Lucas Pérez completó ante el Atlético de Madrid su mejor partido en mucho tiempo. Hiperactivo lejos del área sin la pelota, yendo a uno y otro lado, de arriba abajo y de izquierda a derecha, ofreciéndose en el apoyo para darle profundidad al sistema desde la última línea, el delantero gallego demostró que su sintonía con Joselu va a más con el paso de las jornadas. Es indudable que, para un equipo que se está moviendo en índices de posesión tan divididos como este Deportivo Alavés, antes o después acabará echando en falta un punto más de agresividad al espacio por parte de sus atacantes. Pero esa, al menos en lo que hoy nos concierte, es otra historia. El Deportivo Alavés de Asier Garitano consiguió rascarle un punto al Atlético en Vitoria. Y lo logró tal y como se le requiere: compitiendo.
El Atlético volvió a tener muchos problemas en la primera parte
No obstante, el primer punto del análisis es para el doble pivote del Atlético de Madrid. De nuevo organizado en su 4-4-2 en línea, con Lemar -izquierda- y Saúl -derecha- en los costados, y sin Koke, ni Thomas ni Trippier ni Morata en el once, Simeone apostó por Llorente y Héctor Herrera como su doble pivote. Pero un cúmulo de cosas se empezaron a torcer desde el principio. Con Herrera algo más liberado posicionalmente que Llorente, el Atlético entendió que escalonar su centro del campo le permitiría salir de una forma más ordenada y vertical con el balón. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el primer tiempo de la pareja no satisfizo las expectativas. Herrera vivió los 45’ completamente alejado de Llorente; tanto con la pelota como sin ella. En fase de iniciación, el mexicano corría -muchas veces de espaldas al propio balón- para posicionarse unos metros más arriba, a la misma altura que los dos extremos, que volvieron a situarse por dentro, pero esto, sin que el Atlético hubiese asegurado aún el paso entre los centrales y su pivote, y con los dos puntas del Alavés acosando en la presión, acabó por torcer algo que ya había empezado mal. El Atlético no consiguió desplegarse en campo rival.
Y su intento por salir con el balón jugado fue tan desordenado que, como suele ocurrir en estos casos, su transición defensiva se vio claramente castigada. Con Héctor Herrera muy pendiente de la recepción de Wakaso en cada salida de balón del Deportivo Alavés, para lo que Garitano había preparado que Manu García bajase hasta la misma altura que sus centrales para crear una superioridad numérica ante los dos puntas del Atlético, el cuadro vitoriano detectó en esta zona la gran debilidad de su rival. Con poco, haciendo retroceder a uno de sus dos puntas, ya que los centrales, los laterales y el doble pivote permanecían en su propio campo en cada salida de balón, el Deportivo Alavés consiguió ponerle el cebo al ímpetu tan anárquico con el que Llorente actúa dentro del campo.
Lucas Pérez jugó su mejor partido en lo que va de temporada
Ya en la segunda mitad, de nuevo con Correa por detrás de Morata, el Atlético interpretó que la mejor manera de proteger su ventaja sería desde el espacio y no con el esférico. Y ese pasó atrás, después de haber sido superior a su rival durante prácticamente toda la segunda mitad, es el que aprovechó el Deportivo Alavés para volver a rendirle cuentas al posicionamiento defensivo de los rojiblancos. Si bien es cierto que en el 4-4-2 de Asier Garitano la profundidad ofensiva corre a cuenta de Lucas y Joselu, y no tanto de los extremos, como ocurría la temporada pasada con Jony, cabe señalar que, a pesar de que habrá partidos en los que se echen en falta otras cosas, tener a los puntas con este grado de activación y confianza ya es más de lo que se imaginaba hace algunas semanas.
Faetón 30 octubre, 2019
Me estaba acordando de las palabras con las que el gran Albert Morén describía al Llorente del Alavés aquí en Ecos:
"… la contención, por ser el madrileño un futbolista de pie fino, cuerpo delicado y poco aspecto de guerrero, del que cabría imaginar dificultades para convivir con largas fases sin balón. No es el caso. Llorente, igual en defensa que en ataque, quiere el esférico, pero no lo ansía."
"Esta particularidad probablemente sea uno de los rasgos más característicos de su juego cuando el Alavés defiende abajo. La paciencia, la selección a la hora de encimar y meter el pie"
"Como iniciador de la transición ofensiva […] normalmente no pierde el balón cuando intentan quitárselo. Lo protege, lo toca, lo esconde y encuentra la rendija por la que escapar con él"
Paciencia, contención… Es una descripción que no encaja para nada en lo que hemos visto de este futbolista en su posterior paso por el Madrid y en sus primeros partidos con el Cholo. ¿Puede un futbolista cambiar tan radicalmente en apenas 3 años? ¿Cuánto hay de evolución fisico-táctica del futbolista, cuánto de adaptación a las necesidades del contexto y cuánto de (ausencia de) confianza, para explicar actuaciones como las de ayer? Para jugar de 5 en este Atleti, mi impresión es que Llorente ha de parecerse más a su versión reflexiva en el Alavés que a su versión hiperintervencionista en el Madrid.
http://www.ecosdelbalon.com/2016/10/analisis-marc…