Desde Keita hasta Firmino | Ecos del Balón

Desde Keita hasta Firmino


El Liverpool de Jürgen Klopp dio vuelta y vuelta al FC Porto en un Anfield enfervorizado con el momento de los suyos. El cuadro ‘red’, que contaba con la ausencia de Andrew Robertson en su lateral izquierdo, se impuso a los de Conceiçao en todos los prismas: desde lo técnico y también en lo táctico. Procurando salir siempre con superioridad numérica desde su defensa, haciendo retroceder para ello a uno de sus centrocampistas y estableciendo así un 3×2 ante los dos puntas del equipo portugués, apoyándose en la amplitud de sus dos laterales para ensanchar el posicionamiento defensivo rival y alternando -con suma fluidez- roles y alturas por encima de la línea divisoria con el objetivo de agredir de una forma muy vertical el 5-4-1/5-3-2 planteado por los lusos, el Liverpool afrontó una de esas noches en las que uno se encuentra mucho antes con el resultado que con el juego. Aunque visto lo que ocurrió en los 85′ posteriores al gol, lo cierto es que el orden de los factores no alteró el producto.

El Liverpool se aseguró de salir siempre desde atrás con superioridad numérica

Con el 1-0 en su casillero al poco de empezar, el Liverpool se enfrentó a un repliegue medio-bajo durante prácticamente la totalidad del encuentro. Con Milner por izquierda, reemplazando a Robertson en el lateral del 4-3-3, y con Alexander-Arnold en el perfil opuesto, la intención de Klopp fue fijar la presencia de estos dos futbolistas a la cal en la fase de iniciación. De esta forma, saliendo siempre con ventaja desde atrás, el cuadro británico volvió a concentrar en esta parcela el mayor número de envíos horizontales con tal de establecer una salida de balón limpia, cómoda y segura para con sus intereses. Arriesgando poco en esta zona, situando todo el tiempo a uno -y no más- entre Fabinho, Henderson y Keita a la izquierda -generalmente- de Van Dijk, el Liverpool amasó mucho esférico sobre esta zona del campo con la clara pretensión de atraer las vigilancias más adelantadas del Porto para que, una vez cogido el anzuelo, la acción consiguiera avanzar de manera vertical hasta la portería contraria. Algo para lo cual era importante el posicionamiento de las piezas por delante del balón. Ahí residía todo secreto.

Con los dos laterales -como decíamos- muy abiertos y muy activos en los primeros pases del equipo, el sistema del Liverpool dibujó una serie de movimientos -sin balón- dentro y fuera del carril central incontrolables para el bloque zonal de los de Conceiçao. Con Keita retrocediendo muchas veces su posición como interior izquierdo, yendo y viniendo dentro de su carril para asegurar -por un lado- la salida de balón y conectar -por el otro- la posesión en campo contrario, Klopp ordenó a sus jugadores un constante intercambio posicional en el que estaba terminantemente prohibido repetir alturas y doblar funciones. Esto quiere decir que si Firmino acudía al desmarque de apoyo, ya fuese por dentro o hacia uno u otro lado del campo, el interior de ese sector en concreto debía compensar ese movimiento con una ruptura profunda -todo esto sin entrar en contacto con el esférico- para compensar el vacío ocasionado por el brasileño. A través de esta batería de diagonales el Liverpool se aseguraba de que sus ataques -en el carril central, en este caso, pero también por fuera mediante la carrera exterior de los extremos- fuesen muy verticales para un Porto que se mató a perseguir sombras a lo largo y a lo ancho.

Roberto Firmino fue completamente indetectable para la defensa del Porto

Armado en un 5-4-1 en su fase defensiva, con Maxi Pereira, Felipe y Militao en la línea de tres centrales, con Otavio y Telles como carrileros, Corona y Marega a los lados de Danilo y Óliver, y Tiquinho en punta, el Porto planteó una defensa por acumulación que, con la idea de emparejar (3×3) a sus centrales con los atacantes del Liverpool, y de poblar los costados con la idea de interrumpir el desborde lateral de Milner y Alexander-Arnold, en la práctica acabó haciendo aguas por muchos sitios al mismo tiempo. Con los dos centrales exteriores -Pereira y Militao- muchas veces muy expuestos al emparejamiento directo con Mané y Salah, y con los dos integrantes del doble pivote -Pereira y Óliver- muy superados por las repentinas apariciones de Firmino y las incorporaciones desde la segunda línea de Keita y Henderson, esta fragilidad posicional hizo mella, por supuesto, en la respuesta ofensiva del equipo, que en muy contadas ocasiones consiguió acercarse hasta Alisson con el esférico controlado. En parte por esa serie de desajustes, y en parte, también, por la buena respuesta de su rival tras perder el esférico.

