comenzar a meterse arriba, en campo contrario, donde Isco sería el cuarto apoyo continuo para cortar las ayudas y la basculación de la fase más hundida de los locales. Así, y mientras Courtois seguía realizando grandes paradas, algunas de valor gol, el Madrid se fue al descanso con ventaja y con deberes que Zidane atajó ya con 0-2, dando entrada a Vinicius, Valverde y Jovic, tres piezas mucho más consecuentes con el partido que se daba y con las necesidades del Getafe, castigado por su poca precisión.
Andrés Madrid 5 enero, 2020
El Madrid ya ganó una Champions con un plan de mínimos, con el peor Cristiano de su carrera(2016) y sin mucha fluidez ofensiva.
Sinceramente creo que este equipo está a que se activen 2-3 piezas para pasar de ser competitivo a poder ganar.