Fábio Henrique Tavares, Fabinho, es la encarnación del cambio táctico, técnico y mental que ha experimentado el Liverpool esta temporada. A estas alturas de la película cuesta pensar en un futbolista que no haya mejorado sus aptitudes de la mano de Jürgen Klopp, hasta el punto de que seguramente hayan sido unos cuantos los que han rendido por encima de su nivel, pero lo del brasileño es diferente. Procedente del Mónaco el verano pasado, pocos días después de que el cuadro ‘red’ hubiese perdido ante el Real Madrid la final de la Champions, la llegada de Fabinho marcó un antes y un después en el equipo de Merseyside. Lo que en su día parecía ser una opción muy coherente para reforzar su centro del campo, ampliando el fondo de armario con una pieza nacida para recalar en el ritmo de la Premier League, este se ha acabado convirtiendo en un aval súper preciado para los intereses del Liverpool 2018/19. Un futbolista que, una vez asentado, le ha garantizado un salto cualitativo a un equipo que, para competir dentro y fuera de las islas británicas, ha debido incorporar ‘nuevos registros’ a su fórmula.
En Champions, el Liverpool ha elevado su posesión con respecto a la temporada pasada
El Liverpool de esta temporada ha sido algo más parecido al de la eliminatoria frente al Bayern de Múnich que al que se vio ante el FC Barcelona. Esto es que, para lidiar con la exigencia tan absurda que marcan los equipos de Pep Guardiola en las ligas, el conjunto de Jürgen Klopp ha debido someterse esta temporada a una especie de lifting que le ha ayudado a corregir ciertas arrugas. Adoptando en su pizarra algunos conceptos hasta el momento no tan desarrollados, el técnico alemán se ha visto obligado a mantenerle el pulso al Manchester City entrando en su terreno. La intención de este texto no es volver a alabar las virtudes de este Liverpool cuando goza de metros para contragolpear, pues si volviésemos a redundar en esa faceta -ya analizada pormenorizadamente-, y sobre todo si nos quedásemos solo en ella, estaríamos faltando a la verdad conforme a lo que ha sido durante una gran parte de la temporada. Así que, con todos estos datos sobre la mesa, conviene iniciar este análisis subrayando que Fabinho ha sido esencial dentro del proceso que ha hecho crecer/madurar al Liverpool.
Fabinho ha promediado más de 10 recuperaciones por partido durante esta temporada
El Liverpool 2018/19 ha añadido multitud de recursos propios del juego de posición en su fase ofensiva. Con un único pivote por delante de los centrales, con dos interiores en un escalón intermedio entre este y los extremos, dos laterales bien abiertos por fuera y un punta, en este caso Firmino, ocupado de dar forma y fondo a las triangulaciones que se han ido dado, el Liverpool, que ha promediado casi dos puntos más de posesión por partido que la temporada pasada (59.17% -> 57.38%), ha tenido que cambiar su relato para ajustarse a la exigencia de una Premier que, en su gran mayoría, ha tratado de hacerle frente desde una posición de inferioridad; más teniendo en cuenta que, hasta bien entrada esta campaña, ese había sido el gran lunar de este Liverpool: su capacidad para llevar la iniciativa ante repliegues a media-baja altura. Una transformación, que tiene que ver con lo táctico pero también con lo anímico, en la que Fabinho, mucho más completo que Henderson (sin balón pero sobre todo con él), ha cooperado de forma muy especial.
Una de las cosas que Jürgen Klopp ha podido sacar en positivo de este desarrollo es que, siendo más proactivo que reactivo, su equipo, a diferencia de antaño, ha estado en una disposición mucho más favorable para marcar el ritmo de los encuentros. Esto, en otras palabras, quiere decir que el Liverpool se ha mostrado mucho más voluntarioso a la hora de dominar las diferentes fases del juego. Y es ahí donde entra el protagonista del texto. Para este Liverpool más reposado en sus funciones, desde su salida de balón hasta todo lo que tiene que ver con el paso previo a la finalización, en una clara contraposición a lo que era el equipo la temporada pasada, Fabinho es un jugador que encaja mucho mejor en la idea que Henderson. Por velocidad en la ejecución, por recursos para cruzar la línea divisoria, por poderío en el juego aéreo y por registros, en definitiva, para mantener compacto todo el bloque, con el esférico -continuidad en el pase- y sin él -lectura defensiva-, Fabinho ha aportado propiedades más que suficientes para fomentar ‘una metamorfosis’ como esta a lo largo de la campaña.
