La ovación que el Benito Villamarín brindó a Leo Messi fue como sentarse con una cuchara en el sofá y comerse medio bote de Nocilla. “Qué mal me siento pero qué contento estoy”, dijeron entre palmas los aficionados verdiblancos, que se estaban llevando cuatro. La parábola que Leo dibujó con el partido decidido hizo resonar su nombre en la noche sevillana, y nos obligó a dar una vez más las gracias a los que no tendremos que acudir a los cuentos para saber de qué fue capaz.
Eclipsado casi todo análisis por el hat-trick del argentino, abierto con un libre directo que quitó las telarañas de la meta defendida por Pau López y cerrado con una vaselina más frecuente en épocas de porteros que levantaban dos palmos menos del suelo, hay que decir que la actuación culé en Sevilla fue la de un equipo que, a diferencia de alguna que otra tarde, agradeció la presencia del argentino, pero no la imploró como si fuera un oasis en el desierto.
Messi puso la guinda a una actuación colectiva de primer nivel de los de Ernesto Valverde
De hecho, el triunfo culé en el Villamarín se edificó en el minucioso estudio que Ernesto Valverde realizó de la salida bética, que derivó en constantes problemas de los de Quique Setién para iniciar el juego. Para ello, el técnico cacereño dibujó un 4-4-2 en el que los comportamientos de los volantes de banda, Ivan Rakitic y Arturo Vidal, fueron decisivos para impedir que el equipo local encontrase a un hombre libre que lanzase el balón a la espalda de la zaga, tal y como sucedió en el Camp Nou en el partido de ida.
Especialmente llamativo fue el uso de Arturo Vidal, que jugó acomodado sobre el perfil derecho del Betis, zona hacia la que Setién inclina su salida, primero con conducciones de Mandi, que tienen como objetivo liberar un escalón más arriba a Sergio Canales. El buen tacto del chileno para saltar a presionar o quedar en posición intermedia para que el balón no le llegase a Joaquín fue decisivo en el atasco bético, que si pretendía salir en el otro perfil no sólo se encontraba con un Sidnei a pie cambiado y un Tello destinado a otras labores, sino también a un Rakitic que tenía encomendada una tarea similar.
Así pues Ernesto Valverde obligó a jugar dentro sobre William Carvalho, que no encontraba opción de pase y sufría más si cabe el problema que tiene de ritmo si no ha decidido de antemano dónde soltar la pelota. Ahí el Barcelona, ya fuera con Suárez, Messi o alguno de los pivotes, tenía la clara misión de no dudar a la hora de apretar. Las mejores ocasiones culés hasta que el partido se rompió definitivamente nacieron de ahí, tras poner las trampas por fuera y pegar el mordisco por dentro.
Valverde obligó al Betis a jugar por dentro con William Carvalho, que recibía siempre de espaldas y sin opción de pase
Hay que decir que la gran actuación culé se completó en el propio área, y merece la pena detenerse un momento en tres nombres propios: Piqué, Jordi Alba y Lenglet. El cuadro local, aún con sus problemas, merodeó la meta de Ter Stegen gracias a que en ocasiones descubrió un uno para uno de Tello con Sergi Roberto, el único emparejamiento del que fue capaz de sacar ventaja. Sin embargo, el Betis se topó con acciones defensivas de primer nivel de los tres zagueros citados, que están añadiendo un callo competitivo al equipo culé que será decisivo para competir en la Liga de Campeones.
En la segunda mitad el Betis soltó a sus jugadores en posiciones más lejanas, comenzó a jugar más directo y dio pie a que el Barcelona contragolpease, quedando claro que el equipo de Valverde tiene mecanismos para salir con espacios incluso con la ausencia de Dembélé, por mucho que sin el francés, el equipo pierda bastante amenaza en ese arte. Entre el planteamiento de Valverde, su calidad defensiva y su adaptación al contexto, Leo Messi sacó la zarpa para hacer heridas dulces, como dejó clara la ovación del Villamarín. Por fortuna para quien le guste el fútbol, a ese bote de Nocilla aún le quedas unas cuantas cucharadas.
Invitado 18 marzo, 2019
Aunque no venga mucho a cuento queda claro el escalon de Messi cuando podemos leer el tratamiento que se hace del partido de Cristiano en el articulo el otro dia y la absoluta normalidad con la que se trata la exhibición del argentino en este articulo.
Se fue Febrero, mes donde tradicionalmente hay mucha carga y las piernas estan pesadas, y el equipo empieza a coger vuelo. El partido del pasado Miercoles pero sobre todo el de hoy, que era mas dificil, nos vienen mostrando la mejora que esta experimentando el equipo.
Al recuperado nivel de Messi tras lesion (aunque el al 60% ya es mejor que cualquiera), un Suarez inspirado, Vidal activado y sumando, mas el resto del equipo (a la espera de recuperar a Dembele y una mejora de Coutinho) y el buen tino que esta mostrando Valverde ultimamente me hace creer que son firmes candidatos a la orejona.
Con ganas de ver el siguiente partido.