Una decisión delicada | Ecos del Balón

Una decisión delicada


Joaquín Caparrós está dando continuidad a una idea ciertamente distanciada del pasado reciente del conjunto hispalense. Por un lado, cambiar muchas cosas, y que sean muy diferentes, pretende crear un efecto e impacto inmediato sobre el ánimo de una plantilla sin confianza, intentando que el nuevo mensaje sea atendido con mayor intensidad, pero en el caso actual, el equipo no parece estar asimilando que el jugador más creativo, o cuanto menos el que más balón acumula, esté partiendo desde la banda derecha en el nuevo dibujo del técnico utrerano. El proceso que está ubicando a Ever Banega en la derecha, entendiendo que su concurso es innegociable pero menos que un doble pivote convencional y dos delanteros, está dejando al Sevilla sin demasiado margen para la expresividad, por más que en en la anterior etapa esa fuera muy directa y agresiva.

El Valencia controló por completo la escena

En la visita del Valencia de Marcelino al Ramón Sánchez-Pizjuán, el Sevilla volvió a habilitar un 4-4-2 con su cerebro en el costado. La decisión viene consensuada pero es más la necesidad de Caparrós de ser fiel a su pareja de mediocentros más fijos y dos delanteros para mezclar y ocupar el área en el último tercio del campo. Marcelino y su Valencia, muy cómodos templando y esperando atrás para comenzar a conectar el medio con la delantera, entendieron que estrechar el espacio iba a proporcionarles un control del partido, por encima del del esférico o del marcador. Poder decidir dónde defender, cuánto tener la pelota y cómo generar la ocasión está siendo y fue también ayer su valor más reconocible.

En gran parte, esta sensación fue la consecuencia de la ocupación del campo del sistema sevillista, y sobre todo, de la conciencia de Guedes y Gayà para atacar espalda y fuelle de Banega en el despliegue. Sobre lo primero, Amadou, acompañante de Gonalons, caminó muy precipitado en todas sus decisiones, las más delicadas de todo el choque, pues su posición iba a permitir que Rodrigo, Gameiro y Kondogbia, independientemente de acertar o errar, aparecieran en la jugada e hiciera correr demasiado y mal al Sevilla. Banega, que no es ni nunca será un tipo de recorrido, estuviese abierto o más centrado cuando Caparrós le dio un rol más centrado, soltando al propio Amadou a la presión, no volvía o lo hacía desconectado, y fue entre la velocidad de los puntas che y el 2×1 sobre Navas lo que estaba hiriendo a los locales.

Caparrós corrigió y el Sevilla mejoró en la segunda mitad

Pero además, en campo contrario, las líneas de pase sevillistas eran escasas. Sólo Ben Yedder en transición o con desmarques de ruptura agresivos podía mejorar la jugada. Gonalons y Amadou, como le gusta al técnico utrerano, esperaban en paralelo, sin escalonarse, lo que hacía mucho más complicado dividir las atenciones a Parejo y Kondogbia y poder así comprometer su espalda con más hombres. El sistema está siendo muy rígido en el carril central, y sólo Banega, desde fuera, puede inventarse alguna sociedad. Así, obligado por debilidad y marcador, Caparrós metió a ‘Mudo’ Vázquez en derecha, a Banega en la medular y al Valencia en campo propio. Y comenzó el asedio. Al menos por estructura y control de la poseisón, el Sevilla hacía progresar la jugada, incorporaba a los laterales en el momento idóneo y con ello podía cargar el área sin exponerse demasiado. Sin el premio del gol, quedó la idea de que la reacción solucionó sus problemas atrás. Queda ver qué significará ello en próximos encuentros.


3 comentarios

  • torralba8 1 abril, 2019

    Partido de Garay de Champions para meter a los suyos en la pomada por la Liga de Campeones. Que partido del argentino, como sostuvo a los suyos. Esperemos que no sean los últimos partidos del argentino con el Valencia, porque cuando está en buena forma es el mejor central de largo.

    Respond
  • AArroyer 1 abril, 2019

    17 tiros a 4 entre Sevilla y Valencia, y no tuve la sensación de que el Sevilla dominara el encuentro. O sea, el empate hubiera sido quizás más fiel con lo que se vio, pero el Valencia me dio la sensación de saber sufrir y de aceptar el impetu que le metió al Sevilla con el Mudo y Bryan Gil.

    Respond
  • AArroyer 1 abril, 2019

    @torralba8

    Es que cuando el Valencia se mete atrás o le meten atrás, Garay se siente muy cómodo, tiene muy claro cómo defender el área y colocarse donde la jugada y los delanteros le demandan. Para complementar a Neto, que es portero más estático, es un seguro.

    Respond

¿Qué opinas?

Ecosdelbalon.com - - Política de Cookies.