La Venezuela de Rafael Dudamel arañó un empate a la anfitriona y principal favorita defendiendo hasta la última brizna de su propio campo. Casi como un ejercicio programado en el que sólo tuviera que probar cómo defender un once contra once sin variar la altura defensiva, la vinotinto pudo aguantar el plan de Tite, en el que reintrodujo a Arthur Melo en la base de la jugada, con plena libertad en ambos ejes, horizontal y vertical, como principal e importante novedad con respecto al encuentro de debut. Por ambas partes, juntos y por separado, Brasil y Venezuela dejaron muchas cosas que analizar y comentar.
Tite dio titularidad y plena libertad a Arthur para la creación
Es un buen debate el que nace del ritmo ofensivo de Brasil. La canarinha es un equipo que asume y acoge atacar siempre desde la pausa y la masticación, casi nunca intenta forzar determinadas cosas desde una presión agresiva para crear espacios de otra manera que la de ocupar el campo y tratar de desbordar desde el pase, el regate y el cambio de orientación, una elección que aprovechó Venezuela para jugársela a duplicar esfuerzos y meter un hombre más por detrás del balón en todos los momentos de la jugada. Dudamel acumuló mucha gente por dentro con un 4-1-4-1, con un mediocentro entre líneas, Moreno, con cierta libertad para morder en la mediapunta, o acudir a los costados para frenar el cambio de ritmo de los de Tite, cuando Neres y Richarlison recibieran abiertos.
Esa decisión, ser uno más dentro y ser anchos en defensa para estar antes que los extremos brasileños recibieran, penalizó su ataque, con un solo hombre, pero mostró fortalezas defensivas para poder competir en un único escenario. La respuesta de Brasil, en ese sentido, llegó de la mano de Arthur Melo, seguramente el hombre que mejor entendió la responsabilidad concedida y los problemas de su equipo. El futbolista del Fútbol Club Barcelona, acompañante de Casemiro, ejerció de ‘playmaker’. Botando la pelota y acercándose a sus socios para organizar, su movilidad para romper líneas en conducción y tirar paredes por dentro fue la principal vía de atracción y liberación que encontró la anfitriona.
Venezuela decidió sumar gente dentro y en banda aunque perdiera efectivos en ataque
Venezuela siempre se arrugó sobre él cuando éste agitaba el sonajero, cerrándose por dentro y dejando espacio en los costados, exigiendo a sus zagueros una respuesta al límite que sí llegó. Aunque también quedó claro que los extremos de Tite y el momento de forma de Firmino no favorecen sumar pegada de máximo nivel, hay que poner en relieve el gran partido de Yordan Osorio en acciones defensivas en el área para desbaratar acciones dentro de la misma. Con el puntito de suerte y la puntualidad necesaria para convertir el tiempo en capacidad de sufrimiento y desgaste para el rival, Venezuela pudo frenar a una Brasil que seguirá teniendo que equilibrar su propuesta para encajar la libertad de Arthur, el papel de Coutinho, la elección del ‘9’ o la incursión de secundarios que signifiquen algo diferente al jugador que sustituyan.
AArroyer 19 junio, 2019
Creo que le falta a Brasil un punto de energía en algunas cosas, sobre todo como recurso para presionar. Lo enfoca todo a la pausa, el control y luego el cambio de ritmo y quizás necesite un punto más de versatilidad en los planteamientos pero al fin y al cabo el sistema tiene ideas, Tite me parece muy bueno y no me parece que Brasil hiciera un mal partido, peor sí que va a necesitar más de sus puntas. Creo que Gabriel Jesús va a entrar de un momento a otro en el XI.
Y Venezuela… muy bien, ¿no? Tenía bastante sentido todo lo que hicieron con el mediocentro entre líneas y su defensa de las bandas, frenaron bien a Coutinho y los extremos, sabiendo que Firmino está a un nivel muy bajo, al final sólo perdieron un poco en la defensa de Arthur.