Dentro de este enjambre colectivo, el Liverpool consiguió hacer uso de posesiones de muy buena calidad que, en todo momento, le permitieron perder el esférico en lugares para nada comprometidos. Metiendo todo el bloque en la parcela contraria del campo cada vez que el balón superaba con éxito la divisoria, Klopp redondeó su estrategia con una serie de vigilancias que, por si fuera poco, terminó de ahogar las pocas esperanzas del Porto en su transición defensa-ataque. Eligiendo bastante bien el ‘quién’, pero sobre el ‘dónde’ a la hora de hacer efectivos los esfuerzos por recuperar el balón cuanto antes, el Liverpool consiguió de esta forma anular el truco de los de Conceiçao, que, si en fase defensiva era un 5-4-1 muy marcado, cada vez que quería contragolpear con espacios liberaba a Marega, que abandonaba la banda izquierda para formar una doble punta con Tiquinho Soares, y a Otavio, que formaba como interior derecho, con Danilo de pivote y Óliver Torres en el lado opuesto. Una fórmula que los portugueses trataron de mantener hasta el final, con el ingreso de Brahimi, Costa y Fernando; pero que, de inicio a fin, sucumbió ante esta nueva versión del Liverpool. Más cerebral, más madura y cada vez más reconocible, en definitiva, según va quemando etapas y noches importantes.


Comentarios (5)

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Me volvió a encantar el partido de Roberto Firmino. Cuánto fútbol tiene este tipo. Cómo ofrece el apoyo, cómo se mueve y luego qué determinante es en los últimos metros. El brasileño sigue siendo el mejor secreto de este Liverpool.
Lo que más me sorprendió fue el centro el campo. Es el que todos esperábamos al inicio de la temporada y por falta de minutos de rodaje en el altísimo ritmo de juego del equipo, la juventud y falta de callo competitivo , Keïta y Fabinho esta temporada han sido más bien recursos que discursos en mediocampo. La apuesta era siempre por los “rodados” Milner y Wijnaldum.

Y ayer, Klopp sacó al tridente de mediocampo que todos anhelaban a comienzos de curso y pocos esperaban ya a estas alturas. Y los chicos le respondieron. A lo que quiero llegar es que el Liverpool este año sí tiene fondo de armario, tal vez uno de los más infravalorados de Europa. Son muchos factores los que finalmente te permiten ganarlo todo, pero el Liverpool tiene ingredientes para ganar Premier y Champions. No me sorprendería.
Qué delicia de jugador es el señor Roberto Firmino. Vaya escándalo.
No he visto apenas al Porto esta temporada, así que viendo el partido dudo si esa defensa de 5 viene siendo habitual, o fue una apuesta puntual ante el tridente que tenía enfrente y la baja de Pepe.

En cualquier caso, creo que lastró al equipo. Aunque puedo entender el miedo que causa el tridente del L'pool, desnudó en exceso el medio campo del Oporto, que no lograba mantener la pelota tres pases seguidos, y eso ante un equipo tan vertical como es el de Klopp es un suicidio. Además, creo que Oliver Torres es un jugador que tiene que intervenir más arriba para ser diferencial, y la falta de un mediocentro por detrás le obligó a posicionarse demasiado abajo. Imagino que la baja de Herrera ha sido dramática en este sentido.

A todo esto, partido flojísimo de Militao, que en esa defensa de tres centrales quedaba emparejado con Salah, y ha debido tener pesadillas con el egipcio esta noche. Creo que le perjudicó jugar por el perfil izquierdo, Salah le sacaba todo el rato de posición y el brasileño, demasiado impulsivo, rompía la línea de defensa de su equipo. Quizá habría tenido una actuación mejor jugando por la derecha o en el centro de la defensa, pero lo cierto es que no me gustó nada su partido. Vuelvo a lo de que no sé si el Porto recurre mucho a jugar con cinco atrás, pero el mal partido de Militao me pareció consecuencia directa de jugar en un esquema poco trabajado.

Eliminatoria casi sentenciada, aunque los portugueses tienen una razón de peso para competir gracias a Marega. Pero este Liverpool está en un punto de cocción perfecto en el momento más importante de la temporada, y ha logrado incluso mejorar su propuesta respecto al año pasado, con esas variantes en el medio que dan Fabinho y Keita. Mucho mérito en la construcción de la plantilla de Klopp, y en cómo adaptar a su equipo para potenciar, aún más, una fórmula que ya funcionaba muy bien.
@Povedano

Y menudos dos "recursos" (Keita y Fabinho). El propio Klopp llegó a reconocer que al primero le estaba costando adaptarse a la Premier, pero es que es un futbolista que se aguanta como un guante al fútbol del alemán. Maneja multitud de conceptos, ya sea para iniciar el juego desde atrás como para conducir, cambiar la orientación del juego o atacar al frontal del área. Ayer los lució todos. Y un buen Keita es un gran salto para este Liverpool.

@Balotelli8

Muy de acuerdo en lo de la adaptación para potenciar la fórmula. Lo cierto es que estamos ante un Liverpool muy diferente al de la temporada pasada; al que eliminó al Manchester City, sin ir más lejos. Y la realidad es que al equipo le ha sentado muy bien este cambio.

Con respecto al partido de Militao: a mí tampoco me convenció demasiado. Aunque sí es verdad que dejó algunas acciones (despejes, sobre todo) dignos de ensalzar. De hecho, si uno no ve el partido y se fija solo en los números estos no fueron nada malos.

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