Raro sería que Nicolás Lodeiro desapareciese del once titular de Uruguay en esta Copa América. El jugador de Seattle Sounders, autor del primer gol charrúa en el torneo, jugó ante Ecuador entre la mediapunta y la banda izquierda. Ese rol mestizo dentro del 4-4-2 en línea de Óscar Washington Tabárez le ofreció a Uruguay una serie de posibilidades en campo contrario. Algo que, por qué no decirlo, siempre es bien recibido en una de las selecciones más pragmáticas de la era moderna. Una especie de embrague entre el carril central y el pasillo exterior, participando siempre por delante de la línea del balón, en el que el ‘7’ de Uruguay tiene la misión de transmitir o interrumpir la posesión entre el doble pivote y los puntas con una serie de acciones/movimientos propios del modelo charrúa.
Nicolás Lodeiro desempeña un rol clave en el 4-4-2 de Uruguay
El 4-4-2 de Uruguay ante Ecuador reservaba -como decíamos- un rol muy especial a su extremo izquierdo. Orbitando de manera ininterrumpida entre la banda y la espalda de los delanteros, Lodeiro, que no deja de ser un zurdo jugando por izquierda, desempeñó un rol mucho más móvil que Nández -que es diestro- por la derecha. Desde esta posición intermedia, cada vez que Uruguay cruza con el balón la divisoria, el futbolista de la MLS puede -y debe, generalmente en pocos segundos- tomar diferentes decisiones a uno y otro lado sobre el futuro de cada acción. Pero todas ellas, claro, en consonancia con los dos vectores que siguen alimentando a los de Óscar Tabárez: verticalidad y balones directos.
Nández y Cáceres, por derecha, cargan mucho área para Uruguay
Uruguay sigue siendo una selección eminentemente vertical en todos los aspectos. Desde que la acción nace desde atrás, con Vecino y Bentancur en paralelo por delante de los dos centrales, y hasta que la pelota llega al último tercio, donde los rioplatenses tratan de sumar una cuantía importante de efectivos en las inmediaciones del área. Con todo esto, conviene señalar que el paisaje que se le dibuja a Lodeiro en cada ataque de los suyos cuenta con tres opciones -como mínimo- bien diferenciadas. Por izquierda, por ejemplo, el de los Sounders puede jugar con Laxalt, el lateral de ese mismo sector, para conformar una situación de ventaja (2×1) o de igualdad en función de las circunstancias. En relación a Laxalt, por otro lado, cabe la posibilidad de que Lodeiro conecte de manera directa con la corona del área, tanto con Suárez como con Cavani, y que el futbolista del AC Milan sea el encargado de darle ‘amplitud y profundidad’ a Uruguay desde el lado izquierdo.
Y por último, aunque no por ello menos importante, pues además es la opción que más y mejor puede lanzar a Uruguay en la transición, conviene señalar la opción de que Nico Lodeiro cambie la dirección del juego. El derecho, como quedó de manifiesto ante los ecuatorianos, es el costado más fructífero de Uruguay en términos cuantitativos. Desde dicho sector, el cuadro charrúa centró al área tres veces más que desde el lado opuesto. Entre Nández -extremo- y Cáceres -lateral-, dos piezas que no destacan especialmente por su virtuosismo con la bola pegada al pie, pero que sí dominan bien el arte del centro escorado y/o en carrera, a lo que también hay que sumar las periódicas caídas a banda de alguno de los dos puntas, Uruguay posee en esta zona del campo un filón para cargar el área por la vía rápida. Un recurso dentro del discurso, aunque en ocasiones puede llegar a ser difícil distinguirlos por separado, en el que Nicolás Lodeiro juega un papel elemental. Decisivo. Y muy determinante. Pues además de recibir, acelerar, descargar a banda y quitarle metros residuales a Luis Suárez y Cavani, Uruguay necesita que su ‘7’ finalice las ocasiones incorporándose en la segunda línea.
AdrianBlanco_ 18 junio, 2019
Qué bien le sienta a Uruguay este rol de Nicolás Lodeiro; entre la banda izquierda y la mediapunta. Ya digo, muy extraño sería que le viésemos desaparecer de algún once durante esta Copa América. Puede ser clave. 😀