
Massimiliano Allegri estuvo a punto de dejarlo en el verano de 2017. Su equipo, la Juventus de Turín, acababa de perder la final de la Champions en Kiev, ante el Real Madrid, y la derrota fue un ‘directo’ a la mandíbula de la entidad ‘bianconera’. Más que el hecho de caer en aquel encuentro, lo más doloroso fue el cómo. El cuadro turinés encajó en noventa minutos más goles (4) que en toda la edición hasta aquel encuentro (3). Y la sensación es que, después del descanso, la Juventus de los Barzagli, Bonucci y Chiellini, que atacaba con el primero bien abierto por derecha y Dani Alves unos cuantos metros por delante en esa banda, dejó de competir de una manera un tanto extraña ante el Real Madrid del rombo, con Isco por detrás de Benzema y Cristiano. Aquella noche marcó un antes y un después en la carrera de Allegri. Pero el técnico de Livorno, uno de los principales depredadores en la Copa de Europa durante los últimos tiempos, aprovechó esa decepción, como ya había hecho un par de años antes tras caer en Berlín ante el Barcelona, para seguir aprendiendo y dándole forma a ‘su callo’ más competitivo.
Antes de llegar a la Juventus, Allegri ganó Serie A (2010-11) y Supercopa de Italia (2011) con el AC Milan
Allegri ha sido uno de los mejores estrategas del último lustro en Europa. Tras recoger la herencia de Antonio Conte sin demasiado margen de maniobra, después de que este decidiese renunciar a su cargo por claras desavenencias con la dirección deportiva (“Uno no se puede sentar con 10 euros en una mesa de un restaurante de 100”), el de Livorno siempre ha destacado por hacer de la necesidad su principal virtud en la contienda. A su llegada a Turín, Allegri se encontró con una plantilla claramente construida para uno de los sistemas más particulares sobre el tablero: el 3-5-2. Después de comandar al mejor Milan de la última década hacia una Serie A (2010/11) y una Supercopa de Italia (2011) con un dibujo que poco o nada guarda en común con el que debió usar en su primera temporada en la Juventus de Turín, Massimiliano Allegri demostró desde su llegada a la ‘Vecchia Signora’ sus grandes dotes para adaptarse a un entorno -tanto en lo técnico como en lo táctico- muy reticente a los cambios.
Con Lichtsteiner, Pirlo, Vidal, Marchisio, Pogba y Tévez en nómina, el gran reto de Allegri durante su primera campaña en la Juventus fue hacer creer a todos esos futbolistas, que venían de una época muy gloriosa en Italia con un fondo y una forma ya automatizados, que existía un dibujo que podía aunar en un mismo once la excelsa templanza de Pirlo, la desbocada llegada al área de Pogba, la incorporación en segunda línea de Marchisio y la garra de Vidal, como pieza que cerraba el rombo por detrás de Tévez y Morata, para atacar enseñando los dientes. Una configuración que ha ido variando con el paso de las temporadas entre el 3-5-2 ya mentado, el 4-3-1-2 recientemente descrito y un cómputo de dibujos, en resumen, que se extienden hasta el 4-2-3-1, el 4-3-3 y el asimétrico 4-4-2 con el que decidió medirse al Real Madrid en Gales. Un ramillete de esquemas, entre los que figuran aquellos con tres centrales y dos carrileros y los que cuentan con extremos y un único punta en la parcela ofensiva, que representan el mejor aval de un entrenador que, más allá de los trece títulos con los que carga en la mochila, ha sido el responsable de que Pjanic sea en estos momentos uno de los mejores mediocentros del continente, de que Mandzukic, desde la izquierda, haya hecho de su recorrido una solución duradera para la transición binaria (defensa-ataque y ataque-defensa) y de que Cristiano Ronaldo, por supuesto, haya hallado su sitio en un esquema que, con extremos o sin ellos, con o sin segundo punta, no ha perdido el equilibrio.
La Juventus ha tenido mucha más posesión en esta Champions (56.13%) que en las tres anteriores
Cierto es que en los últimos años la Juventus de Massimiliano Allegri ha venido usando tres esquemas muy concretos: el 4-2-3-1, que le permitía disponer de sus tres mejores atacantes al mismo tiempo, el 3-4-3 que empleó en la temporada 2017/18 con Douglas Costa en uno de los costados, y el actual 4-3-3, que en ocasiones ha sido 4-5-1, en el que Dybala ha tenido ciertas dificultades para compartir el frente con Cristiano. Sin embargo, resulta complicado encuadrar al livornés en un único sistema. Y esa variabilidad táctica ha sido, en cambio, su mejor garantía en según qué escenarios. A lo largo de estas cinco temporadas en el banquillo de la ‘Vecchia Signora’, ha sido una práctica muy común que Allegri haya cambiado de sistema en multitud de ocasiones, entre los partidos y también durante uno mismo. Una aptitud para adaptarse a las circunstancias, tanto a las propias como a las ajenas, que ha reglado el aprendizaje más empírico de un hombre que, tal y como él mismo reconoció, siempre ha creído en un concepto por encima de todo lo demás: el equilibrio. Una armonía de la que Allegri ha sido fiel confeso.
