Una transición granota

El Levante es uno de esos equipos que mejor razona la máxima de que el estilo de juego está por encima del dibujo elegido. Paco López, un técnico que tiene muy claro lo que quiere del colectivo desde que se sentó en su banquillo, ha utilizado en las tres primeras jornadas tres dibujos diferentes, con extremos y sin extremos, con mediapunta y/o con dos delanteros centro, y en todo momento ha respetado, como la maquinaria de un reloj, los rasgos por los que ha de ser reconocido. Alternando una notable cantidad de nombres y recursos ofensivos, con una profundidad y nivel muy alta para el rango que ocupa dentro del campeonato, los granotas continúan siendo un equipo abierto, de vocación ofensiva y poco elaborada, que aprovecha los escenarios de mayor descontrol para amenazar, sea en el minuto 4 o en el 85, con muchos hombres, todos veloces y con determinación para disparar a puerta.

Paco López: «Hemos utilizado varios sistemas. 4-4-2, 4-3-3, el rombo… No le damos tanta importancia al dibujo como al desarrollo del mismo. Una vez los jugadores se empiezan a mover, los dibujos desaparecen.»

Así, el conjunto del Ciutat de Valencia está dando continuidad a su impronta, siendo el segundo equipo que más remata de la Liga (16 disparos por partido), y el tercero que más remates recibe (15.7). Por eso, como si jugara a un ‘intercambio de canastas’ a toda pista, logra generar un tipo de encuentro en el que las transiciones tienen muchas opciones de protagonizarlo. Dada esta circunstancia, cuando su rival le supera en calidad individual y en jerarquía colectiva, se comporta como de una de las mayores amenazas ofensivas a campo abierto de toda la Liga cuando enfrenta a los mejores equipos de la tabla. Y lo hace porque entre la batería de centrocampistas y delanteros siempre tiene una conexión lanzador-receptor de indudable calidad.

Una de las claves es su capacidad para acumular mucha gente en el área una vez el balón profundiza por fuera. Además de las transiciones iniciadas por los puntas y estiradas por los extremos, es muy significativo cómo el Levante rellena el área en velocidad y número con tantísima frecuencia. Morales, León y Martí, los hombres más rápidos de la ofensiva levantinista dependen, eso sí, de la capacidad de los centrocampistas y del delantero centro, Borja Mayoral, para retener por un momento la jugada y activar los espacios una vez fijan jugadores o reciben acosos del rival. Si logran recuperar en campo contrario o escapar de la presión adelantada en situaciones de defensa posicional, hacen sufrir mucho el balance defensivo del oponente. Hoy, en el Bernabéu se estima un partido de cierto descontrol y fases de transiciones donde el Levante tendrá muchas cosas que decir.