El presente del Atlético de Madrid fue más que suficiente para marcar contundentes diferencias con un Villarreal mucho más necesitado, y lo hizo bajo un sistema ya asentado en el día a día liguero ante el grueso de los equipos de la competición pero con la particularidad puntual de ejecutarlo a un ritmo más bajo, al son de un Griezmann que vuelve a capitanear el tipo de partido que más necesita su equipo. El francés fue el director de orquesta del conjunto colchonero sin demasiada presencia rematadora, reservado y ocupado en inventarse la cadencia de todo el choque. El Villarreal quedó a expensas de un contragolpe que no encontró precisamente la continuidad que desbordó el ataque posicional rojiblanco. Calleja dio continuidad a la defensa de tres y aunque el Atlético cuidó la pelota con un mimo propio del estado de confianza que se genera tras una victoria como la del pasado miércoles, no tuvo Asenjo que intervenir demasiado.
El Atlético dominó, y lo hizo con una madurez y una pausa a destacar. A falta de un punto mayor de agresividad y profundidad, la puesta en escena de los rojiblancos puede relatarse como un punto y seguido en la insistencia de un plan que se viene asentando desde principios de año. En él, un recuperadísimo Filipe Luis, fino en el uno contra uno ofensivo y defensivo, con un punto de confianza muy visible en su tacto con la pelota y en su capacidad de finta y giro para meterse por dentro, y Arias en la derecha, abrieron continuamente el campo a la vez y a la misma altura, generándose cinco líneas de pase para los dos pivotes, en esta ocasión Koke y Rodri. Lemar, Saúl y Griezmann, que volvió a dejarse caer mucho a banda derecha para liberar el medio y sumar continuidad, formaron un ataque organizado que se expresó desde la misma.
Koke abajo y Griezmann libre hicieron de guardianes del sistema
Con esta superioridad en número y en continuidad, los del Cholo perdieron muy arriba la pelota; siempre el despeje se producía desde la zaga amarilla. De algún modo, lo que buscó Simeone con esta disposición fue enfrentar un 3-5-2, un sistema siempre complejo para el argentino, siendo paciente en cuanto a la generación de ocasiones y dándole mucha importancia a tener siempre más futbolistas en la segunda línea castellonense. Mientras Calleja contaba con Cazorla, Iborra y Cáseres, el Atlético distraía con dos hombres fijos en la cal y otros cinco, pivotes y mediapuntas, moviéndose por todo el ancho para sumar la primera mitad de más pases cortos en lo que va de Liga. Conservar la pelota y amasarla sin descanso ni desesperación fue un medio cercano al fin: no dejar salir al Villarreal.
Aunque el sistema actual del Atlético deja sólo dos hombres en última línea, mucho más expuesto que temporadas anteriores, en gran parte el objetivo de aislar a Bacca y Ekambi se cumplió. Calleja pretendió un robo de balón que tardó mucho en darse, sobre todo por lo comentado. Al tener tantos jugadores alrededor de los centrocampistas, el Villarreal sólo podía meter la pierna en el apoyo que un gran Álvaro Morata tiraba para dar continuidad en el espacio más reducido. Funes Mori o Ruiz desbarataban siempre muy atrás, lo que impidió que la transición amarilla se produjera más veces o que pudiera convertirse en un ataque más posicional. El gol del propio Morata llegó en el momento preciso para los locales, dando aún más a Griezmann el mando para gestionar la ventaja.
Los cambios de Calleja sumaron mucha más fluidez en ataque
En la segunda mitad, sobre todo en un tramo donde el Atlético perdió continuidad en sus ataques, más pendiente de mezclar balón con repliegue, Calleja le tomó el pulso al encuentro, con cambios muy acertados que acercaron al submarino a zonas de peligro. El técnico amarillo dio entrada a Fornals, Chukwueze y Gerard Moreno. Y los tres, juntos y por separado, transformaron el partido. La movilidad del trío, complementario, puso al Villarreal 30 metros más arriba, y aunque pudo lamentar alguna cabalgada de Diego Costa, sí que pudo decir que metió al Atlético cerca de Oblak, con un flujo ofensivo más propio de los recursos que maneja el Villarreal.
AArroyer 25 febrero, 2019
Griezmann está muy cómodo; participativo, organizador y cayendo mucho a la derecha, pero quizás la noticia más positiva para el Atlético es lo de Filipe Luis, porque sigue siendo otra cosa, un argumento de mucho peso en todas las fases del juego. Yo pensaba que no iba a llegar pero parece que sí.