Allegri, en una entrevista a ‘El País’: “No hay menos pasión solo en el fútbol, se ha perdido la pasión por el deporte en general. En mi época estábamos en la calle de 2 a 8, todo se hacía allí: se intercambiaban cromos, se jugaba a todo. La calle es una escuela de vida porque te obliga a pensar, te agudiza el ingenio; los chicos de ahora piensan poco y son poco creativos. Ha desaparecido el arte de buscarse la vida”.
El Massimiliano Allegri de las noches de diario no es el mismo que cada sábado viaja dentro de la frontera italiana. Un detalle que, además de ser muy revelador acerca de la realidad de la Serie A, define al Massimiliano ‘entrenador’. El de Livorno ha entendido a base de palos que la Champions se rige por su propio código. Y consciente de las múltiples dificultades que entraña, la gran mayoría de sus planes han sido achicados a un mantra ciertamente reduccionista a la hora de analizarlo tácticamente. Dominada la competición regular, tanto en lo técnico como en lo táctico, Allegri ha utilizado durante estos años la Serie A como un auténtico campo de pruebas de cara a las grandes noches europeas. De esta forma, a lo largo de estas últimas temporadas, no ha sido nada extraño que, una vez alcanzada la ventaja en el marcador ante equipos como el Napoli, el Inter, la Roma y de ahí hacia abajo en la clasificación, la respuesta de la Juventus en todos estos encuentros haya sido prácticamente la misma: pasar a defender el resultado a través del espacio y no tanto mediante el esférico. Una idea que el equipo ha venido asentando con el paso del tiempo, con uno u otro dibujo, y que representa la razón de ser de un entrenador que, consciente de sus propias limitaciones, ha querido acercarse al metal de los campeones como cazan todos los camaleones: aislado, bien concentrado y ‘ocultándose’ en el paisaje.
En esta última Champions, en la que la Juventus cayó eliminada ante el Ajax de Erik ten Hag, el equipo ‘bianconero’ ha tenido una media del 56.13% en su posesión. Un registro muy superior al de las anteriores tres temporadas (2017/18: 50.48%; 2016/17: 53.26%; 2015/16: 40.24%), y que prueba la incansable voluntad de Allegri por alcanzar la dichosa consonancia. La llegada de Cristiano, además de los diferentes matices que el equipo ha ido incorporando a lo largo y ancho de su esqueleto, ha revelado la intención manifiesta por parte de Allegri de darle otro giro más a la propuesta. Más allá del rol que ha logrado darle al portugués dentro de la pizarra, la Juventus ha desarrollado durante este curso una serie de instrucciones que, como sucedió con Çan en la remontada ante el Atlético de Madrid, forman parte del álbum de fotografías de Massimiliano Allegri. Un técnico que siempre ha creído en el valor del diálogo para “superar dificultades” dentro y fuera del vestuario. Pero siendo siempre claro. Muy honesto, como siempre se ha catalogado, incluso cuando avisaba a sus padres de que haría pellas en el instituto con un escueto “hoy no voy a clase”. Allegri, el joven que decidió ser un autodidacta de esa escuela de cemento, ladrillo y adoquines, se despide de la Juventus después de cinco temporadas, 11 títulos – Serie A, Copa y Supercopa-, dos finales de Champions y un legado que, por muchas veces repetirlo, nunca estará pasado de moda: “para ganar hay que luchar, sufrir y correr”.
roumagg · hace 309 semanas
Esos cambios de Morata y Khedira en 2016 cuando el muy buen equipo que había construido tenía rendido al Bayern, Cancelo de suplente en la ida de octavos y la vuelta de cuartos (las dos derrotas en ambas eliminatorias), el cambio de Barzagli contra el United, su obsesión por Matuidi en un 4-3-3 frente a otras opciones o el uso defensivo del delantero centro de su equipo son ejemplos de lo que comento. Por contra, la vuelta contra el Atlético fue una exhibición de manejo de recursos, con todas las decisiones de dirección de campo enfocadas a la victoria y alejadas del miedo. Cuando no tiene nada que perder, oculta su defecto y muestra todo lo que tiene como entrenador, que es mucho. Pero creo que para alcanzar la excelencia de un proyecto que aspire a ganar desde una cierta "obligación" mental se puede quedar algo corto por falta de valentía en ciertos momentos que en una eliminatoria resultan claves. Aún así, es justo reconocer que las múltiples lesiones le han hecho mucho daño, y a lo mejor con Chiellini, Khedira, Costa y Cuadrado disponibles, y sin que Dybala se retirará lesionado, estaríamos ante un, de nuevo, finalista de la Champions League. En cualquier caso, desde Cardiff no ha encontrado un sistema y ya el año pasado tuvo muy complicada la liga hasta el final. Buen movimiento para las dos partes si se eligen bien reemplazo y club de destino.