Fabinho es un futbolista mucho más completo que Henderson para el Liverpool 2018/19
El cambio del Liverpool no ha sido de la noche a la mañana. Resulta obvio. Pero merece ser señalado; al igual que todo este proceso no significa que el Liverpool haya tirado por la borda todo lo anteriormente construido. Cuando puede correr, todo el equipo sigue corriendo como el que más. Pero este giro de tuerca, con el cual ha incorporado nuevos matices a la propuesta, ha hecho del Liverpool 2018/19 un equipo mucho más completo. A partir de la posición de Fabinho, al que retrasa en muchas ocasiones hasta la altura de los dos centrales, Jürgen Klopp ha establecido la base de dicha conversión. Cierto es que el brasileño goza de un parámetro de pases menos extenso que Henderson, que domina muy bien el cambio de orientación, pero la fluidez que este le ha dado al primer pase de los suyos ha sido primordial para acomodar al equipo por delante de la línea del balón. Para los dos interiores en mediocampo, Klopp ha contado con un abanico superior al de la temporada pasada tras la incorporación de Keita, y lo cierto es que, entre las distintas opciones -y oportunidades- que ha tenido de mezclarlos, la adaptación de Milner, de Wijnaldum y del propio Henderson a un guion de encuentro mucho ‘más sosegado’ que el de meses atrás ha sido muy positiva.
En este sentido, la temporada de Fabinho ha sido ciertamente consagratoria. El jugador brasileño ya era un muy buen centrocampista en el AS Mónaco. Pero este curso, como ocurre -ha ocurrido y ocurrirá- con tantos otros futbolistas bajo cargo de Jürgen Klopp, Fabinho ha crecido. Y lo que es aún más importante: ha hecho crecer a todo el Liverpool. Desde una posición que le ha permitido ver el juego siempre de cara, tanto para iniciar desde atrás como para saltar a presionar o corregir por delante de los dos centrales en la transición defensiva, Fabinho le ha dado un plus al 4-3-3 de Klopp, que durante una parte de la temporada fue 4-2-3-1, contribuyendo de manera activa en los dos vectores principales en los que se mueve la Premier: defensa-ataque y ataque-defensa. Saliendo a presionar, como ante el FC Barcelona, o defendiendo de una forma más posicional, creando un buen vínculo con el central izquierdo, Virgil van Dijk, el futbolista brasileño ha promediado más de 10 recuperaciones por partido, de las que algo menos de la mitad (39.9%) se han producido en campo contrario. Ese dato, sumado a los cerca de 64 pases que ha repartido por encuentro (con un 89% de acierto), y a los 10 envíos que ha logrado colar en zona de tres cuartos por cada 90′, son la constatación de que Fabinho está creciendo hacia ‘el centrocampista total’.
fernandojb 31 mayo, 2019
Gran articulo, en efecto eso se ve este año en el liverpool, una mejora posicional grande, es un equipo que sabe leer mas los partidos con balón, el otro año los ultimos 15 minutos de los partidos se rompia y era una loteria.
Fabinho a mi contra el barca me parecio que dió un salto enorme, lo hizó increible.
Los dos centrales y fabinho son para mi dificilmente superables en nivel en el futbol actual, tienen una mezcla de jugar lejos del area y salida de balón.
Luego como siempre recordar a Van Dijk, para mi santo y seña de este liverpool , para mi sin ninguna duda el mejor jugador del mundo esta temporada, un nivel estratosferico en todas las facetas.
P.D no le doy tan favorito al liverpool, el despegue de delle alli en la semifinal puede causar muchos problemas justo a fabinho y van dijk.