El caso de Iván Ramis en la SD Eibar debería ser objeto de estudio en todas las escuelas de fútbol. El balear, que el pasado mes de octubre alcanzó los 34 años, es, seguramente, uno de los futbolistas menos rápidos de la Primera División. Aunque esto, por increíble que parezca, no es una debilidad sino más bien todo lo contrario para el equipo que más tiempo pasa en campo rival de toda LaLiga. De hecho, tal es la determinación de Ramis en los planes de José Luis Mendilibar que los números aseguran que el conjunto armero encaja el triple de goles (en los 90’) cuando no tiene a su central sobre el campo. Y, sobre todo, lejos de su portero.
Iván Ramis es un central que va más allá de su propio área
¿Pero cómo se explica todo esto? Según el análisis de @FutbolAvanzado, Iván Ramis es el futbolista más influyente de la SD Eibar en los dos primeros tercios del campo. Esto es, de acuerdo a ese mismo estudio, la zona que va desde la línea de fondo que protege su guardameta hasta los últimos 30-35 metros de césped que defiende el contrario. Una primera aproximación a las dos zonas en las que más -y mejor- se mueve el defensor de Sa Puebla, y en las cuales, conviene profundizar, su impacto en este primer sector (con un 17.66% de “participación”) le sitúa -solo por detrás de Siovas, Hermoso, Bruno y Pau López- entre los cinco futbolistas más dominantes de La Liga en dicha parcela del campo.
Mendilibar: “Tengo el central más lento del mundo, pero es el que nos hace jugar más adelantado. No hay que contrarrestar la velocidad con velocidad, se puede contrarrestar de otras maneras. La defensa empieza delante y el ataque desde detrás”.
Acostumbrado a vivir muy arriba, sometiendo a su rival a través de la presión y el envío exterior, el Eibar de Mendilibar es un equipo que necesita jugar con sus centrales a 40-45 metros de distancia con su portero. Así las cosas, cargando el área de manera lateral con sus dos piezas de banda (Cote-Cucurella + Peña-Orellana), quienes alternan alturas y posiciones para mantener despejadas -en la medida de lo posible- las posiciones de golpeo, y empujando desde dentro con sus dos delanteros y su doble pivote, tanto para rematar de primeras dadas como para adueñarse del “rechazo” en las segundas jugadas, el arquetípico 4-4-2 de los vizcaínos demanda -tan importante como lo que más- que la pareja de centrales defienda siempre hacia delante ante cualquier situación, y contrario.
Haciendo valer su corpulencia para ir al choque y meter la pierna, Ramis domina con maestría el arte del balón aéreo y el duelo directo. Defendiendo siempre de cara, sin (apenas) posibilidad de perder de vista el esférico cuando este viene de frente, la propia presión del equipo tras pérdida, que al atacar siempre con tantos hombres se encuentra en disposición de robar cerca de la frontal del área, y obliga a su rival a quitarse muchas veces el balón “de encima” a golpe de pelotazo, es de gran ayuda para que, en la amplia mayoría de ocasiones, el delantero del equipo contrario no encuentre fácilmente situaciones de uno para uno a campo abierto.
Dentro de ese contexto en el que todo el equipo aprieta –con y sin balón– hacia delante, es donde tan importante resulta la labor de Iván Ramis. El ex de Mallorca, Valladolid o Wigan, es plenamente consciente de sus posibilidades y de sus limitaciones, y de ahí que su destreza está muy enfocada a evitar “el giro” del delantero, pues es en lo que él más sufre. Si bien es cierto que, por medio de Arbilla -ahora lesionado-, Oliveira o Bigas, José Luis Mendilibar siempre ha tratado de acompañar a Ramis con un central más habilidoso a la hora de correr hacia detrás, ningún otro defensor en plantilla cuenta con la jerarquía del número ‘4’. Una aptitud que, a diferencia de otras como la de imponerse en el salto, cargar con el cuerpo o controlar tiempo y espacio para anticiparse a la recepción, no se adquiere “solo” jugando, sino que también requiere de una inteligencia táctica, técnica, física y hasta emocional que no se encuentra al alcance de todos los futbolistas. Ni a todas las edades.
AArroyer 30 marzo, 2019
Qué gran texto, Adri. Bravo.
Yo este año sí que he visto un pelín de dificultad extra para el Eibar a la hora de cerrar las puertas que mejor se le dan cerrar. Ha tenido algún tramo complicado, sobre todo porque creo que ha perdido calidad, pero sin duda, esto no está reñido con que para Mendi es más importante que su jugador conozca el juego y el sistema antes que sus condiciones de partida.
El central más lento en el equipo más arriesgado. Puro fútbol.