El método de gestión que Didier Deschamps ha instaurado en la selección francesa hace complicado el acceso a nuevas piezas. El técnico bayonés lleva varios años apostando por un grupo bastante cerrado, cuestión que toma más lógica tras el éxito que supuso ganar el pasado Mundial de Rusia, a lo que se puede sumar el hecho de haber llegado a la final de la Eurocopa de 2016.
Merece la pena poner en contexto la realidad de la selección francesa en la inclusión de Tanguy Ndombélé, que ha entrado de forma regular en las convocatorias del equipo después del pasado verano. El centrocampista del Olympique de Lyon ya cuenta con un caché importante dentro del futbol galo, y se ha ganado la oportunidad en el particular método de Deschamps.
Ndombélé está entrando en las convocatorias de Francia, y es un perfil que sirve para suplir a Kanté, Pogba o Matuidi, según las exigencias del rival
Para comenzar a dibujar la figura de Ndombélé, hay que dejar claro que no se trata de un centrocampista de perfil defensivo, a pesar de que su determinación para meter la pierna le permita sumar en ese aspecto. Por lo general, el Olympique de Lyon pretende limpiarle la recepción en la base de la jugada –incluso si comparte medio campo con el jugador que más siente la posición de la plantilla como Tousart-, y lo hace por una característica esencial de su fútbol: el control orientado.
Ndombélé es un maestro a la hora de orientar la pelota y salvar la presión del rival. Tanto si recibe el cuero perfilado hacia la portería contraria como si lo hace de espaldas al marco, el galo tiene calidad para dar un toque que le aleje del adversario, y unos primeros metros realmente potentes para superar esa marca. Quizás esa soltura en el control y cambio de ritmo no le han ‘obligado’ a pulir su orientación antes de recibir, donde tiene sin duda su gran margen de mejora como mediocentro.
Sus giros y controles orientados son ya de primerísimo nivel
El centrocampista francés es muy intervencionista, se acerca mucho al balón y en ocasiones va a buscar la pelota de forma muy frontal y sin dar una opción de pase correcta al central. Es aquí donde se abre una incógnita con respecto a su evolución en la élite, ya que su técnica le da de sobra para ser el gestor de los primeros pases de un equipo con grandes aspiraciones, pero su lectura de la posición aún debe pulirse.
Como pasador no destaca por ser excesivamente agresivo –cuando supera líneas lo hace por su conducción y seguridad para superar marcas a través de sus acertados giros y controles-, aunque es un futbolista que lee bien cuándo se puede buscar un pase vertical y más profundo, teniendo en cuenta que está en un equipo en el que ese tipo de envío es relativamente sencillo, debido a la cantidad de gente que mete Genesio por delante de la línea de la pelota, y en especial por la presencia de Fekir, que es un maestro habilitando esas líneas de pase. Sin embargo, es un jugador que en muchas ocasiones no le mete la tensión necesaria a sus envíos, si este ha de superar muchas piernas rivales.
Defensivamente, hablamos de un jugador al que hay que encauzar su enorme potencial desde el punto de vista físico
Dejando claro que hablamos de un futbolista más relacionado con la organización que con la destrucción, Ndombélé es un futbolista capaz de sumar cuando su equipo pretende robar, aunque sobre todo cuando el ritmo de partido es alto y la acción se descontrola, donde su poderoso físico y su decisión para saltar de la línea de medios y buscar balones divididos -donde muestra mucha determinación-, es capaz de marcar la diferencia.
Sin embargo, defensivamente presenta también un punto en el que ha de mejorar para instalarse definitivamente en un equipo de élite, y es que hablamos de un futbolista bastante impetuoso a la hora de tomar decisiones. Es otro aspecto a pulir para poder integrarse en un sistema defensivo más cerebral, a pesar de que su enorme resistencia le permite recuperar la posición, ya que saltar más de la cuenta abre puertas para el contrario. Poniendo sobre la mesa estos dos aspectos que deberá mejorar con el paso del tiempo, hablamos de un futbolista con características clave para mandar en la Liga de Campeones, teniendo además la personalidad para mostrarlas bajo presión.
Albert Blaya Sensat 22 marzo, 2019
Jugador de gran impacto visual. Se gusta, con sus toques, sus malabares y sus cosas, pero a mi no solo me deja dudas en el posicionamiento, como dice David, sino en su toma de decisiones. Es decir, obivamente a su edad es normal, pero arriesga de un modo "antinatural", no como Busquets, que siendo jugador de arriesgarse, de gustarse, jamás merma una posesión, sino que la mejora. Ndombélé me da la sensación que muchas veces juega para él.