Pero la cosa es muy diferente cuando el que debe estirar, con más o menos espacio, es el propio Adama Traoré. A pesar de su evidente crecimiento futbolístico en los últimos meses, el ex canterano del FC Barcelona sigue siendo un jugador con más potencia que control. Habitualmente, en el uno para uno, Adama supera por cualidades que tienen que ver más con lo físico que con lo técnico. Y prueba de ello es la manera que tiene de conducir con el esférico. Todos sus gestos, antes y después de entrar en contacto con el balón, pocas veces le otorgan ventajas reales. Y de ahí que, generalmente, necesite más toques de la cuenta para controlar, dar un pase e incluso regatear. Sería muy interesante saber qué son los “regates” para las matemáticas. Pero, en cualquier caso, cualquiera que haya visto al presente Adama Traoré más allá de YouTube sabrá que esta estadística, como casi todas las estadísticas individuales del fútbol, hay que cogerla con pinzas.
6 comentarios
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Las estadísticas son como los tangas, enseñan todo menos lo importante.
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Lo importante es eliminar rivales y Adama los elimina con bastante frecuencia. Otra cosa es que una vez eliminados elija siempre bien o le falte aún la pausa necesaria para ser más determinante.
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@Jorge
Pero regateando como regatea ahora mismo, por cómo se perfila y por cómo trata de superar muchas veces (dándose controles largos al espacio), es poco probable que vaya a encontrar esa pausa. Muy poco probable.
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Si, yo tampoco soy optimista en ese aspecto.
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Lanzo una pregunta. ¿ Se justificaría su convocatoria para la Euro por llevar un perfil diferente y como recurso ?
Mi respuesta es si. En determinados contextos de partidos rotos, equipos cansados, rivales en inferioridad numérica, etc… Sus virtudes pueden ser no ya determinantes, sino letales.
Juan Rodríguez 11 enero, 2020
Si me permitís un toque de humor (pero en serio), yo siempre distinguiría regates al galope, regates al trote y regates al paso. El que es capaz de los últimos es el genio del regate verdadero.