Seguramente sea igual o más importante crecer dentro de la fase final de un torneo, con una narrativa puntual con la que trabajar estados de ánimo y remover la mente del jugador que el camino táctico que ha llevado la propia selección en la fase de clasificación. Es lo que de algún modo le está ocurriendo a Argentina. La albiceleste de Scaloni está buscando la manera de no ser tan sumamente albiceleo mientras trata de facilitar las tareas a futbolistas afectados por la falta de estructura y calidad en el juego que arrastra la bicampeona mundial. Ante una Venezuela que no cumplió el objetivo de mantener la portería a cero mucho tiempo, Argentina tuvo la continua sensación de controlar los ritmos.
Scaloni y su rombo dejaron toda la iniciativa a Venezuela tras el gol
Scaloni parece completamente decidido a mantener el rombo en el mediocampo, una configuración táctica que refuerza el carril central, encarga la profundidad y ciertas recepciones en las bandas a dos puntas –Agüero y Lautaro- y que tiene en sus interiores y su mediocentro a jugadores que pueden jugar muy directos y abiertos para que Messi decida donde y cuando aparecer sin pisarse con nadie. Aunque esta medida no esté teniendo un gran impacto sí que está dando al conjunto argentino posibilidad de atacar con más espacios y sin tanta elaboración ni responsabilidad. Sin más tiempo para encontrarle un rumbo claro al encuentro en lo más táctico, Venezuela se encontró con la necesidad de llevar la iniciativa, una oportunidad que Scaloni no dejó de aprovechar para cerrar filas.
El estado del césped, además, impidió cualquier tipo de planteamiento de control y dominio desde la pelota así que Venezuela optó por llevar el juego a los costados. El sistema argentino encuentra un problema básico de gente en la cal, pues sólo tiene a tres efectivos en la medular, así que Dudamel elevó la altura de los laterales, metió a Soteldo en el campo y abrió a Darwin Machis en aclarado sobre Foyth, una jugada que giró a la defensa argentina y comprometió su defensa posicional. Para ese momento, Scaloni activó un cambio sorprendente pero a la postre productivo, introduciendo a Di María en banda derecha para cambiar el rombo por una línea y poder transitar a la contra.
Dudamel entendió bien su ventaja pero no pudo abrir la defensa albiceleste
Argentina entendió su ventaja, siempre y sin excepción hasta el gol, desde el orden en campo propio, una medida algo delicada en base a su competitividad como grupo, pero que no encontró demasiada dificultad por la calidad venezolana, carente de recursos para desbordar por completo. En cierto modo, la entrada de Acuña por Lo Celso en el once titular anticipaba el tipo de encuentro que Scaloni ideó en su cabeza, esperando mucho más abajo de lo habitual, preparándose para poder defender por dentro, salir a la contra y no obligar a sus jugadores a tener que crear desde el pase en un escenario tan complicado para jugar. Si además Messi, bastante desaparecido, no tiene su día, el plan de mínimos encontró la recompensa con el 0-2.
Maxi 29 junio, 2019
Ayer, Argentina ganó merecidamente a pesar de que Messi no compareció. Cuando fue la ultima vez que pasó algo así? Sin duda, la primera gran noticia para la selección en esta Copa America. La otra buena noticia: en todos los partidos, Argentina comenzó jugando con confianza en campo contrario, pero luego venía un bajón bastante abrupto donde el equipo retrocedía y ya no podía volver a conectar hasta el comienzo de la segunda mitad. En este partido, ese mismo patrón se repitió, pero de una manera mucho menos pronunciada que antes: Argentina arranco muy fuerte, generando tres o cuatro situaciones en los primeros 10-15 minutos (entre ellos el gol); luego cedió terreno, pero sin dejar de amenazar nunca a la contra, y sin dejar tanta facilidad al rival. En definitiva, pareció algo hecho adrede, una decisión estratégica más que una reacción visceral por sentirse superado desde lo futbolista. Fue la primera vez en el torneo que Argentina se pareció a un equipo de verdad.
El lateral derecho sigue siendo un tema serio. Creo que Argentina va a tener muchísimos problemas por ese costado contra Brasil. Si Roger Martinez y Machis ya nos pudieron hacer daño por ahí, no quiero imaginarme lo que harán Coutinho, Filipe Luis y Everton. Tampoco creo que la estrategia de lanzar pelotazos frontales funcione contra Marquiños y Thiago Silva, y Casemiro siempre fue una especie de kriptonita para Messi. Habrá que ver, yo creo que Brasil parte con una clara ventaja. Pero si Argentina logra, de alguna manera, sostener el 0 durante los 45 minutos y empiezan a caer los murmullos desde las tribunas…