AdrianBlanco_ 96p · hace 309 semanas
Comparto esa impresión, pero creo que también ha dejado cosas positivas en la balanza (el caso de Pjanic, por ejemplo). Y compitiendo muchas veces "desde la inferioridad" hemos visto a una Juventus muy resolutiva. Allegri la ha devuelto a su sitio.
roumagg · hace 309 semanas
Sí, si es casi ideal para que un equipo como la Juve 2014-2017 gane la Liga sin problemas y compita hasta muy lejos en Champions. Pero no lo es tanto para un equipo que aspire a más. Te asegura un suelo de notable, pero su techo rara vez es el sobresaliente. Y sin sobresaliente, o tienes una plantilla abrumadoramente superior (Zidane 2016-2019), o en eliminatorias no vas a alcanzar el máximo potencial. Igual es un sesgo mío que no soporto las decisiones conservadoras en entrenadores con grandes plantillas, pero es la sensación que siempre me ha dado.
AArroyer 101p · hace 309 semanas
Y en el caso concreto de un club como la Juventus creo que los resultados y las formas hablan por sí solos, aunque hay momentos en los que se le ha intuido el lugar de procedencia o la ortodoxia mental que en determinados momentos quizás han limitado las cosas, pero en mi opinión es el peaje del enfoque y la mentalidad le han dado un equilibrio prolongadisimo. Su método es lo que a mí más me convence como entrenador pragmático pero a la vez plástico y elástico para surfear todas las variables. Quizás, la condición más importante para dirigir equipos/clubes tan grandes.
"Esos cambios de Morata y Khedira en 2016 cuando el muy buen equipo que había construido tenía rendido al Bayern, Cancelo de suplente en la ida de octavos y la vuelta de cuartos (las dos derrotas en ambas eliminatorias), el cambio de Barzagli contra el United, su obsesión por Matuidi en un 4-3-3 frente a otras opciones o el uso defensivo del delantero centro de su equipo son ejemplos de lo que comento."
Esto por ejemplo es lo que hablaba del peaje. Muy acertado, @roumagg
henry27 · hace 309 semanas
A ver quien llega a turin y a ver donde cae allegri, pero vamos, donde vaya creo que dará un salto calidad. Por que como entrenador creo que lo tiene todo.
fernandojb · hace 309 semanas
A mi me parece que va aprendiendo, pero a base de fracasos, su iniciativa es siempre esperar, ahora ha tenido que llevar algo mas la iniciativa , mas por obligación que por conviccion.
A mi italiano, me convencen mas Conte y ancelotti.
en cuanto a la juve, al final pocos jugadores a mi entendder realmente tops, y bonucci y chiellini ya lejos de su nivel, orden , buena preparación fisica, juego sin complicaciones.
seria un buen entrenador por ejemplo para el manchester united, para ponerlo competitivo, y ordenado, a partir de ahi , no me atrevo a decir su evolución.
Me parece estudioso, y eso hara que evolucione, pero sin ese toque mágico para ver partidos y jugadores.
P :D . salir de italia puede servirle para dar el salto.
Balotelli8 · hace 309 semanas
Salvando las distancias, a veces me recuerda al Mou de hace unos años: preparación física top, capacidad de adaptación, y muy buena mano para mejorar y exprimir las virtudes de sus pupilos. Morata, Can, Bernardeschi, Kean, Cancelo, Pjanic... La lista de jugadores que han mejorado una barbaridad a su lado es larga.
Precisamente, su mayor deuda de esta temporada, y la quizá le ha costado poner fin a la etapa en Turín, ha sido no saber encontrar un sitio a Dybala junto a Ronaldo. Y no sé cuánto hay de culpa suya, y cuánta del argentino. En mi opinión, Dybala es top 3 en Italia ahora mismo, y tiene una capacidad para entender el juego que se hace complicado saber por qué no ha sabido fluir con CR7 (que a su vez me parece otro monstruo creando sinergias y entendiéndose con delanteros de primer nivel, dando siempre al equipo lo que necesita en función de quién le rodea).
No sé si el problema ha podido ser de egos, mental, o de sistema, la verdad, pero ha sido la diferencia para que Allegri se haya quedado un peldaño por debajo de lo esperado (y ojo a lo que estamos diciendo, porque ha sido hegemónico en una Serie A más competitiva en estos últimos años).
¿Creéis que otro entrenador habría sabido encajar al crack portugués y al argentino compartiendo punta? No sé por qué creo que Ancelloti, Mou o sobretodo Simeone habrían explotado mejor tener a dos jugadores así en plantilla. A mi juicio dan más posibilidades que problemas.
Y precisamente, dependiendo de quién llegue a Turín, Paulo seguirá o buscará donde sentirse protagonista de nuevo. Lo que es seguro es que a estas alturas con Alegri estaba condenado a separar caminos, y veía más fuera al argentino. Ahora la trama se complica... Y sigo dudando: ¿Creéis que el problema Ronaldo-Dybala era cosa de Allegri o realmente los veis incompatibles para su máximo nivel?